Guía para entender las elecciones en India
Las elecciones en India servirán para elegir la cámara baja del Parlamento y el futuro primer ministro. Narendra Modi, el actual líder del Gobierno, es el gran favorito. Su victoria profundizaría el autoritarismo y el desmantelamiento del Estado secular indio



India celebra las elecciones generales más largas de su historia a partir de este viernes 19 de abril. El proceso de votación se desarrollará durante seis semanas hasta el 1 de junio y servirá para elegir a los 543 miembros del Lok Sabha, la cámara baja del Parlamento indio. De su composición dependerá la elección del nuevo primer ministro. La coalición que lidera el actual primer ministro, Narendra Modi, parte con ventaja en las encuestas para mantenerse en el Gobierno. ¿Cuáles son las claves de esta cita electoral?
Elecciones en India, la democracia más grande del planeta
India es una república parlamentaria. Según la Constitución, el presidente es el jefe del Estado y del poder ejecutivo. La actual presidenta es Draupadi Murmu. Sin embargo, la tarea de gobernar recae en el Consejo de Ministros, dirigido por el primer ministro. Modi ejerce el cargo desde 2014. El presidente nombra al primer ministro en función de los resultados electorales. Este último debe ser miembro de una de las cámaras del Parlamento y pertenecer al partido o coalición que haya obtenido la mayoría de apoyos en el Lok Sabha. Su mandato dura cinco años, pero puede finalizar antes si pierde la confianza de esta cámara.
Las elecciones generales en India replican el sistema electoral de Reino Unido. En este caso, el mapa electoral se divide en 543 circunscripciones o distritos electorales. Cada distrito reparte un único escaño para el Lok Sabha, de manera que el candidato más votado en cada distrito se lleva ese asiento. La mayoría de votos no se emiten mediante papeletas, sino a través de máquinas de votación electrónica. Sin embargo, la gran peculiaridad del proceso es que las votaciones no se realizan a la vez en todas las circunscripciones.
La Comisión Electoral de India divide el calendario electoral en siete fases. Cada fase agrupa un número de distritos electorales y cuenta con su propia fecha de votación. Este 19 de abril sólo votan los distritos de la primera fase, a la semana siguiente los de la segunda y así hasta llegar a la última fase el 1 de junio. Una vez finalizadas las votaciones, los sufragios se contarán el día 4. Esta duración se debe al enorme tamaño del censo electoral. India es el país más poblado del mundo desde 2023 con más de 1400 millones de personas, de las cuales 968 millones están llamadas a las urnas. La división de las votaciones en fases pretende garantizar la seguridad en los colegios electorales y facilitar la logística del proceso.
Todos contra Modi
Las elecciones generales de India de 2024 están marcadas por la competencia entre dos coaliciones. Ambas están formadas por partidos nacionales y regionales:
La Alianza Democrática Nacional, de centroderecha, es la gran favorita. Está encabezada por el Partido Popular Indio, o BJP por sus siglas en hindi. El BJP es el partido del primer ministro Narendra Modi y forma parte de un conjunto de organizaciones que defienden el nacionalismo hindú. Esta corriente política promueve la construcción de un Estado indio homogéneo en torno al hinduismo. El BJP y su coalición gobiernan desde 2014 con mayoría absoluta en el Lok Sabha.
La Alianza Inclusiva para el Desarrollo Nacional de India (INDIA, por sus siglas en inglés) es su principal contrincante. Esta coalición aglutina a veintiséis partidos, entre los que predominan los de centroizquierda. El más importante es el Congreso Nacional Indio, liderado por Rahul Gandhi. Este partido dominó la política india desde la independencia, con los ex primeros ministros Jawaharlal Nehru o los asesinados Indira y Rajiv Gandhi, y defiende el laicismo del Estado indio.
Economía, religión y acoso a la oposición
La economía ha sido la principal preocupación de los indios durante esta campaña electoral. En sus dos mandatos, Modi ha disparado el crecimiento de India hasta convertirla en la quinta economía mundial, superando al Reino Unido en 2022. Sin embargo, eso no ha mitigado la desigualdad o el desempleo juvenil. A finales del año pasado, la tasa de paro entre los ciudadanos de veinte a veinticuatro años superaba el 44%. El Gobierno también ha enfrentado las protestas de los agricultores, que exigen una ley que garantice un precio mínimo para sus cultivos. En India, el 42% de la población activa trabaja en el sector agrícola.
Los otros temas relevantes de estas elecciones son las políticas religiosas de Modi y su persecución hacia la oposición. El primer ministro ha intensificado el sectarismo contra la minoría musulmana, que representa el 14% de la población india. Por ejemplo, el Tribunal Supremo ratificó en diciembre la revocación del estatus autónomo de Jammu y Cachemira, el único estado indio de mayoría musulmana. En enero, Modi inauguró un polémico templo hindú en la ciudad de Ayodhya, sobre el lugar donde nacionalistas hindúes habían derruido una mezquita en 1992. Además, el Gobierno indio empezó a implementar en marzo una ley de ciudadanía que dificulta a los inmigrantes musulmanes del acceso a la nacionalidad india.
¿Quién va a ganar y por qué?
El BJP de Modi tiene todas las papeletas para revalidar su mayoría absoluta en el Lok Sabha. Pese a los problemas económicos, el 75% de los indios aprueban su liderazgo. El primer ministro cuenta con el respaldo mayoritario de la comunidad hindú, que abarca al 80% de la población india. Además, su principal base de votos se concentra en los distritos del cinturón hindi del norte, que son los más poblados. A la popularidad de Modi se suma una oposición débil. La alianza opositora se ha visto afectada en los últimos meses por el arresto de sus principales líderes y las deserciones de partidos regionales en Bihar, Delhi, Punyab y Bengala Occidental. Tanto es así, que no tiene un candidato designado para ser primer ministro.
Una victoria del BJP otorgaría a Modi un tercer mandato consecutivo como primer ministro, un registro que sólo había logrado Nehru. La magnitud de su triunfo tendrá implicaciones determinantes en el futuro de India. Si la Alianza Democrática Nacional suma cuatrocientos escaños o más en el Lok Sabha, podría llevar a cabo reformas constitucionales sin oposición. Una mayoría cualificada le permitiría a Modi avanzar hacia el fin del Estado secular indio, imponer el hindi como lengua nacional en todo el territorio y consolidar la hegemonía hindú en el país. Del mismo modo, está previsto que en 2026 se redistribuyan los distritos electorales. El BJP podría aprovecharlo para debilitar a la oposición en el sur, donde la presencia del hindi y del nacionalismo hindú es limitada.