El plan B de Arce, de Evo, de la oposición y los paraísos fiscales
Gobierno y empresarios pactaron diez medidas para facilitar la obtención de dólares, para garantizar que estos se quedan en el país y para que los que salieron al “colchón” vuelvan al sistema financiero
El plan B de Evo Morales se llama también Evo Morales, pero no es el único sin alternativa. Ni la oposición formal ni el gobierno de Luis Arce tienen claro cuál es el camino a seguir si fracasan sus planteamientos, pero es posible que tampoco lo tengan si tienen éxito.
Esta semana ha vuelto a estar marcada por la economía en general y la falta de dólares en particular, un problema que está atravesando todo el planeta por las políticas ortodoxas de los Bancos Centrales retirando dólares para contener la inflación, pero que en Bolivia tiene además características específicas, como que se gasta una barbaridad en subvención a los hidrocarburos que ya no se cubre con la exportación de los propios porque básicamente, ya no hay ni nuestros vecinos los quieren.
El lunes se vivió uno de esos momentos que tienen que ver más con la religión que con lo político, y no solo porque la economía tenga mucho que ver con la Fe. Empresarios y Gobierno se reunieron en una reunión inédita dispuestos a buscar soluciones específicas para los problemas del dólar en el país en lo que suponía un segundo reconocimiento formal de la gravedad de la situación por parte de Luis Arce. La reunión fue rápida y precisa y no contó con distracciones ni se camufló como una cumbre con movimientos sociales que repitan consignas.
Del encuentro salieron diez puntos que básicamente liberan las exportaciones de forma total a cambio de garantizar que los recursos obtenidos en dólares vuelven al país y no se quedan por ahí en paraísos fiscales. También autoriza a emitir bonos en dólares para que la gente que ha transformado los suyos en el mercado negro para dejarlos debajo del colchón los vuelva a meter en el sistema rentando algo, pues tampoco cualquiera puede permitirse una cuenta en Las Bahamas. Además, algunas otras medidas más simbólicas como permitir que los grandes consumidores de diésel se lo compren por su cuenta en el extranjero ahora que con el barril a 76 dólares pueden encontrar algunas opciones amigables en el mercado.
A los cinco minutos de publicados los acuerdos la nueva guardia liberal ya clamaba contra el mismo y auguraba su fracaso, al mismo tiempo que consideraba desleales o ilusos a los empresarios, mientras que la vieja guardia del evismo criticaba la ortodoxia de las mismas insistiendo en que es ejemplo de la derechización del gobierno, eso a pesar de que el mismo Evo Morales pidió hace solo unos meses la liberación de las exportaciones y consideró que los cupos – instalados en su gobierno para garantizar los precios internos – eran inauditos.
A los cuatro días también hubo quien además validó ese fracaso porque aún no se habían puesto en marcha en un país tan cargado de burocracia y escasa capacidad ejecutiva como este. Claro que también en cuatro días hubo quien sacó pecho asegurando que se había pinchado la burbuja especulativa del dólar volviendo su cotización a los 7 bolivianos, algo que objetivamente no ha pasado.
El gobierno sigue confiando en que bajen las tasas en la Reserva Federal y se estabilice el mercado mundial mientras se avanza en el proyecto del litio, del mutún y recibe el apoyo del gobierno chino, que de momento ha aceptado un mecanismo un tanto complejo para homologar cuentas del Banco Unión con el Banco Industrial chino y pagar importaciones de aquel país, que son las mayores, en yuanes.
Los analistas más sobrios señalan que ya se ha instalado un pseudo corralito por las limitaciones en la disposición de efectivo y las altas comisiones bancarias que desincentivan cualquier operación alternativa, pero señalan que siempre será posible establecer un control de capitales formal y prohibir las importaciones de todo tipo si el asunto llega al extremo.
El plan opositor
Tal vez en la oposición alguien tenga certezas de que el FMI acudirá al rescate de Bolivia llegado el momento. El equipo de Arce también lo contempla, pero en cualquier caso, no será ni rápido ni indoloro, y si al derrumbe del sistema financiero le sigue la caída violenta de un gobierno acorralado, a lo que muchos apuestan, podría ser peor.
Con todo el pulso por la aprobación de los convenios internacionales que viabilicen los créditos en dólares que sumarían divisas se ha convertido en la madre de todas las batallas en la Asamblea Legislativa Plurinacional, eso sí, sin mayor argumento que la propia batalla y con los golpes como argumento: el diputado Ormaechea, que fue de los más fustigados, celebraba sin embargo el bloqueo con un “doblamos el brazo al gobierno” mientras el oficialismo de Arce se despliega por todos los foros disponibles para detallar la infinidad de proyectos que dicen que van a cubrir esos créditos rechazados, que en realidad no son tantos, al menos para Tarija.
De momento se ha cerrado otra semana, pero difícilmente se podrá mantener esta intensidad hasta elecciones.
La Asamblea tarijeña, al asalto del Tesoro
Mientras en el nivel nacional se asume que la falta de dólares tiene que ver con el vaciamiento de las reservas de gas, que ya no generan los dólares que generaban hace solo una década, en Tarija, epicentro de esos pozos agotados, se pelea por repartir los últimos que va dejando un modelo en crisis, el del reparto de regalías.
De un lado, las provincias productoras a las que les han convencido de que tendrán pozos exitosos exigen el cambio de la Ley 3058 que destina el 45% de las regalías al Chaco estableciendo un Pacto Fiscal Departamental; del otro, los municipios elevan su participación directa en esas regalías hasta el 12% sin mayor plan de coordinación que su voluntad.
La batalla está cruenta y tanto la Gobernación como la propia Asamblea tendrán que dar pasos adelantes para pacificar el departamento. El propio gobernador Oscar Montes ha reconocido que en 2029 no quedarán regalías que repartir.