A trabajar, señores
22014 acabó en mayo, cuando se dio en la práctica el pistoletazo de salida para las elecciones del 12 de octubre. Sin respiro alguno se lanzaron las subnacionales y tal parece, que al menos en Tarija, no se solventará la disputa hasta el mes de mayo, luego de una segunda vuelta que requerirá...



Un 2014 en el que para colmo no hemos escuchado propuestas ni planes trascendentales para el país que apuntalen un desarrollo autónomo de la explotación de recursos nacionales, sino que se han repetido consignas y clichés, frases hechas de todos los colores, pero con poca base final. Pasar una legislatura pensando en la siguiente llevan a momentos de frustración, como el actual. Mientras todos se preocupaban por ganar el 12 de octubre, el precio del petróleo empezó a derrumbarse y aún nadie ha presentado un plan concreto de como evitaremos que miles de personas se queden sin trabajo.Esta pesada administración, de al menos 300.000 funcionarios, la mayoría contratados en la precariedad absoluta bajo los eufemismos de consultor en línea o por producto, dependen en gran medida de los generosos precios del petróleo y de esos ingentes “recursos adicionales” que aparecían en las cuentas fiscales a mitad de año merced a un techo de gasto conservador o prudente (según se mire) y que invitaba al despilfarro con tal de maquillar las cuentas de resultados.Son las ocurrencias de los adicionales los que han dado trabajo directo e indirecto a muchos ciudadanos bolivianos y que en 2015 tendrán que componérselas para llevar el pan a casa. El pan, la salud y la educación, pues después de nueve años de bonanza, los servicios básicos siguen siendo eminentemente privados en el país.Queda todavía mucho hasta que se disipe la polvareda electoral y sus señorías se pongan a trabajar, pero pareciera que no hay mucho tiempo que perder, ni en Tarija ni en el país, si queremos subir al tren del progreso sólido. Aunque primero hay que decidir si queremos dejar de vivir del pelotazo, la ocurrencia, la viveza criolla y el oportunismo político. Hay que leer los programas.