Trump llama a la unidad en su nominación pero arremete contra las personas migrantes y las tacha de "invasoras"
El republicano se convirtió este jueves en el candidato oficial de su partido a la Presidencia de EEUU. En su primer discurso tras el tiroteo del sábado, fue comedido en el tono, pero no en el contenido.
"Me encuentro ante ustedes con un mensaje de confianza, fuerza y esperanza", estas fueron las primeras palabras de Donald Trump desde el tiroteo del pasado sábado. Su discurso tuvo lugar este jueves en el Fiserv Forum de Milwaukee (Wisconsin) durante el culmen de la Convención Nacional Republicana. El magnate fue nombrado de manera oficial candidato del partido a la Presidencia de EEUU. Si bien se mostró comedido y llamó a la unidad, volvió a defender los principales puntos de su programa ultraderechista.
"Me presento a presidente para todo Estados Unidos, no para la mitad, porque no hay victoria ganando solo la mitad", afirmó en una intervención que duró en torno a hora y media. Se trata del discurso de aceptación de la candidatura más largo jamás registrado en el país norteamericano, tanto por parte de un presidenciable demócrata como republicano.
Durante la campaña, Trump ha arremetido duramente contra los demócratas y, en concreto, contra su rival directo, Joe Biden. Sin embargo, el magnate apostó por un lenguaje cargado de emotividad al cierre de la Convención Nacional Republicana. "Nada me detendrá en esta misión porque nuestra visión es justa y nuestro rumbo puro. No importa qué obstáculo se nos presente. No nos vendremos abajo, no lo haremos mal. No daremos marcha atrás y nunca dejaré de luchar por ustedes", sostuvo.
Todavía con la oreja derecha vendada, el magnate también se refirió brevemente al atentado sucedido en Burlet (Pensilvania). La imagen de un Trump ensangrentado con el puño en alto se ha convertido, en apenas unos días, en parte del imaginario iconográfico del populismo ultraderechista. "Les contaré lo que pasó, y nunca lo oirán de mí una segunda vez, porque es demasiado doloroso", expresó. "Algo me golpeó muy, muy duro, en mi oreja derecha", pero aseguró que se sintió "muy seguro" porque percibía a Dios de su lado.
Un falso llamamiento a la unidad
El sentimentalismo que desprendió el candidato este jueves distó mucho de la beligerancia con la que acostumbra a arremeter contra sus contrincantes. Con la mesura por bandera, abogó por el fin de la crispación política: "No debemos criminalizar la disidencia ni demonizar el desacuerdo político, que es lo que está sucediendo últimamente en nuestro país a un nivel que nadie ha visto antes", alertó.
Sin embargo, a continuación procedió a criticar con dureza a la formación rival. "El Partido Demócrata debería dejar de inmediato de utilizar el sistema judicial como arma y de etiquetar al oponente político como enemigo de la democracia", afirmó.
No faltaron alusiones a la "invasión migrante", apuntando que cerrará la frontera con México el primer día de su hipotético segundo mandato y manteniendo la fuerte retórica antimigración que le caracteriza. Con un público exigiendo a gritos la construcción del muro, la convención se llenó de peticiones y promesas de deportaciones masivas y cierres de fronteras.
Trump acusó también a la Administración de Biden de "destruir" la Seguridad Social y aseguró que su gobierno acabará con la inflación. Culpó a los demócratas de que los estadounidenses no lleguen a fin de mes, una estrategia retórica que imita al populismo ultraderechista de Marine Le Pen en Francia.
Silencio sobre el aborto y los derechos LGTBI+
Aunque no dudó en mostrar su faceta más xenófoba, el candidato republicano ejerció un silencio administrativo sobre la cuestión del aborto, que los demócratas quieren blindar en la Carta Magna después de que el Tribunal Supremo tumbara en 2022 el derecho federal que garantizaba la libertad reproductiva de las mujeres.
Aunque la facción más radical del partido se lo pide, el magnate neoyorquino ha descartado imponer un veto nacional al aborto. En su lugar, Trump defiende que cada estado del país regule a su manera el acceso a esta práctica, que forma parte de las históricas reclamaciones feministas.
El ultraderechista tampoco se pronunció sobre las personas LGTBI+, pero su programa defiende la eliminación de fondos públicos a los colegios en los que se hable de identidad de género, así como la prohibición a las mujeres trans (a las que denomina erróneamente hombres) de participar en competiciones deportivas femeninas.