El misterioso poder del rayo, entre muertes y privilegios
Más de diez personas murieron a causa de los rayos en 2018 El que una persona sobreviva a un rayo se trata casi de un milagro en Bolivia y se dice que quienes lo logran reciben a partir de ese día poderes especiales, ya sea de curación o que sirven para la videncia. Más aún son muchas las...



Más de diez personas murieron a causa de los rayos en 2018
El que una persona sobreviva a un rayo se trata casi de un milagro en Bolivia y se dice que quienes lo logran reciben a partir de ese día poderes especiales, ya sea de curación o que sirven para la videncia. Más aún son muchas las personas que mueren con estas descargas. El pasado año la furia del rayo se llevó más de diez vidas en nuestro país.
En Bolivia se dice que un rayo puede matarte u otorgarte un gran poder que te cambiará la vida para siempre
Cliver Leytón es un curandero tarijeño que sobrevivió en su niñez a una de estas descargas y ha recibido un privilegio. Desde el momento del suceso se ha dedicado a curar a cuanta persona lo ha visitado. Pero no todas las historias tienen un final feliz y sobrevivir a este fenómeno puede ser cuestión de suerte.
De acuerdo a la revista Muy Interesante ahora mismo se están produciendo en el mundo unas 20.000 tormentas, que lanzan unos cien rayos por segundo. Por término medio, tienen lugar al año entre 16 y 17 millones de tormentas, unas 44.000 diarias. Esto supone que caen 8 millones de relámpagos al día, capaces de liberar una energía comparable a 2 millones de toneladas de dinamita.
“Se calcula que cada rayo mide unos 5 kilómetros de longitud por solo 1 centímetro de anchura, y descarga entre 1.000 y 10.000 millones de julios de energía, con una corriente de hasta 200.000 amperios y 100 millones de voltios. El aire circundante puede alcanzar temperaturas de 20.000 ºC, más de tres veces la de la superficie del Sol, que ronda los 6.000 ºC. Por eso los rayos son tan letales”.
En 2018 en Bolivia hubo muchos casos en los que murieron varias personas a causa de rayos. Uno de los casos sucedió el 19 de noviembre cuando una descarga de este tipo mató a un padre y a sus cuatro hijos.
El padre junto a sus dos hijos y dos hijas, de entre 8 y 19 años de edad, "se encontraban refugiados en una choza de paja esperando que la granizada pase (pero), un fuerte rayo cayó sobre la choza y los cuerpos fueron calcinados", relató el alcalde de Chayanta, William Guzmán, citado por los portales de las radios Erbol y Fides.
En octubre del pasado año sucedió otro caso similar, una mujer murió y otras dos personas resultaron heridas tras el impacto de un rayo que cayó en K'ara K'ara, al sur de la ciudad de Cochabamba.
"Se habría producido el fallecimiento de la señora Silvia Illanes Blanco, de 26 años, a consecuencia de que había sido alcanzada por un rayo. Asimismo, resultaron heridas la señora Janeth Rojas, de 22 años, y Celia Ramírez Navia, de 24 años", se informó.
Más aún los casos suman, otro de estos hechos se registró el pasado 25 de septiembre cuando una menor falleció, víctima del impacto de un rayo tras una tormenta que tuvo lugar en el municipio de Tarvita en Potosí. Esto sucedió a pesar de la presencia de torres de pararrayo.
Ya para mediados y finales de diciembre se dieron otros casos, pues el 18 de diciembre tres jóvenes fallecieron al ser alcanzados por un rayo en la comunidad de Tacapi, departamento de Chuquisaca.
Los jóvenes salieron de sus casas en plena lluvia para ir en busca de sus animales que estaban en los cerros.
La última tragedia que dejó 5 niños huérfanos
[caption id="attachment_224529" align="alignnone" width="690"] Niños huérfanos tras rayo en Potosí[/caption]
Pero un último caso está conmoviendo a Bolivia entera. El pasado 28 de diciembre cinco niños quedaron huérfanos de padre y madre tras que un rayó fulminara a la pareja de esposos en un inmueble de una comunidad del municipio de San Pedro de Buenavista en el departamento de Potosí.
El hecho sucedió en la estancia Elile de la comunidad de San Marcos. Los siete integrantes de la familia estaban dentro cuando un rayo impactó sobre la casa.
Sebastián Mamani Choque (33) y Pastora Lázaro Surumi (30) murieron instantáneamente, mientras que los menores quedaron inconscientes. Sandra, de 12 años; Elena, de 10; José Luis, de ocho; Rosmery, de 6, y Esmeralda, de cuatro son los menores que ahora quedaron en la orfandad
El gobernador Juan Carlos Cejas, una vez que se enteró de la tragedia, envió una comisión del Servicio Departamental de Gestión Social (Sedeges) con la finalidad de que los niños sean internados en un albergue estatal de Uncía.
Sin embargo, Juana Choque, de 76 años, abuela de los menores, no quiso y dijo que se hará cargo de los mismos junto a su esposo de 80 años de edad.
Los sobrevivientes
[caption id="attachment_224530" align="alignnone" width="700"] Cliver el curandero que sobrevivió a un rayo en su niñez[/caption]
Aunque poco se habla de los sobrevivientes de este fenómeno El País entrevistó a Cliver Leytón uno de los privilegiados a los que la naturaleza escogió para otorgarle la facultad de curar.
Cuenta que tenía seis años y se encontraba jugando con sus soldaditos de plástico cuando un rayo cayó sobre su pierna derecha y lo dejó inconsciente, casi como muerto.
Cuando despertó, horas después, vio a toda su familia alrededor de él, tíos, primos y padres, quienes lo miraban preocupados. “Yo intentaba articular palabra pero no podía, movía mi boca pero las palabras no salían, además no escuchaba, hasta hoy tengo un poco de problemas del oído”, explica.
Aunque todos pensaban que ya había muerto, pasaron días y meses y Leytón mejoró.
Por aquel entonces su madre sufría dolores de cabeza. “Ella me pedía que le sobe y cuando lo hacía le calmaba. A veces ella les pedía a mis hermanos que le soben pero eso no le aliviaba”, cuenta y añade que de esta manera su madre fue descubriendo en él la capacidad de aliviar el dolor con sus manos.
“A mi abuelita le decía, que le sobe el Clivercito, ya va a ver que se le va a pasar”, relata. Lo mismo hacía con sus amigas que tenían algún problema y les ofrecía los servicios de Cliver para que las mejorara de sus dolencias.
Cuenta que un día su madre le dijo: “Tú tienes algo en tus manitos que puedes curar” y de este modo esa idea se interiorizó en él y fue afianzando ciertos rasgos de su personalidad como la tranquilidad de su carácter, la cualidad de apreciar la naturaleza, el gusto por las plantas y la curiosidad para aprender.
Cuando tenía 15 años Leytón comenzó a viajar con su mochila en la espalda por diferentes lugares. Eran viajes de aprendizaje en los que siempre buscó conocer más sobre la medicina natural. Su curiosidad lo llevó a diferentes lugares del mundo en los que siempre encontró personas dedicadas a la curación y lo reconocieron como un igual.
“Estuve en México con los chamanes de Coutla y allí me han dicho que era una persona de ellos, ellos me reconocieron como persona que cura”, dice y agrega que hizo también un viaje por Brasil y llegó hasta Panamá. En Bolivia visitó los lugares de los Kallawayas como Charazani.
Estos viajes le proporcionaron un conocimiento más sólido sobre la salud y la forma de preservarla como también de mejorarla. Pero sus avances en esta área continuaban.
A los 15 años se hizo vegetariano pese a que cuando tomó esta decisión se chocó con la oposición férrea de su padre. Actualmente toda su familia es vegetariana.
Los privilegios del rayo
¿Pero qué es lo que sucede cuando una persona es alcanzada por un rayo y no muere? ¿Qué es lo que le da a la persona el don de la curación? Preguntamos
Leytón responde que lo que sucede es que la persona recibe la energía del universo a través del rayo. “Es la energía estelar de magnetismo celeste, y esa energía concentrada se da dentro de la persona y en esta persona despierta alguno de los centros de energía que tiene el ser humano en la columna cervical, que son siete. Estos centros se estimulan y se aviva el poder que tenemos dentro”, explica.
Agrega que es muy común encontrar personas con la cualidad de curar que refieren haber sufrido la caída de un rayo y haber sobrevivido. Generalmente relatan también algunos cambios en su ser que tienen que ver con algunas cualidades adquiridas, “ese poder” del que habla Leytón.
“Se trata de una cualidad que nos da la naturaleza, la naturaleza nos elige de alguna manera para que podamos curar”, afirma, sin embargo, no le gusta mucho hablar de cómo adquirió el don de curar debido a que considera que puede sonar a vanidad o soberbia.
En el consultorio de Leytón se respira paz, el aroma a incienso es permanente y una música suave acompaña la conversación.
Sus técnicas de diagnóstico son variadas y consisten en observar el iris de la persona, tomar el pulso o leer el tarot, que no lo hace con frecuencia, según aclara. Además practica técnicas propias del naturismo como la hidroterapia y el uso de plantas medicinales y otros elementos de curación natural.
La alerta naranja declarada en el país
El Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi) emitió el pasado año en noviembre una alerta naranja por riesgo agropecuario y crecida de ríos en el país. Anticipó que existirán intensas lluvias, tormentas eléctricas y granizo.
Por la probable actividad de descargas eléctricas (rayos) se recomendó no tener corrales, potreros y establos abiertos en su totalidad, contar con pararrayos, vigilar el estado de las cercas metálicas que son conductoras de energía eléctrica y no utilizar árboles para que ayuden a resguardar a los animales por el riesgo de descargas en la copa de los árboles.
Desde el Senamhi se explicó que esto se debe al fenómeno del Niño, cuyo impacto continuará en este año 2019.
La formación de rayos
Según la revista Muy Interesante el proceso de formación de rayos en la atmósfera es complejo. Se trata de una descomunal descarga eléctrica que se produce cuando el movimiento ascendente y descendente del aire dentro de un cumulonimbo –la nube de tormenta– crea dos zonas de potencial eléctrico opuesto: en la parte superior de la nube se acumulan las partículas con carga positiva y en la parte baja, las negativas.
Cuando la separación entre unas y otras es muy grande, se produce el rayo en el interior de la nube, entre nubes distintas o entre la nube y la tierra. La mayoría de las descargas eléctricas que se generan en una tormenta no llegan a la superficie terrestre pero algunas sí y pueden ser letales.
¿Qué hacer para protegerse de los rayos?
Te invitamos a leer detenidamente la siguiente infografía
El que una persona sobreviva a un rayo se trata casi de un milagro en Bolivia y se dice que quienes lo logran reciben a partir de ese día poderes especiales, ya sea de curación o que sirven para la videncia. Más aún son muchas las personas que mueren con estas descargas. El pasado año la furia del rayo se llevó más de diez vidas en nuestro país.
En Bolivia se dice que un rayo puede matarte u otorgarte un gran poder que te cambiará la vida para siempre
Cliver Leytón es un curandero tarijeño que sobrevivió en su niñez a una de estas descargas y ha recibido un privilegio. Desde el momento del suceso se ha dedicado a curar a cuanta persona lo ha visitado. Pero no todas las historias tienen un final feliz y sobrevivir a este fenómeno puede ser cuestión de suerte.
De acuerdo a la revista Muy Interesante ahora mismo se están produciendo en el mundo unas 20.000 tormentas, que lanzan unos cien rayos por segundo. Por término medio, tienen lugar al año entre 16 y 17 millones de tormentas, unas 44.000 diarias. Esto supone que caen 8 millones de relámpagos al día, capaces de liberar una energía comparable a 2 millones de toneladas de dinamita.
“Se calcula que cada rayo mide unos 5 kilómetros de longitud por solo 1 centímetro de anchura, y descarga entre 1.000 y 10.000 millones de julios de energía, con una corriente de hasta 200.000 amperios y 100 millones de voltios. El aire circundante puede alcanzar temperaturas de 20.000 ºC, más de tres veces la de la superficie del Sol, que ronda los 6.000 ºC. Por eso los rayos son tan letales”.
En 2018 en Bolivia hubo muchos casos en los que murieron varias personas a causa de rayos. Uno de los casos sucedió el 19 de noviembre cuando una descarga de este tipo mató a un padre y a sus cuatro hijos.
El padre junto a sus dos hijos y dos hijas, de entre 8 y 19 años de edad, "se encontraban refugiados en una choza de paja esperando que la granizada pase (pero), un fuerte rayo cayó sobre la choza y los cuerpos fueron calcinados", relató el alcalde de Chayanta, William Guzmán, citado por los portales de las radios Erbol y Fides.
En octubre del pasado año sucedió otro caso similar, una mujer murió y otras dos personas resultaron heridas tras el impacto de un rayo que cayó en K'ara K'ara, al sur de la ciudad de Cochabamba.
"Se habría producido el fallecimiento de la señora Silvia Illanes Blanco, de 26 años, a consecuencia de que había sido alcanzada por un rayo. Asimismo, resultaron heridas la señora Janeth Rojas, de 22 años, y Celia Ramírez Navia, de 24 años", se informó.
Más aún los casos suman, otro de estos hechos se registró el pasado 25 de septiembre cuando una menor falleció, víctima del impacto de un rayo tras una tormenta que tuvo lugar en el municipio de Tarvita en Potosí. Esto sucedió a pesar de la presencia de torres de pararrayo.
Ya para mediados y finales de diciembre se dieron otros casos, pues el 18 de diciembre tres jóvenes fallecieron al ser alcanzados por un rayo en la comunidad de Tacapi, departamento de Chuquisaca.
Los jóvenes salieron de sus casas en plena lluvia para ir en busca de sus animales que estaban en los cerros.
La última tragedia que dejó 5 niños huérfanos
[caption id="attachment_224529" align="alignnone" width="690"] Niños huérfanos tras rayo en Potosí[/caption]
Pero un último caso está conmoviendo a Bolivia entera. El pasado 28 de diciembre cinco niños quedaron huérfanos de padre y madre tras que un rayó fulminara a la pareja de esposos en un inmueble de una comunidad del municipio de San Pedro de Buenavista en el departamento de Potosí.
El hecho sucedió en la estancia Elile de la comunidad de San Marcos. Los siete integrantes de la familia estaban dentro cuando un rayo impactó sobre la casa.
Sebastián Mamani Choque (33) y Pastora Lázaro Surumi (30) murieron instantáneamente, mientras que los menores quedaron inconscientes. Sandra, de 12 años; Elena, de 10; José Luis, de ocho; Rosmery, de 6, y Esmeralda, de cuatro son los menores que ahora quedaron en la orfandad
El gobernador Juan Carlos Cejas, una vez que se enteró de la tragedia, envió una comisión del Servicio Departamental de Gestión Social (Sedeges) con la finalidad de que los niños sean internados en un albergue estatal de Uncía.
Sin embargo, Juana Choque, de 76 años, abuela de los menores, no quiso y dijo que se hará cargo de los mismos junto a su esposo de 80 años de edad.
Los sobrevivientes
[caption id="attachment_224530" align="alignnone" width="700"] Cliver el curandero que sobrevivió a un rayo en su niñez[/caption]
Aunque poco se habla de los sobrevivientes de este fenómeno El País entrevistó a Cliver Leytón uno de los privilegiados a los que la naturaleza escogió para otorgarle la facultad de curar.
Cuenta que tenía seis años y se encontraba jugando con sus soldaditos de plástico cuando un rayo cayó sobre su pierna derecha y lo dejó inconsciente, casi como muerto.
Cuando despertó, horas después, vio a toda su familia alrededor de él, tíos, primos y padres, quienes lo miraban preocupados. “Yo intentaba articular palabra pero no podía, movía mi boca pero las palabras no salían, además no escuchaba, hasta hoy tengo un poco de problemas del oído”, explica.
Aunque todos pensaban que ya había muerto, pasaron días y meses y Leytón mejoró.
Por aquel entonces su madre sufría dolores de cabeza. “Ella me pedía que le sobe y cuando lo hacía le calmaba. A veces ella les pedía a mis hermanos que le soben pero eso no le aliviaba”, cuenta y añade que de esta manera su madre fue descubriendo en él la capacidad de aliviar el dolor con sus manos.
“A mi abuelita le decía, que le sobe el Clivercito, ya va a ver que se le va a pasar”, relata. Lo mismo hacía con sus amigas que tenían algún problema y les ofrecía los servicios de Cliver para que las mejorara de sus dolencias.
Cuenta que un día su madre le dijo: “Tú tienes algo en tus manitos que puedes curar” y de este modo esa idea se interiorizó en él y fue afianzando ciertos rasgos de su personalidad como la tranquilidad de su carácter, la cualidad de apreciar la naturaleza, el gusto por las plantas y la curiosidad para aprender.
Cuando tenía 15 años Leytón comenzó a viajar con su mochila en la espalda por diferentes lugares. Eran viajes de aprendizaje en los que siempre buscó conocer más sobre la medicina natural. Su curiosidad lo llevó a diferentes lugares del mundo en los que siempre encontró personas dedicadas a la curación y lo reconocieron como un igual.
“Estuve en México con los chamanes de Coutla y allí me han dicho que era una persona de ellos, ellos me reconocieron como persona que cura”, dice y agrega que hizo también un viaje por Brasil y llegó hasta Panamá. En Bolivia visitó los lugares de los Kallawayas como Charazani.
Estos viajes le proporcionaron un conocimiento más sólido sobre la salud y la forma de preservarla como también de mejorarla. Pero sus avances en esta área continuaban.
A los 15 años se hizo vegetariano pese a que cuando tomó esta decisión se chocó con la oposición férrea de su padre. Actualmente toda su familia es vegetariana.
Los privilegios del rayo
¿Pero qué es lo que sucede cuando una persona es alcanzada por un rayo y no muere? ¿Qué es lo que le da a la persona el don de la curación? Preguntamos
Leytón responde que lo que sucede es que la persona recibe la energía del universo a través del rayo. “Es la energía estelar de magnetismo celeste, y esa energía concentrada se da dentro de la persona y en esta persona despierta alguno de los centros de energía que tiene el ser humano en la columna cervical, que son siete. Estos centros se estimulan y se aviva el poder que tenemos dentro”, explica.
Agrega que es muy común encontrar personas con la cualidad de curar que refieren haber sufrido la caída de un rayo y haber sobrevivido. Generalmente relatan también algunos cambios en su ser que tienen que ver con algunas cualidades adquiridas, “ese poder” del que habla Leytón.
“Se trata de una cualidad que nos da la naturaleza, la naturaleza nos elige de alguna manera para que podamos curar”, afirma, sin embargo, no le gusta mucho hablar de cómo adquirió el don de curar debido a que considera que puede sonar a vanidad o soberbia.
En el consultorio de Leytón se respira paz, el aroma a incienso es permanente y una música suave acompaña la conversación.
Sus técnicas de diagnóstico son variadas y consisten en observar el iris de la persona, tomar el pulso o leer el tarot, que no lo hace con frecuencia, según aclara. Además practica técnicas propias del naturismo como la hidroterapia y el uso de plantas medicinales y otros elementos de curación natural.
La alerta naranja declarada en el país
El Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi) emitió el pasado año en noviembre una alerta naranja por riesgo agropecuario y crecida de ríos en el país. Anticipó que existirán intensas lluvias, tormentas eléctricas y granizo.
Por la probable actividad de descargas eléctricas (rayos) se recomendó no tener corrales, potreros y establos abiertos en su totalidad, contar con pararrayos, vigilar el estado de las cercas metálicas que son conductoras de energía eléctrica y no utilizar árboles para que ayuden a resguardar a los animales por el riesgo de descargas en la copa de los árboles.
Desde el Senamhi se explicó que esto se debe al fenómeno del Niño, cuyo impacto continuará en este año 2019.
La formación de rayos
Según la revista Muy Interesante el proceso de formación de rayos en la atmósfera es complejo. Se trata de una descomunal descarga eléctrica que se produce cuando el movimiento ascendente y descendente del aire dentro de un cumulonimbo –la nube de tormenta– crea dos zonas de potencial eléctrico opuesto: en la parte superior de la nube se acumulan las partículas con carga positiva y en la parte baja, las negativas.
Cuando la separación entre unas y otras es muy grande, se produce el rayo en el interior de la nube, entre nubes distintas o entre la nube y la tierra. La mayoría de las descargas eléctricas que se generan en una tormenta no llegan a la superficie terrestre pero algunas sí y pueden ser letales.
¿Qué hacer para protegerse de los rayos?
Te invitamos a leer detenidamente la siguiente infografía