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Carnaval para depurar

Tarija necesita eliminar unos cuantos problemas enquistados que puedan dar una certeza de futuro a las regiones que las alberga sin mayor trascendencia

Ahora que llegan los días del verdadero Carnaval, aquellos en los que la tradición dice que está permitido dar rienda suelta a las pulsiones más bajas – siempre dentro de la Ley, obviamente – para volver el miércoles de ceniza a renacer con nuevas esperanzas, bien valdría que nuestros políticos aprovechen para quemar unos cuantos problemas que desde hace tiempo vienen condicionando la vida del departamento.

Una de las cuestiones que más urgentemente necesitan depurarse son los proyectos petroleros que penden sobre el corazón de Tariquía, en suspenso desde hace cinco años sin que haya un gobierno que tenga arrestos de echar los contratos para atrás, ni empresa que se decida a operarlos, una indefinición que condiciona el plan de desarrollo de todo el departamento y las ambiciones de vida de la gente en la propia provincia, que no sabe si huir definitivamente o esperar, si invertir en turismo o hacerlo en industria, si estudiar ingeniería petrolera o quedarse como agrónomo… Ojalá los excesos cometidos se acaben este año.

Dejemos unos días de pensar, quememos lo posible, despojémonos de lo que no suma y el miércoles, a la vuelta, le encontremos un enfoque nuevo

Otro asunto que ya huele y quede cerrarse urgentemente es el de la planta de tratamiento de aguas residuales de Tarija, que desde hace dos décadas se viene prometiendo sin éxito. Se supone que ya hay “casi todo”. Lugar, proyectos, etc., pero todo sigue dependiendo de lo básico y elemental: el dinero. Ojalá el Carnaval se lleve las malas vibras entre instituciones que está perjudicando el desarrollo de un barrio y sobre todo, su salud.

Es urgente definirse sobre lo que era la inversión más importante en el departamento en los últimos 20 años y que de momento se está quedando en nada: la planta petroquímica de Yacuiba iba a dar el salto definitivo de una región tradicionalmente olvidada, pero de momento ha quedado pinchado y con 800 millones de inversión inicial dedicada a crear GLP… Sin duda el Chaco merece un plan más claro de lo que puede ser y no ser y no seguir deambulando a porrazos con la Ley del 45%.

Lo propio pasa entre Bermejo y Padcaya y dos dolores de cabeza que debían ser complementarios y que son dos desastres: uno es IABSA, que no acaba de morir, no puede modernizarse y no logra ninguna inversión que la revitalice y el otro es la Planta de Cítricos  ideada para dar salida al azúcar extra y a la vez, reconvertir tierra de cultivo de caña en cultivo de cítricos y que lleva años sin utilidad mientras Bermejo se convierte en un enorme mercado del contrabando a cielo abierto.

Sin duda hay más cosas que el Carnaval debería llevarse para que nos pudiéramos asentar de nuevo en esta era post gas y muchas de ellas pasan por una reforma institucional acorde a lo disponible, pero para lo que hace falta tener también el marco competencial y fiscal nacional acorde.

Dejemos unos días de pensar, quememos lo posible, despojémonos de lo que no suma y el miércoles, a la vuelta, le encontremos un enfoque nuevo, algo creativo que logre acabar con los problemas enquistados que ciertamente, solo hacen daño.


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