Un árbol llamado mujer
Mujer, tú tienes en las manos esa llave que abre un portal de árboles fuertes, cada una de sus ramas tiene un nombre y la savia del cariño a ellos les viertes.
Mujer, que echas raíces muy profundas para soportar las congojas de esta vida, mostrando sólo hojas relucientes y escondiendo aquellas desvaídas.
Este virus nos está enseñando prioridades y nos está mostrando ahora más que nunca la cruda realidad de la desigualdad que siempre ha existido, tantos discursos, tantas promesas, pero de nada sirven si no van acompañadas de un real compromiso. Hay que decir y hacer, necesitamos más hechos, más acciones y no tantas palabras.
Mujer, árbol que das sombra día a día, Dios abona la tierra en la que creces, y aunque llegue un temporal que sea adverso tú sacudes las tristezas y floreces.
Mujer hija, madre, abuela, amiga, eres bosque repleto de entereza, aún si el viento o el hielo lo castigan tu amor siempre será una fortaleza.
No permitas jamás que alguien te hiera con las hachas cortantes del flagelo, saca fuerzas y deja que tus brotes se eleven poderosos hacia el cielo.
Eres fronda, madera, flor y néctar, que cobija tibios nidos de esperanzas, es por eso mujer, que hoy yo te canto los más puros himnos de alabanzas.