Los 1000 primeros días de vida y su importancia
Nos queda mucho trabajo para hacer, el primero reconocer que la primera infancia es una etapa clave en el desarrollo ulterior de las personas y también que son altamente necesarios los esfuerzos , políticas y sobre todo recursos destinados a atender amplia y prioritariamente a esta población
Los primeros mil días de vida de un niño son fundamentales en su desarrollo, este corto periodo de tiempo siembra las bases para su futuro físico, cognitivo y emocional.
UNICEF subraya que en esta etapa se determina el potencial físico e intelectual, y se desarrolla más del 80% del cerebro. Tal es su desarrollo que el ritmo de conexiones neuronales a esta edad no se vuelve a replicar en otro periodo de la vida.
Por su parte la OPS (Organización Panamericana de la Salud) advierte que la desnutrición en los primeros 1.000 días puede aumentar el riesgo de enfermedades crónicas en la adultez, afectando la salud física y mental.
Numerosos estudios y organizaciones coinciden en que una nutrición adecuada, estimulación temprana y cuidados apropiados durante los primeros 3 años de vida son esenciales para un desarrollo óptimo y para prevenir posibles problemas de salud en el futuro. En este sentido señalan que un buen desarrollo depende especialmente de un ambiente afectivo de protección, un entorno físico saludable que proteja de enfermedades, riesgos y violencia y una buena nutrición que asegure el desarrollo de todos los sistemas incluyendo el cerebral.
¿Cómo estamos asumiendo estas directivas tan importantes en nuestro país?
En base a estas recomendaciones el Ministerio de Justicia y Transparencia Institucional declaró en 2021 prioridad Nacional la Protección y Desarrollo Integral de la Primera Infancia.
En el año 2023 se aprueba la Política Plurinacional de Desarrollo Integral de la Primera Infancia donde se establecen como desafíos incrementar la cobertura de atención y control prenatal protegiendo tanto a la madre como al bebé en gestación; disminuir la mortalidad neonatal e infantil; incrementar los control integrales de niños pequeños; promoción de paternidades responsables; priorización de la lactancia materna, vacunaciones, así como la mejora de los estados nutricionales de niños y madres. También plantea otros objetivos tan importantes como reducir la violencia hacia niños y niñas; mejorar el acceso a agua potable, vivienda y educación; la detección oportuna de enfermedades así como la atención a la salud mental de las madres en etapa posnatal y su acceso laboral.
Ante estos altos desafíos, se reconoce que Bolivia ha hecho avances no solo a nivel normativo y legal sino también a través de la mejora de índices sociales y económicos en favor de la primera infancia; sin embargo aún nos queda mucho trabajo para hacer, el primero reconocer que la primera infancia es una etapa clave en el desarrollo ulterior de las personas y también que son altamente necesarios los esfuerzos , políticas y sobre todo recursos destinados a atender amplia y prioritariamente a esta población. Que este Día del Niño nos recuerde que trabajar e invertir en la primera infancia es crear cimientos para tener adultos y ciudadanos sanos en el futuro.