Futuro, futuro, futuro
Lo que hicimos ya no tiene importancia y si aún la tiene, deberíamos ir ordenándolo porque ya fue.
A veces es difícil conciliarlo, pero no podemos hacer nada y a la vez sí que podemos, podemos poner el foco en lo que estamos a punto de hacer, eso es adquirir conciencia porque la vida es ahora, y el futuro es la creación de lo que nos define en este momento presente, en este ahora. Lo que erramos debe de ser insignificante, si lo comparamos con lo que estamos a punto de CREAR.
Perdonemos nuestros errores, las pasiones equivocadas, los conocimientos inexactos, la comprensión mal guiada, las acciones dañinas, las decisiones egoístas, la pasividad confundida, las injusticias inadvertidas, el orgullo desacertado, la especulación engañosa.
Abandonemos la espera a que otros nos perdonen y nos liberen, y perdonémonos nosotros a nosotros mismos.
No somos los que fuimos, sino lo que elegimos ahora.
Continuemos convirtiéndonos en algo "nuevo", recordando quiénes somos.
Somos proceso y eso es parte del camino del encuentro, lo sabemos en nuestro interior y el corazón nos lo está diciendo ahora alto y claro, sigamos escuchándonos.
Estemos abiertos y no nos cerremos a una nueva verdad, porque creamos que tenemos el control y el confort de la antigua verdad, en ocasiones descubrimos que una nueva vida es posible que empiece, al final de nuestra zona de comodidad.
Dejemos de juzgar a los demás, por comprender que cada uno nos devuelve algo de nuestros propios actos, para el encuentro con nosotros mismos, porque todos somos PROCESO.