La Paz y el desafío de recuperar el liderazgo
La crisis institucional recurrente a multiplicado los desafíos sociales y urbanísticos de una capital que empieza a padecer sus problemas más que a aprovechas sus virtudes
No llega La Paz en su mejor momento a esta nueva efeméride. Los años de lucha por la capitalía que se transformaron en una suerte de fuerza interior que impulsaba el orgullo de sus vecinos ha quedado traspuesta en medio de una crisis política e institucional recurrente, y la propia banalización de la protesta, incluso del “golpe de Estado”, pasa factura a una ciudad que parece haber topado ya con sus límites y a la que le cuesta reinventarse,
Aún así, La Paz sigue siendo el centro político y cultural del país, quizá menos de lo que cuenta su prensa, muchas veces ajena al territorio. Quién sabe si atender sus muchos desafíos sociales y urbanísticos en este escenario de contrastes y complejidades le ayudan a recuperar la vitalidad y el liderazgo.
El crecimiento urbano de La Paz ha sido, en gran medida, desordenado. La expansión sin planificación adecuada ha llevado a la proliferación de asentamientos informales en áreas de riesgo, como las laderas empinadas y zonas propensas a deslizamientos de tierra. La falta de infraestructura básica en estos asentamientos complica la vida diaria de sus habitantes y aumenta su vulnerabilidad ante desastres naturales.
El sistema de transporte en La Paz es uno de los más caóticos de la región pese a la gran inversión pública estatal. El Teleférico ha aliviado en parte el problema de movilidad, pero el tráfico vehicular sigue siendo un desafío considerable. Los embotellamientos son comunes y la falta de rutas adecuadas y de transporte público eficiente afecta la calidad de vida de los paceños. Además, la contaminación ambiental derivada del exceso de vehículos es un problema que requiere soluciones integrales.
A pesar del crecimiento económico en Bolivia en las últimas décadas, la riqueza no se ha distribuido equitativamente
La infraestructura de servicios básicos como agua potable, alcantarillado y electricidad es insuficiente en muchas zonas de la ciudad. La presión sobre estos servicios aumenta con el crecimiento poblacional, y la capacidad de las autoridades para expandir y mantener la infraestructura existente es limitada. Las fallas en la provisión de estos servicios afectan desproporcionadamente a las comunidades más pobres, exacerbando las desigualdades sociales.
Por otro lado, la desigualdad económica es uno de los problemas más acuciantes en La Paz. A pesar del crecimiento económico en Bolivia en las últimas décadas, la riqueza no se ha distribuido equitativamente. Muchas personas viven en condiciones de pobreza, sin acceso a educación de calidad, servicios de salud adecuados o oportunidades de empleo decente. Esta desigualdad fomenta tensiones sociales y contribuye a la perpetuación de la pobreza intergeneracional. También el acceso a la salud y la educación son asuntos que debilitan el tejido social.
Para abordar estos desafíos, es esencial una visión integral y colaborativa. Las autoridades municipales deben recuperar la estabilidad y trabajar de la mano con la comunidad, organizaciones no gubernamentales y el sector privado para desarrollar planes de urbanización sostenible que incluyan la mejora de la infraestructura, la planificación del uso del suelo y la implementación de sistemas de transporte eficientes y ecológicos. Pero eso está lejos de suceder.
Además, es vital invertir en programas sociales que reduzcan la desigualdad, mejoren el acceso a la salud y fortalezcan el sistema educativo. Solo a través de un enfoque holístico y participativo, La Paz podrá superar sus desafíos y convertirse en una ciudad más inclusiva, resiliente y sostenible.
Los desafíos urbanísticos y sociales de La Paz son numerosos y complejos, pero no insuperables. Con planificación adecuada, políticas inclusivas y un compromiso genuino de todas las partes involucradas, es posible transformar la ciudad en un lugar donde todos sus habitantes puedan prosperar y vivir dignamente. Seguramente el conjunto del país lo agradecerá.