Semana Santa = Semana de Turismo

Se estima que en el mundo hay alrededor de 2.400 millones de católicos/cristianos, quienes celebran la Semana Santa en cada uno de sus países, aunque no en todos hay días feriados por esa festividad religiosa. Pero sin duda hay una masa muy importante de personas que tienen días libres o de ocio, cuyo tiempo muchos no saben dónde invertirlo, es ahí, que se crea un mercado clave para el TURISMO. 

En España, Uruguay y otros lugares, la semana santa es política de Estado para incentivar y hacer crecer el turismo nacional, no solo al interior de su país sino también buscando cade vez más turistas del extranjero; ya que así, no solo generan un cuantioso movimiento económico para su región, sino que también transmiten su cultura, sus tradiciones y establecen una marca de ciudad o de país ante los ojos del mundo. Por ejemplo, visitar Israel, específicamente Jerusalén, donde esta el Santo Sepulcro de Jesucristo es algo mágico. Así también, vivir la Semana Santa de Sevilla, muy conocida a nivel mundial.

Para establecer una política pública o privada de turismo en un país o región, es primordial tener estadísticas del sector, objetivas y oportunas, saber cuántas personas disfrutarán de este feriado religioso, las preferencias de estas personas, las opciones que se ofertan a los turistas, costos, destinos, en fin, toda la información que se requiera para planificar adecuadamente el turismo de semana santa, en cuanto a recursos, plazos, lugares, promoción, marketing, y otros aspectos que harán que esta política sea exitosa y sostenible. 

Concluyendo este pequeño análisis, más allá de la cuestión de fe o de religiosidad, la Semana Santa debe ser una oportunidad para mostrar quienes somos y que ofrecemos al mundo, una oportunidad de hacer negocios con la industria sin chimeneas. Nuestro país en su conjunto ha dependido por siglos de la venta de materias primas sin valor agregado, pasando de la plata al gas natural, ahora con el sueño del litio boliviano. Sin embargo, debemos fortalecer, apoyar e invertir, apostar en otras palabras, al turismo nacional, cuya tarea deber ser no solo del gobierno nacional, sino también de gobernaciones, municipios, universidades, sector privado, en fin, de todos.

Tenemos cosas maravillosos como el Salar de Uyuni y el fastuoso carnaval de Oruro, pero el turismo debe ser 24/7, los 365 días del año, en cada departamento y rincón del país. Generará recursos, empleo, productividad y una economía que ya no dependa tanto de la explotación de nuestros recursos naturales. Hay mucho por hacer, no será una tarea fácil, pero no es alocada la idea de que nuestra semana santa se convierta en una semana de turismo, donde la devoción y el entretenimiento puedan convivir para el bien de la gente.


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