Todo se abre ante nuestros ojos
Dentro de la historia de la humanidad, hemos navegado esta tierra infinidad de veces, representando tantos y tan diversos roles. Hemos conocido todo tipo de experiencias. Hemos sido observadores y observados. Hemos sido conquistadores y conquistados. En cada oportunidad hemos aprendido, amado e incluso odiado, y es que, la vida en la tercera dimensión involucra la experiencia de la dualidad y la emoción.
Vida tras vida nuestra alma ha buscado el camino de retorno a lo esencial, ha buscado conocerse a sí misma a través del reconocimiento de sus experiencias. Ha buscado conocer el amor incondicional que va más allá de las experiencias y las expectativas, aquel amor que es el comienzo de todo. Aquel amor que vive en cada partícula del universo y que es la fuerza que sostiene cada semilla de la creación.
Es el amor que se vive más allá de la expectativa, el miedo o el deseo. Y por ello, nuestra alma ha buscado mostrarnos el camino a través de nuestras experiencias, de aquellas que menos hemos podido comprender.
Es el amor lo que sostiene al universo y esa es la incansable búsqueda de cada alma en su viaje de retorno al hogar.
Hemos buscado conocer el amor incondicional que va más allá de las experiencias y las expectativas, aquel amor que es el comienzo de todo. Aquel amor que vive en cada partícula del universo y que es la fuerza que sostiene cada semilla de la creación.