La República Democrática del Congo exige investigar los crímenes cometidos por el M23
La ONU decidirá si lanza una misión internacional a petición del país para investigar posibles violaciones de derechos humanos en su territorio



Después de varios días de conflicto armado entre el ejército congoleño y los rebeldes del M23, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU se ha reunido en una sesión extraordinaria a petición de la República Democrática del Congo (RDC) para decidir el posible lanzamiento de una misión internacional en la región.
Según informa la agencia AFP, el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los derechos humanos, Volker Türk, pide investigar las violaciones y abusos que se han cometido para llevar ante la justicia a los autores. “Desde el 26 de enero han muerto cerca de 3.000 personas y 2.880 han resultado heridas. Las cifras reales son probablemente mucho más elevadas”, ha declarado Türk, expresando su preocupación por el futuro del conflicto: "Si no se hace nada, lo peor puede estar aún por llegar”.
Las Naciones Unidas instan a todos aquellos con influencia para que ayuden a detener la violencia y advierte del alto riesgo de que el conflicto se extienda fuera de las fronteras del país. Un riesgo que afirman, “nunca ha sido mayor”.
La RDC pide presión internacional hacia Ruanda
Ruanda sigue estando en el foco de las críticas de la RDC por apoyar activamente a las tropas rebeldes del M23 en la frontera entre los dos países. Ahora, Kinsasa pide “presión internacional para que Ruanda cese su apoyo a los grupos armados y se retire del territorio congoleño lo antes posible”, según declaraciones del ministro de Comunicación de Congo, Patrick Muyaya.
Por su parte, Ruanda continúa rechazando responsabilidades y ha declarado sentirse amenazada por un inminente ataque a gran escala contra el país. Según Naciones Unidas, Ruanda habría desplegado entre 3.000 y 4.000 efectivos para apoyar a los rebeldes en su objetivo por el territorio y sus minerales.
La producción de coltán es el principal objetivo del M23
Los orígenes del grupo M23 se remontan al genocidio de la población Tutsi a manos del gobierno Hutu, en 1994 en la vecina Ruanda. Esta milicia rebelde está formada por una mayoría de cabecillas tutsis exiliados con el objetivo de defender a la minoría, pero es una de las más de 100 guerrillas armadas que luchan contra el ejército congoleño por un objetivo común: hacerse con las minas de coltán del país.
El coltán es un material compuesto principalmente por tantalita, un mineral fundamental para la fabricación de teléfonos móviles y aparatos electrónicos. Al menos el 40% del suministro mundial de este elemento procede de la República Democrática del Congo, donde milicias como el M23 avanzan territorialmente para hacerse con el dominio de las minas.
Durante estos últimos años, la milicia ha tomado ciudades claves en la provincia de Kivu Norte al este del país, haciéndose con el control de ciudades clave como la reciente Goma o Rubaya, puntos clave en recursos donde los rebeldes extraen gran parte de su financiación para la compra de armas.