Huellas de patitas
Los perros mueren. Pero antes de hacerlo, viven.
Viven vidas valientes y hermosas. Protegen a sus familias con una lealtad inquebrantable. Nos aman con una ferocidad que no conoce límites. Llenan nuestros días de alegría, nuestros hogares de calidez y nuestros corazones de luz.
Los perros no pierden tiempo preocupándose por el mañana. Viven plenamente en el momento, persiguiendo pelotas, durmiendo en rayos de sol y moviendo la cola al simple sonido de nuestras voces. Nos enseñan a amar sin condiciones y a encontrar la felicidad en las pequeñas cosas.
Así que sí, los perros mueren. Pero antes de hacerlo, nos dan todo lo que tienen. Y por eso su amor permanece con nosotros mucho después de que se han ido.
Brindemos por los perros que viven valientemente, aman profundamente y dejan huellas de patas en nuestros corazones para siempre.