Se mantiene la presión paramilitar en Colombia
La Comisión Intereclesial de Justicia y Paz de Colombia denunció la persistente presión ejercida por paramilitares sobre comunidades negras e indígenas de este país. El pasado 3 de enero se volvieron a hacer visibles las operaciones de hombres armados, con armas largas y vestidos de...



La Comisión Intereclesial de Justicia y Paz de Colombia denunció la persistente presión ejercida por paramilitares sobre comunidades negras e indígenas de este país.
El pasado 3 de enero se volvieron a hacer visibles las operaciones de hombres armados, con armas largas y vestidos de camuflaje de los paramilitares de las autodenominadas “Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC)” en el territorio de Jiguamiandó (Oeste).
En desarrollo de sus operaciones armadas, el 5 de enero un grupo de más de 30 paramilitares hicieron presencia en la comunidad indígena embera de Dearade en el territorio de Jiguamiandó.
Según la información divulgada, los paramilitares afirmaron “tener control territorial” y expresaron que “estaban llevando el progreso y desarrollo”.
La Comisión recordó que en Jiguamiandó desapareció una persona que se negó en el mes de julio pasado a entregar las siembras de coca a las AGC.
Por su parte, los pobladores embera reiteraron “la ineficacia de las actuaciones militares dado que la operación de este grupo paramilitar pasa por lugares de presencia militar y policial”.
En otras comunidades, las AGC ordenaron a los líderes a guardar silencio sobre sus operaciones, forzaron a recibir hombres vestidos de civil, con armas cortas y radios de comunicación. De acuerdo con pobladores afrocolombianos que se vieron obligados a salir de la región ante las amenazas de muerte por denunciar las operaciones de las AGC, en medio de la tolerancia de las fuerzas militares y policiales, esta estructura armada tiene un total control sobre el río Jiguamiandó y el río Tamboral.
Desde los primeros días de este año, la Comisión Interétnica de la Verdad del Pacífico de Colombia llamó al presidente Iván Duque a que se comprometa de manera efectiva con la implementación del Acuerdo de Paz, firmado en 2016 por el Estado y la exguerrilla FARC-EP.
El pasado 3 de enero se volvieron a hacer visibles las operaciones de hombres armados, con armas largas y vestidos de camuflaje de los paramilitares de las autodenominadas “Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC)” en el territorio de Jiguamiandó (Oeste).
En desarrollo de sus operaciones armadas, el 5 de enero un grupo de más de 30 paramilitares hicieron presencia en la comunidad indígena embera de Dearade en el territorio de Jiguamiandó.
Según la información divulgada, los paramilitares afirmaron “tener control territorial” y expresaron que “estaban llevando el progreso y desarrollo”.
La Comisión recordó que en Jiguamiandó desapareció una persona que se negó en el mes de julio pasado a entregar las siembras de coca a las AGC.
Por su parte, los pobladores embera reiteraron “la ineficacia de las actuaciones militares dado que la operación de este grupo paramilitar pasa por lugares de presencia militar y policial”.
En otras comunidades, las AGC ordenaron a los líderes a guardar silencio sobre sus operaciones, forzaron a recibir hombres vestidos de civil, con armas cortas y radios de comunicación. De acuerdo con pobladores afrocolombianos que se vieron obligados a salir de la región ante las amenazas de muerte por denunciar las operaciones de las AGC, en medio de la tolerancia de las fuerzas militares y policiales, esta estructura armada tiene un total control sobre el río Jiguamiandó y el río Tamboral.
Desde los primeros días de este año, la Comisión Interétnica de la Verdad del Pacífico de Colombia llamó al presidente Iván Duque a que se comprometa de manera efectiva con la implementación del Acuerdo de Paz, firmado en 2016 por el Estado y la exguerrilla FARC-EP.