Espacio publicitarioEspacio publicitarioEspacio publicitario

El año está terminando...

Aprendí a querer a personas que no creía que podía apreciar y dejé de amar a otras que no pensé que podía olvidar.

He ajustado cuentas con amigos que han resultado más pequeños de lo que eran, pero también he entendido que hay que dar amor principalmente porque tengas la necesidad y no porque deseas ser correspondido.

Sin embargo, he entendido que la reciprocidad se basa en las relaciones más auténticas.

He descubierto que hay lazos defendidos tanto tiempo que cuando terminan, pueden llevarse incluso los restos del recuerdo y dejarte nada más que pistas imperceptibles.

He aprendido que hay personas que se creen más de lo que son y que la alta consideración de sí mismo, no les permite reconocer sus límites ni tratar de repararlos.

Que se llenan la vida de cosas efímeras, porque las cosas, piensan, cubre los agujeros de la esencia.

Me he enterado de que mis defectos coinciden con mis virtudes y me costó mucho saber de qué lado me miraba.

Al final, me miré por el lado mejor, el que me dejaba amarme.

He descubierto la hipocresía de algunos y la soberbia de otros.

Pero también he conocido a gente que me ha dado todo incondicionalmente y he aprendido a ser mejor.

Aquí está, mi año que está terminando, con todas las emociones posibles.

¿Porque a quién le importa si ser sensible hace sufrir?

Quiero vivir mi vida así, con el corazón en la piel.


Artículos Recientes
Tema del día
Tema del día
El principio del vacío
El principio del vacío
La migración y los fracasos
La migración y los fracasos