Para Uruguay el caso Alan García es engorroso y largo
De engorroso y largo califica la cancillería de Uruguay el proceso de toma de decisión en torno al caso del ex presidente peruano Alan García, albergado desde hace casi dos semanas en la embajada del país rioplatense en Lima. Así lo acaba de indicar a los medios locales el ministro de...



De engorroso y largo califica la cancillería de Uruguay el proceso de toma de decisión en torno al caso del ex presidente peruano Alan García, albergado desde hace casi dos semanas en la embajada del país rioplatense en Lima.
Así lo acaba de indicar a los medios locales el ministro de Relaciones Exteriores Rodolfo Nin Novoa, ante la creciente expectativa de distintos ámbitos políticos sobre qué hacer con el huésped de la sede diplomática.
‘Es una decisión difícil’, fue lo primero que dijo ante el asedio periodístico, y entre las señales del ex presidente Julio María Sanguinetti de que respondiendo a una tradición uruguaya se conceda asilo al ex mandatario y el rechazo fundamentado del gobierno de Perú.
Análisis de la información
A este último respecto aseguró que el gobierno analizará la información enviada por las autoridades de ese país y una vez analizado se fijará una ‘posición’.
Según su explicación ‘Uruguay hizo lo que tiene que hacer: primero acoge la solicitud de asilo, viene un ex presidente golpea la puerta de la embajada en territorio nacional y dice ‘vengo a pedir asilo porque me están persiguiendo’. Lo que hace Uruguay, recogiendo una engorrosa tradición de hace muchísimos años es decir ‘pase’.
Después le comunica a la cancillería peruana, en este caso lo que ha sucedido, y la cancillería peruana siguiendo con el protocolo de la Convención de Caracas de 1954 manda información, contó Nin Novoa detalladamente, señalando los pasos que correctamente se han dado en cuanto a este proceso.
Además indicó que la información que brindó el gobierno de Perú ‘está en mano de las autoridades uruguayas, las estamos estudiando y cuando tengamos una decisión será comunicada, primero a la Cancillería y al gobierno peruano’.
De cualquier manera, la Convención, al no establecer plazo de ninguna índole, le da a los países aislantes, en este caso Uruguay, el tiempo necesario para que tomen su decisión cuando corresponda’.
Otra narrativa proveniente de Lima por vías diplomática, parlamentaria y mediática enfatiza que lejos de la persecución política esgrimida por García, la razón del ingreso a la embajada fue la orden de un juez de 18 meses de impedimento de salir del país en su contra a raíz de una investigación por los delitos de lavado activos y cohecho.
En cualquier caso si bien Nin Novoa dejó entrever que existen ‘algunos antecedentes’, aclaró que tampoco quita que este es ‘un proceso engorroso en lo que confluyen la voluntad de dos países, así que esto es más largo de lo que se quisiera’.