Anuario de La Mano: Los 5 (+1) hechos que resumen un año político de tensión
El año 2023 ha sido denso en cuestiones políticas, especialmente marcado por los temores económicos y los pulsos políticos internos donde se ha movido mucho poder. Estos han sido los cinco hechos que han levantado más polvaredas internas:
La quiebra del banco Fassil: 2022 se cerró con un claro desafío a la unidad del país luego de que el Comité Cívico cruceño invocara el derecho a la autodeterminación de los pueblos y ordenara revisar la relación con el Estado, aunque el paceñocentrismo no le diera suficiente importancia.
El desafío inmediatamente provocó la “extracción” del gobernador Luis Fernando Camacho, llevado a Chonchocoro, pero poco después y ni bien se empezaron a mover rumores sobre la estabilidad del dólar, el banco Fassil, financiador de las principales operaciones especulativas de la oligarquía cruceña, quebró.
Sus activos se repartieron entre el resto de bancos y los tóxicos se los quedó el Banco Unión, y probablemente sanearemos entre todos. Un interventor se suicidó alegando algo así como que el caso era demasiado grande, pero después todo fue rodado. No hubo contagio al sistema financiero y, después, no hubo desafío al sistema constitucional. La definición final del Comité Cívico supone “abrir una batalla jurídica para profundizar la autonomía”. Pasapalabra.
El fijo Del Castillo: Hasta tres interpelaciones se habían programado contra el ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, en la Asamblea Plurinacional, sin embargo, las dos primeras fracasaron porque eran temas difíciles para votar “con la derecha”, sin embargo, la que tuvo que ver con las irregularidades en la gestión de vehículos incautados por la Aduana le acabó costando el puesto. El evismo se la tenía jurada en medio de multitud de denuncias sobre supuestas connivencias con el narcotráfico.
En esas, Luis Arce tiró del nuevo manual del despotismo y tal como había hecho su antecesora, Jeanine Áñez, lo volvió a nombrar en el mismo acto, lo que supuso un desafío al evismo y un cierre de filas sustancial con el ministro de Gobierno al que solo un mes después se le escapó el narcotraficante más buscado de Sudamérica a pesar de que había sido alertado por interpol semanas antes.
Desde entonces Del Castillo ha bajado perfil, pero no hay duda de que Arce ligó su suerte a la de su subordinado.
El cabildo en El Alto: Evo Morales tomó la delantera en la carrera por la nominación presidencial del MAS adelantando el Congreso a octubre y colocándolo en su feudo de Chimoré en días de semana, pero tal fue su ansiedad que lo que era una batalla por el control orgánico se convirtió en una proclamación de candidatura ante sus más fervientes seguidores.
Era cuestión de tiempo que el Tribunal Electoral lo anulara, aunque utilizó argumentos peregrinos como una supuesta (y ridícula) no afiliación de Morales al partido cuando en realidad el quórum había sido muy justo.
Por el medio, los afines a Arce convocaron una reunión en El Alto y lo llamaron “cabildo”, la palabra fetiche de la oposición oriental, lo que más parecía una provocación. En aquel momento quedó claro que la reconciliación no era posible,
La posesión de Celinda: Luego de que el cargo de canciller quedara vacante tras que Rodrigo Mayta aceptara un cómodo cargo en el tribunal de la CAN, Arce se tomó su tiempo para acabar nombrando a Celinda Sosa en el puesto de mayor roce internacional. La noticia sacudió a todo el sistema masista, pues se trataba de una persona de mucha confianza de Morales, que había formado parte de su primer gabinete y a quién le había encomendado misiones de relevancia. Su vuelco hacia Arce, con quien tenía buena relación desde el primer gabinete y que ya la había refugiado en el BDP en el pasado, fue un mensaje para muchos de los cuadros que dudaban a qué lado arrimarse.
El pacto pro-Andrónico: El último momento de fuerte sismo, con réplicas aún sintiéndose, fue el que protagonizó el presidente del Senado, Andrónico Rodríguez, que revalidó su cargo con apoyo de la bancada evista y la de la oposición a cambio de una agenda legislativa que, de momento, no se ha aplicado.
Andrónico ya había sido intimado a posicionarse meses atrás, ya que guardaba las formas con Arce mientras profundizaba relaciones y agenda. Finalmente trató de marcar perfil propio alejándose de Arce y legitimando el Congreso de Lauca Ñ con Morales, pero rechazando la crítica permanente que este ejerce sobre el presidente Arce.
Ni unos ni otros lo querían al frente del Senado de nuevo, pero supo maniobrar para sumar los votos y presentarse como tercera vía, aunque nadie creo que Morales se lo perdone. Aun así, será Carlos Mesa quien tenga que dar muchas explicaciones de un nuevo pacto con el evismo que agita su fantasma más alargado: el de colaboracionista.
(+1) Evo game over: De todas las salidas honrosas que el expresidente podía haber elegido, asumir la derrota por un comentario en una sentencia del Tribunal Constitucional sobre Libertad de Expresión cuando recién intentaba lanzar una candidatura exitosa para recuperar el poder, primero en el MAS y luego en el país, puede ser la menos decorosa. No parece que vaya a tener la fuerza para revertir la situación, por lo que Arce puede considerar que tiene el camino despejado, aunque tendrá que ganársela en el MAS.