El movimiento de Eva Copa



Para algunos, la Presidenta del Senado ha cambiado en las últimas semanas. Para otros, simplemente se ha mantenido en la misma posición mientras que todo a su alrededor cambiaba. En noviembre y diciembre, Eva Copa quería elecciones con las aguas políticas calmadas, ahora también. En noviembre, los masistas más apurados le decían que jugaba a la derecha, ahora el Gobierno le dice que se ha entregado “al terrorista”.
Lo cierto es que con todo lo que ha corrido bajo el puente, Eva, sin moverse, ha acabado ganando la mano política y el MAS está hoy mejor situado que nunca para recuperar el poder, mientras que la oposición empieza a ser consumida por la histeria.
La posición de Copa se ha solidificado, además, usando la palabra como arma. La carta de respuesta a la Presidenta Jeanine Áñez, recordándole sus obligaciones presidenciales, fue lapidaria. El tuit respondiendo a Arturo Murillo conminándole a rebajar sus sueldos a cero y aceptar seis meses de arraigo obligatorio también. Por cierto que con esos 180 caracteres sacudió también al ministro de Justicia Álvaro Coimbra, que en lugar de responder que no tiene nada que esconder apeló a su derecho a huir como sus antecesores, diciendo que aceptaría si vuelven los anteriores.
Que Copa sea o no candidata a algo, en estos momentos, no parece relevante. Lo que está claro es que estamos ante una de las mujeres claves de la transición y la que mejor viene jugando sus cartas.