Cuarentena: calles vacías en Italia por coronavirus
Italia despertó el martes con calles desiertas en medio de un confinamiento sin precedentes luego de que el gobierno extendió sus medidas de cuarentena a todo el país, en un intento por desacelerar el peor brote del coronavirus en Europa. Las medidas, anunciadas en la noche del lunes por el...
Italia despertó el martes con calles desiertas en medio de un confinamiento sin precedentes luego de que el gobierno extendió sus medidas de cuarentena a todo el país, en un intento por desacelerar el peor brote del coronavirus en Europa.
Las medidas, anunciadas en la noche del lunes por el primer ministro Giuseppe Conte, amplían los pasos ya tomados en la rica región de Lombardía en el norte y parte de las provincias vecinas, conteniendo estrictamente los desplazamientos y cerrando espacios públicos.
“El futuro de Italia está en nuestras manos. Que todos hagamos nuestra parte, renunciando a algo por nuestro bien colectivo”, dijo Conte en la red social Twitter, alentando a la gente a asumir responsabilidades.
Las personas recibieron la orden de desplazarse sólo por razones laborales, necesidades sanitarias o emergencias durante al menos las próximas tres semanas, debiendo permanecer en caso contrario en casa. Cualquiera que viaje tendrá que llenar un documento declarado los motivos y deberá llevarlo consigo.
Las grandes reuniones y eventos al aire libre, incluidos los deportes, han sido prohibidos, mientras que los bares y restaurantes tendrán que cerrar a las 6 de la tarde hora local. Las escuelas y universidades permanecerán cerradas hasta el 3 de abril.
“Toda Italia está cerrada ahora”, fue el titular del periódico Corriere della Sera.
Al amanecer, las calles de Roma estaban mucho más tranquilas que lo normal, con autos circulando libremente bajo un cielo azul claro en el centro, normalmente obstruido por el tráfico, un reflejo de la atmósfera en la capital financiera de Milán, que ya estaba bajo controles más estrictos.
Los viajeros de Roma podían encontrar fácilmente asientos en el sistema subterráneo, generalmente repleto durante las horas punta de la mañana. El uso de máscaras en las calles de la capital era más común que antes.
Poco después de que se anunciaran las medidas, los compradores en Roma se apresuraron a los supermercados nocturnos para abastecerse de alimentos y artículos de primera necesidad, lo que llevó al gobierno a declarar que los suministros estarían garantizados e instar a las personas a no hacer compras de pánico.
Las tiendas pueden permanecer abiertas siempre que los clientes mantengan una distancia mínima de un metro entre ellos.
Las medidas se conocieron después de que los últimos datos mostraran que el brote de coronavirus seguía aumentando, con 9.172 casos positivos registrados hasta el lunes y 463 muertes, el segundo nivel más alto del mundo después de China.
Las medidas, anunciadas en la noche del lunes por el primer ministro Giuseppe Conte, amplían los pasos ya tomados en la rica región de Lombardía en el norte y parte de las provincias vecinas, conteniendo estrictamente los desplazamientos y cerrando espacios públicos.
“El futuro de Italia está en nuestras manos. Que todos hagamos nuestra parte, renunciando a algo por nuestro bien colectivo”, dijo Conte en la red social Twitter, alentando a la gente a asumir responsabilidades.
Las personas recibieron la orden de desplazarse sólo por razones laborales, necesidades sanitarias o emergencias durante al menos las próximas tres semanas, debiendo permanecer en caso contrario en casa. Cualquiera que viaje tendrá que llenar un documento declarado los motivos y deberá llevarlo consigo.
Las grandes reuniones y eventos al aire libre, incluidos los deportes, han sido prohibidos, mientras que los bares y restaurantes tendrán que cerrar a las 6 de la tarde hora local. Las escuelas y universidades permanecerán cerradas hasta el 3 de abril.
“Toda Italia está cerrada ahora”, fue el titular del periódico Corriere della Sera.
Al amanecer, las calles de Roma estaban mucho más tranquilas que lo normal, con autos circulando libremente bajo un cielo azul claro en el centro, normalmente obstruido por el tráfico, un reflejo de la atmósfera en la capital financiera de Milán, que ya estaba bajo controles más estrictos.
Los viajeros de Roma podían encontrar fácilmente asientos en el sistema subterráneo, generalmente repleto durante las horas punta de la mañana. El uso de máscaras en las calles de la capital era más común que antes.
Poco después de que se anunciaran las medidas, los compradores en Roma se apresuraron a los supermercados nocturnos para abastecerse de alimentos y artículos de primera necesidad, lo que llevó al gobierno a declarar que los suministros estarían garantizados e instar a las personas a no hacer compras de pánico.
Las tiendas pueden permanecer abiertas siempre que los clientes mantengan una distancia mínima de un metro entre ellos.
Las medidas se conocieron después de que los últimos datos mostraran que el brote de coronavirus seguía aumentando, con 9.172 casos positivos registrados hasta el lunes y 463 muertes, el segundo nivel más alto del mundo después de China.