Ser la joya de la corona de un país

El 6 de junio, es el día del maestro boliviano, por lo que, quiero gritar a boca llena: ¡Felicidades admirables semilleros del saber! 

Simultáneamente a las merecidísimas congratulaciones, quiero que reflexionemos sobre las teorizaciones de varios pensadores como la del  Neuro-educador Francisco Mora que dice: “Debemos tomar conciencia del valor de la educación, ya que somos lo que somos gracias a la capacidad plástica que tiene el cerebro de transformarse con las palabras, con la emoción y con los sentimientos”,  “Somos lo que la educación hace de nosotros”, y  también dice: “el maestro es la joya de la corona de un país”; mientras que Miguel Rojas colige: “La educción es el vestido de gala para asistir a la fiesta de la vida”.

Angela Merkel que era profesora de latín e inglés, doctora en química cuántica formada en física; llegó a ser la primera mujer canciller de Alemania y en una entrevista luego que le preguntaron: ¿Por qué invertía tanto en educación?, ella respondió: “Porque los ignorantes nos cuestan mucho dinero”.

Finlandia, Singapur, China, Suiza y Suecia son, entre otros muy pocos, los países campeones en educación en el mundo; y en todos ellos los maestros son muy valorados puesto que la docencia es la carrera más prestigiosa a la que acceden los mejores talentos y que requiere una maestría en educación.

Respecto a lo que dice Francisco Mora (mencionado líneas más arriba) tenemos que admitir, aunque duela, que en Bolivia aún no hemos tomado consciencia del verdadero valor y poder de la educación, considerando incluso que, en la Constitución Política del Estado, en su artículo 17 reza: “Toda persona tiene derecho a recibir educación en todos los niveles de manera universal, productiva, gratuita, integral e intercultural, sin discriminación. Al respecto también la Ley 070 afirma que la educación es: “Función suprema y primera responsabilidad financiera del Estado, que tiene la obligación indeclinable de sostenerla, garantizarla y gestionarla”. No solo podemos decir que ninguno de estos dos enunciados máximos no se cumple, sino que también hay una serie de deficiencias como la de falta de servicio de internet gratuito, suplementos tecnológicos, ítems, presupuesto, dotación oportuna de materiales, el elevado porcentaje de estudiantes que no están participando regularmente del proceso educativo, el alto porcentaje de abandono escolar y muchas otras más.

Respecto a que la ignorancia es muy cara, al parecer ni por sospecha pensamos que es así; pues, no nos damos cuenta aún que por falta de capacidad y competencia no estamos en condiciones de producir riqueza, de tener mejor salud, de aprovechar nuestros recursos naturales sin depredarlos, de cuidar el medio ambiente, etc. etc. Como que no admitimos que, con una educación de calidad, con un pueblo educado; se revertiría esta triste situación.

En Bolivia los maestros no somos valorados y ser maestro no es una carrera de élite como lo es en los países más desarrollados. Por décadas hubo improvisación docente y nunca se diseñó y desarrolló a plenitud la formación profesional de los trabajadores en la construcción del conocimiento.

Ahora que en el mundo se vive en la era de la “economía del conocimiento”, los bolivianos necesitamos para transformar nuestra exuberante riqueza natural en producción con valor agregado (productos industrializados), para vender al mundo, mejorar nuestra economía, nuestras condiciones y calidad de vida. Para todo eso requerimos una educación pública de calidad para todos de 0 a siempre. 

Cuando “el maestro sea la joya de la corona de un país”, cuando la educción sea liberada de intereses ocultos y los ingenieros humanos (maestros) dejen de ser víctimas del sistema; la educación ciertamente será el arma de liberación y el instrumento de progreso nacional; si no, “no será posible tener una sociedad de oro, con hombres de barro”.

Que somos pobres lo sabemos; pero no es para consolarnos con ello y más por el contrario debemos relucir con la siguiente incitación: "Cuando se nace pobre, ESTUDIAR es el mayor y mejor acto de rebeldía. El SABER rompe las cadenas de la esclavitud; esta debe ser una constante en el pensamiento, en el sentimiento y en la actitud de toda boliviana o boliviano.

El ser humano y la vida misma no tiene compartimientos, no está segmentado, por tanto, la educación no puede ser considerada sólo como fuente laboral del educador (con horarios, materias, salarios), sino que debe estar basada en el educando, en la integración de conocimientos, de emociones, de valores, de humanidad; sabiendo que no todos somos buenos para todo, pero que todos si somos buenos para algo. 

La educación debe responder a las inquietudes, habilidades, destrezas de cada estudiante; a la vocación, voluntad y deseo de ser lo que cada quien quiere ser y sentirse realizado; sentirse creador de su propio mundo y activo partícipe de la creación del mundo de todos. 

¡Felicidades en su día!, ¡valientes guerreros por la libertad de pensamiento, por la libertad de sentimiento y por la libertad de actitud del ser humano! 1


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