¿Sucesión o golpe?

Gradualmente, una vez que se llevaron a cabo las elecciones de 2.020, el ambiente político ha vuelto a encauzarse. Esta vez, los que detentaban el poder transitorio, están sufriendo en carne propia el desenfado y diatriba que sembró el entonces autoritario ministro de gobierno, a quién le falto poco para utilizar la frase: “los masistas deben andar con el testamento bajo el brazo”, parafraseando a lo que sucediera en una recordada y cruenta asonada militar.

¿Qué es lo que nos deja esa experiencia, a la que unos se esfuerzan en demostrar que fue una sucesión constitucional y otros, no se cansan de repetir que fue un golpe de estado, disfrazado y acogido sobre todo por jóvenes a los que se utilizó para llevar adelante la movilización de “las pititas”, que fue capitalizada por algunos políticos y sublevados de la policía nacional?

Antes de responder, solo debemos observar lo que sucedió pocos años antes, donde un parlamento, una vez se hubo producido la renuncia del periodista, historiador, sociólogo, escritor, comentarista deportivo, crítico de cine, y que después nos enteramos que además era un comerciante de su prestigio al negociar su candidatura por una cifra millonaria para ser postulado como vicepresidente, acepta la renuncia de los entonces presidentes de las Cámara de Diputados y Senadores, Mario Cossío y Hormando Vaca Díez, enfrentados a un amplio rechazo popular, quienes renunciaron a sus derechos de sucesión presidencial y permitieron que el presidente de la Corte Suprema de Bolivia asumiera el mando.

Es decir: no hubo algún parlamentario que estuviera en la sucesión de la cadena de mando en ambas cámaras, quién se atreviera siquiera, a enarbolar que, ante la dimisión, le “tocaba” asumir el mando, dando cumplimiento a la Constitución que estaba vigente en ese momento.

Pasan varios lustros, y los que defendieron y promovieron esa transición constitucional que derivo en la Presidencia de Eduardo Rodríguez Veltzé, personas que están en política hace decenios, fueron quienes cuando correspondía que como está previsto en la Constitución del 2.009, debía considerarse en el plenario de la Asamblea Legislativa Plurinacional su dimisión, sostuvieran que ya se había producido una renuncia pública en noviembre de 2019 del Presidente y del Vicepresidente, y que por lo tanto, debía asumir la o el presidente de la cámara de senadores y ante renuncia de esta autoridad, la o el presidente de la cámara de diputados, fueron quienes tramaron una sucesión presidencial “avalada” por un simple comunicado del Tribunal Constitucional.

Es decir: permitieron una aberración al indicar que una autoridad transitoria en tercer grado, y de propia boca se autoproclamara y asumiera la Presidencia del Estado cuando lo que correspondía, porque había quorum para que sesionara la Asamblea Legislativa Plurinacional, era elegir ante la renuncia de la presidente de la cámara de senadores a una nueva autoridad que asumiera la Presidencia del Estado Plurinacional para que convoque a elecciones en un plazo de 90 días. Como el MAS tenía mayoría en la Asamblea Legislativa y la renuncia del Presidente no había sido aceptada, urdieron un entuerto que infelizmente tuvo éxito. Un golpe de estado en democracia, un “neogolpe”.   

 

En otras palabras, un grupo de legisladores amparados en un comunicado que respetaba lo que dice la Constitución del 2.009, utilizaron esas cuantas líneas en medios de comunicación afines, como si se tratara de una sentencia constitucional, con el único objetivo de defenestrar a Evo Morales y al Movimiento al Socialismo, aunque desconocieran la Constitución, además de “ejercer” sus buenos oficios para:

-     Engatusar a los del Alto Mando Policial con el compromiso de igualar los salarios del verde olivo con los que tienen los miembros del Ejército.

-     Inventar la triquiñuela de que volvía la Biblia al Palacio Quemado, cuando el Papa Francisco hacía poco tiempo había visitado Bolivia

-     Mostraban imágenes que eran sobre todo citadinas, con bloqueos donde incluso en algunos municipios pedían cédulas de identidad abusivamente, cuando en las periferias de las urbes el descontento iba en aumento por la incertidumbre y abusos que se producían,

-     Amedrentar las mentes de muchos con imágenes del “Ahora sí, guerra civil”, sembrando inestabilidad y desconfianza.

-     Mostrar a muchos habitantes de El Alto como los monstruos que iban a ocasionar una hecatombe al tratar de hacer estallar las instalaciones de la Planta de Senkata, dependiente de YPFB, cuando eran personas que no estaban de acuerdo con lo que sucedía, quienes se movilizaron para evitar una distribución normal de combustibles, que fue reprimida y donde se perdieron varias vidas al mejor estilo de las dictaduras militares.

-     Mostrar audios donde una voz que supuestamente era del Presidente caído, instruía que no llegaran alimentos para que mueran de hambre los opositores, a un dirigente que “tenía voz de mando”, según el entonces Ministro de Gobierno, para generar escaramuzas a nivel nacional, mediante tropas irregulares preparadas para tal fin,

-     Utilizar a un periodista de CNN que les daba cobertura y menoscabaron la madurez política con la que se actuó, al evitar confrontaciones que hubieran derivado en ríos de sangre, pacificación que fue obra de una Presidente del Senado y un Presidente de Diputados que aparecieron en escena de la noche a la mañana, quienes fueron inicialmente aplaudidos y que luego los cuestionaban a diestra y siniestra, porque no cayeron en la trampa

-     Apareció otro negociante de las noticias escandalosas de apellido Entrambasaguas, que, por cierto, recibió gran cobertura en diferentes medios de prensa, persona que denunciaba las bajezas del Presidente escapado, escudándose tras del fugaz poder de un gobierno ilegítimo que le brindaba protección, sin tener la valentía de demostrar ante las autoridades competentes sus aseveraciones.

-     Cerraron el círculo, denunciando que los bolivianos habíamos sido engañados en las últimas elecciones, con una acción de la OEA que claramente fue una injerencia a la soberanía del país.

 

A estas alturas, igual que ustedes que leen estas líneas, me pregunto:

 

-     ¿Los policías fueron nivelados en sus salarios? Si así fuera, sería una afrenta a todos los bolivianos porque los que deben ser nivelados a la realidad del país, son los militares, que se jubilan con el 100% de su salario cuando el resto, percibimos rentas de hambre.

-     La Biblia nunca se fue ni se irá de Bolivia. Lo que debe irse es que se siga pretendiendo que solo se reconozca la religión católica y se proscriba la libertad de culto

-     La elección de 2020, mostró que la unión de ese grupo de insurrectos que ostentaron el poder, era una fracción minoritaria del país, que tuvieron varios candidatos y que no se pueden entender cuando de intereses políticos se trata.

-     “Ahora sí, guerra civil” se tradujo en: Vamos a ejercer nuestro derecho al voto democráticamente

-     CNN quedo maltrecha, cuando su periodista, a días de la elección de 2.020, criticaba a una clase política que no encontró el rumbo, como si fuera un reportero contratado para mostrar claramente que estaba del lado de cualquiera que impidiera el retorno del MAS, con quienes tuvo un entuerto de credibilidad en una ocasión anterior.

-     El periodista español, hizo esfuerzos supremos para que se judializaran sus denuncias. Ahora es el momento donde de forma directa podría intervenir. Ahora es el momento de demostrar sus acusaciones y presentar demandas legales, igual que cualquier persona que se sienta agraviada o que está segura como para iniciar acciones incluso en cortes internacionales.

 

Entonces: ¿Se produjo un golpe de Estado o hubo una sucesión constitucional? Como describo en estas líneas, fue un golpe de estado. Seguramente atípico y que es una lección aprendida para otras latitudes, que decantó en un gobierno ilegítimo destinado a recuperar espacios de poder para quienes, en catorce años, prácticamente había sido arrinconados políticamente.

Hoy, luego de varios compatriotas muertos que derramaron su sangre, de un año con mucha más penumbra que claridad, donde incluso se aprovechó la pandemia para tratar de mostrar la excelencia de una candidata que leía bien los discursos que le preparaban y que trato de legitimar su permanencia en el poder, debemos estar conscientes que no puede haber nunca más un golpe de Estado, que debemos trabajar en terminar de sanear nuestro padrón electoral, de mejorar nuestra democracia, de lograr la independencia de los poderes del Estado. En síntesis: organizarnos mejor y de proteger a nuestra nación. Aquí vivimos y aquí nos quedaremos. La soberanía, en cualquier ámbito, no solo es defender la geografía de un país; también significa que no nos roben lo que conseguimos en nuestras culturas; que se reconozcan nuestros derechos; que, como sociedad civilizada, somos capaces de resolver nuestros problemas; que podemos perfeccionar nuestra democracia; y sobre todo que nadie puede pisotear nuestra dignidad. No más injerencias de OEA´s o cualquier otro organismo.


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