No confundas la generosidad
Un hombre llevaba bastante tiempo dando generosamente 1.000 dólares al mes a un mendigo. Un día, le entregó solo 750 dólares. El mendigo se sorprendió, pero pensó: "Bueno, sigue siendo mejor que nada", y se marchó.
Al mes siguiente, el hombre solo le dio 500 dólares. Esta vez, el mendigo no pudo quedarse callado. "Antes me daba 1.000 dólares, luego bajó a 750, ¡y ahora solo 500! ¿Qué está pasando?"
El hombre suspiró y explicó: "Cuando empecé a darte dinero, tenía una situación económica cómoda y todos mis hijos eran pequeños. Pero entonces mi hija empezó la universidad y las tasas de matrícula eran caras, así que tuve que reducirlo a 750 dólares. Ahora, mi hijo también ha entrado en la universidad, y los gastos han vuelto a subir, así que solo puedo permitirme 500 dólares".
El mendigo frunció el ceño y preguntó: "¿Cuántos hijos tiene?".
"Cuatro", respondió el hombre.
El mendigo espetó: "¿Y espera pagarles la universidad a todos ellos con mi dinero?".
-Es curioso cómo algunas personas empiezan a ver la generosidad como una obligación y no como un regalo.