Edición carnavalera
¿Y si Evo, Áñez o Mesa fueran presidentes?
¿Qué sería de Bolivia con un presidente diferente de Bolivia? ¿Qué hubiera pasado si Evo Morales hubiera impuesto su victoria en primera vuelta en aquel 2021? ¿Qué si Mesa hubiera logrado ganar en segunda vuelta? ¿Qué si Áñez hubiera ido a las ánforas el 3 de mayo? Desde La Mano del Moto construimos



Domingo de disfraces en el Carnaval tarijeño, día de especulaciones, de fantasías, de imaginarse en otro cuerpo, en otro estadio, en otro país. Día de hacerse preguntas. De ¿qué hubiera sido si…?
Febrero de 2022, Morales mira al infinito desde la última planta de la Casa Grande del Pueblo, acaba de aplastar la última revuelta interna protagonizada por Álvaro García Linera, que como todo vicepresidente en Bolivia “ambicionaba llegar a ser Presidente”. Morales recuerda aquellas jornadas de octubre de 2019 en el que los movimientos sociales le dieron la espalda. Williams Kaliman tomó la determinación de sacar al Ejército a las calles y recobró el control. La Asamblea Plurinacional se cerró justo dos semanas antes de que se detectara el primer caso Covid en Oruro. Gobernar en minoría nunca fue fácil y todas las leyes hubieran tenido que ser explicadas con anticipación. “Fue mejor así”, se dice para sí mismo.
En la mesa caoba del living dormita Juan Ramón Quintana, que nunca recuperó su vitalidad después de los esfuerzos por entrar en la embajada de México. Un fallo hormonal, dijeron. Ni el cargo de Ministro de Gobierno que siempre ambicionó le devolvió la energía. Ahora Hugo Móldiz ejerce en la sombra, pero ya todos los saben: nunca Carlos Romero - encarcelado acusado de conspirar con el excomandante de la Policía Vladimir Calderón, con el rezo del último día como única prueba - había recibido tantas acusaciones. Hay quien sospecha que es un ajuste de cuentas por el caso Belaunde.
También está Evaliz Morales, convertida en la única Ministra de la Presidencia admitida en confianza por su padre, quien ya advirtió al pueblo que nada tenía que ver sus lazos de sangre, sino que se había ganado el puesto por meritocracia absoluta. Evaliz sigue buscando a Adriana Salvatierra, aparentemente refugiada en Ucrania, para que expliqué por qué renunció.
A la derecha, claro, está Luis Arce Catacora, quien presenta la evolución del modelo Económico Social Productivo Comunitario Solidario Kermessista Prepandémico Autónomo y Formalizado, en el que se buscan las fórmulas para liberar cargas sociales en las últimas empresas privadas y públicas con beneficios para lograr la verdadera igualdad social sin jubilación ni vivienda de todo el proletariado. Algunos discuten si es necesario buscar una nueva idea más allá de la nacionalización de los hidrocarburos para la próxima campaña electoral, cuando cumpla 20 años sin desarrollar.
Choquehuanca se ha retirado de la carrera electoral con su MAS – i (de Indígena), agotado de la agenda diaria, pero todos sospechan que el MAS – MR de una joven y desconocida exasambleísta suplente que se hace llamar simplemente Eva, como por joder, puede tener opciones porque suma simpatías en El Alto.
Las luchas internas y continuas escisiones en el MAS han obligado a Evo Morales a hacer un arriesgado movimiento táctico y ha incluido en el gabinete a cuadros importantes de los Demócratas de Rubén Costas, dejando al descubierto la inmolación de Óscar Ortiz, que sumó un 4% en aquella elección de 2019 donde los militares evitaron la segunda vuelta gracias sobre todo a esos votos y a los del MNR, que sumó un 0,69%. Sine ellos, Mesa hubiera forzado la segunda vuelta. Por suerte, prefirió la embajada en la Unesco que ir a los tribunales internacionales. Una senadora beniana, Jeanine Áñez, es la nueva Ministra de Salud y Arturo Murillo, de quien se dice que peleó con Samuel Doria Medina para salvar su cargo, es el nuevo Presidente del Senado.
Morales, que hace dos años que no sale del país por un terror repentino a volar, sopesa la estrategia a seguir para la elección de 2025, luego de que Vladimir Putin le recomendara volverlo a intentar y no dejarse presionar por los cuadros intermedios.
Febrero de 2022, Carlos Mesa mira al infinito desde la última planta de la Casa Grande del Pueblo que empezó a usar luego de su segunda renuncia retirada, motivada por la huelga del personal de servicio de Palacio Quemado, completado con las recomendaciones de los “reformistas” paceños compañeros de pupitre del Presidente, que exigían más espacio para limpiar. “¿Por qué tuvo que ser así?” se pregunta el historiador.
En la mesa caoba del living dormita Chi Hyun Chung, flamante canciller boliviano merced a los acuerdos de aquella segunda vuelta fratricida de 2019 en la que consiguió transformar el Estado Plurinacional de Bolivia en el Estado Presbiteriano de Bolivia. Mesa accedió porque no hacía falta cambiar las siglas y tal vez nadie se daría cuenta, pero ahora es una celebridad mundial y las peregrinaciones a La Paz se comparan con las de La Meca.
A la derecha, claro, se sienta Luis Fernando Camacho, superministro de Defensa y Gobierno que ha logrado un presupuesto récord para sus ministerios, alegando que es preciso crear una unidad de inteligencia más coordinada que prevenga golpes de Estado, porque el gobierno es esencialmente débil. Mesa sospecha que está apuntalando la independencia de Santa Cruz y que pronto pedirá el protectorado brasilero, salvo que esta vez está Jair Bolsonaro en la presidencia, el penúltimo sudamericano que visitó a Vladimir Putin.
En la mesa no está el “muchacho cruceño” al que llamaban Gustavo Pedraza. Carlos Mesa eligió el perfil más bajo posible, y aún así, dejó de confiar en él luego de que Página Siete escribiera un perfil titulado: Las virtudes del Vicepresidente. Dicen que fue luego de que lo tuiteara Gonzalo Sánchez Berzaín bajo el texto. “Ja, Ja, Ja” y el emoticono del guiño. Igual nunca controló la Asamblea Plurinacional, en manos del MAS, por lo que su papel pasó a ser secundario, sobre todo luego de que Mesa decidiera no volar más por temor al mal de bajura. “No es que no quiera ir a las comunidades, tampoco es alergia ni tengo problemas con los olores, solo es que me descompensa el exceso de oxígeno. Tampoco voy a Nueva York y en la Asamblea de la ONU entro por videoconferencia, acorde a los nuevos tiempos” declaró. Pedraza contrató con la editorial El Golpe la publicación de sus futuras memorias tituladas: “Así sería mi gobierno” y Mesa lo tomó mal.
Mesa dice que Bolivia está a punto de recuperar su cualidad marítima, por aburrimiento. Mesa espera que Gabriel Boric sea sensible a los pedidos del país mediterráneo y no tenga en cuenta las cositas que dijo sobre el marxismo cultural.
Mesa no va a subir impuestos, no va a deshacer la nacionalización, no va a cerrar empresas estatales, no va a retirar bonos, ni programas sociales. Tampoco va a industrializar el país, ni fomentar la agroindustria, ni los transgénicos, ni los no transgénicos. Hará carreteras después de un referéndum que defina las importantes. Los Ministerios de Desarrollo Productivo y Desarrollo Rural se llaman ahora Ministerio de los Productivo y Ministerio de lo Rural para no estresar a nadie.
Mesa sopesa la estrategia para evitar que lo repostulen en 2025, pero tampoco tiene delfín. Tal vez Adrián Oliva por lo choco. No cree que nadie se acerque a su nivel de erudición y pueda mantener a Bolivia en su nivel. Ha jurado que no volverá a renunciar pero espera que alguien le traiga una alternativa, porque él no puede hacerlo todo.
Febrero de 2022, Jeanine Áñez mira al infinito desde la última planta de la Casa Grande del Pueblo que dice que nunca usará, porque nadie le ve entrar por el acceso interno del Palacio Quemado. Doria Medina, que sigue siendo de los tipos más ricos del país, va a volver a salir de la cárcel porque no hay un juez ni un fiscal que acompañe las denuncias de conspiración para golpe de Estado durante mucho tiempo ni por mucha plata pero ella sabe perfectamente que su vicepresidente empezó a conspirar contra ella ni bien ganó aquel 3 de mayo en la elección más pandémica del planeta.
La emergencia le vino bien. Su yerno, Mohamed Mostajo, le aconsejó mantener la vida normal y Arturo Murillo, el cierre absoluto. Al final solo se permitió a votar y el certificado de sufragio en foto era obligatorio para cobrar el bono. Mayoría absoluta oye. Después todo bien y hoy Bolivia es el único país del mundo con dos respiradores por persona. Unos dicen que en realidad son ambus, y otros que la ratio subió porque palmaron la mitad larga.
En la mesa caoba del living se sienta Arturo Murillo que es Ministro de Gobierno. Áñez confía en él, aunque su hija Carolina cree que conspira con Doria Medina. Ya no hay masistas en Bolivia y no a todos se los llevó la pandemia. ¿Dónde están? Empieza a preguntar la ONU sin que nadie de una explicación convincente. Luis Arce volvió al Banco Central y está encerrado en su oficina. Dicen que el Chapo Guzmán empezó un túnel hasta la embajada en La Paz para sacar a Quintana pero que lo bloqueó Moldiz.
En las mañanas, a Áñez le entra un pesar. Se siente una extraña en La Paz, sobre todo desde que concedió el estatus de país libre asociado a Santa Cruz, por exigencias de su aliado Luis Fernando Camacho, que ya ha empezado a pedir la anexión del Beni. Las cuentas no salen.
Víctor Hugo Zamora ha empezado a vestir con turbante y sayo blanco largo. Dice que Tarija podría ser Qatar y está postulando para ingresar a los Emiratos Árabes Unidos pero lejos del golfo. El emir sería Óscar Montes, porque es más negro, y ya se rehicieron amigos luego de las elecciones.
El Iván Arias es ministro y alcalde, y quiere abrir una universidad con su nombre. Bonny Lovy ha escrito un nuevo himno y se va a votar y Víctor Hugo Cárdenas ha dicho que la escuela para qué, que lo que hay que hacer es aprender a leer en las arrugas de los ancianos. Los extremos se tocan.
Para 2025, Murillo dice que las elecciones están pasadas de moda y que lo que hay que hacer es un referéndum que diga Áñez sí o Áñez no, porque es lo único que une a la oposición, y dar bonos. Murillo y su complejo sigue sin visualizarse en el poder.
Dicen que lo vieron al Tata Quispe.
¿Y vos? ¿Cómo lo imaginas?