Tarija y las alternativas al fracking

Ahora sí, es hora de que Tarija tome decisiones informadas y responsables que aseguren un futuro próspero y respetuoso con el medio ambiente para las generaciones venideras.

El fracking planea de nuevo. Las dificultades en el sector de hidrocarburos para lograr inversión en exploración tienen mucho que ver con las limitaciones de la exploración tradicional en un contexto mundial que plantea el cambio de matriz energética prohibiendo totalmente el uso de combustibles fósiles, pues cada inversión se mira con lupa. En ese afán por maximizar los beneficios, la industria petrolera hace tiempo que promueve proyectos de fractura hidráulica, con un alto impacto ambiental pero pingües beneficios inmediatos, garantizando además el éxito de la inversión.

En esas, Bolivia ha empezado a abrir las puertas tras años de reticencias por el asunto del “qué dirán” sobre un régimen que se había manifestado pachamamista. Ahora las urgencias mandan, pero es imperativo explorar alternativas más sostenibles y menos dañinas que el fracking para asegurar un desarrollo armónico y responsable para Tarija.

Una de las principales alternativas al fracking es el desarrollo de energías renovables. Tarija tiene un alto potencial para la energía solar debido a su ubicación geográfica y clima favorable. La inversión en parques solares no solo reduciría la dependencia de combustibles fósiles, sino que también generaría empleo y estimularía la economía local. Además, esta tecnología es cada vez más accesible y competitiva en términos de costos.

Otra vía es la implementación de medidas de eficiencia energética y el fomento de tecnologías limpias en la producción y uso de energía. La modernización de las infraestructuras energéticas existentes y la promoción de prácticas industriales y residenciales más eficientes pueden reducir significativamente la demanda de hidrocarburos. Esto no solo minimiza el impacto ambiental, sino que también optimiza los recursos económicos de la región.

La exploración y explotación convencional de hidrocarburos, realizada bajo estrictos estándares ambientales y sociales, puede ser una alternativa viable al fracking. Aunque esta técnica también tiene sus desafíos, se ha demostrado que, con una regulación adecuada y la implementación de tecnologías avanzadas, es posible minimizar su impacto. La perforación direccional y las tecnologías de monitoreo en tiempo real son ejemplos de innovaciones que permiten una extracción más segura y eficiente.

Es crucial considerar la diversificación económica como parte de una estrategia a largo plazo. La dependencia excesiva en los hidrocarburos puede ser perjudicial para la economía regional, especialmente en un mercado global volátil. Fomentar sectores como el turismo, la agricultura sostenible y la manufactura puede proporcionar fuentes de ingresos adicionales y contribuir a la estabilidad económica de Tarija.

Finalmente, la cooperación entre el gobierno, las empresas y las comunidades locales es esencial para el éxito de cualquier estrategia energética. La participación comunitaria garantiza que las preocupaciones y necesidades locales sean consideradas en el proceso de toma de decisiones. Esto no solo fortalece la gobernanza, sino que también promueve un sentido de pertenencia y responsabilidad compartida hacia el desarrollo sostenible.

Enfrentar los desafíos energéticos de Tarija requiere una visión integral y sostenible. Las alternativas al fracking, como las energías renovables, la eficiencia energética, la exploración convencional sostenible y la diversificación económica, ofrecen caminos prometedores para un desarrollo equilibrado. Es hora de que Tarija tome decisiones informadas y responsables que aseguren un futuro próspero y respetuoso con el medio ambiente para las generaciones venideras.


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