La UPRE y el futuro

El periodismo prende la luz, pero son los jueces y fiscales quienes tienen que tomar la batuta, más en este país donde la información pública es más que inaccesible.

Insisten los principales voceros del Movimiento Al Socialismo (MAS) en descalificar un reportaje periodístico que identificó manejos poco recomendables del programa Bolivia Cambia, Evo Cumple. Incluso el actual gobierno de Luis Arce, que tuvo el programa en barbecho durante casi dos años ha salido en su enardecida defensa.

Sí, el ministerio de la Presidencia de María Nela Prada tardó en reactivar el programa desde que asumió la cartera más de un año y medio, aparentemente porque se estaba haciendo una auditoría cuyos resultados no se han hecho públicos. Es decir, ni en lo que respecta al manejo de la gestión de Evo Morales, ni en lo que respecta al manejo de los fondos asignados durante el mandato de Jeanine Áñez, algo que los críticos del reportaje han demandado y que evidentemente es al gobierno a quien hay que pedirle esos datos.

Posiblemente el dolor que ha surgido en el seno del evismo tiene que ver con el titular, que posiblemente no refleja correctamente el contenido del reportaje, pero el reportaje pone el foco en un procedimiento obsceno

Insistimos, posiblemente el dolor que ha surgido en el seno del evismo tiene que ver con el titular, que posiblemente no refleja correctamente el contenido del reportaje. Para algunos llenar de miles de obras pequeñas el territorio boliviano en la época de mayor bonanza era el cambio que necesitaba el país. Incluso para algunos era eso aún sin atender que esas obras se completaran correctamente y cumplieran la función para la que fueron concebidas (solo en Tarija hay decenas abandonadas o mal ejecutadas). Otros seguramente esperaban cambios de fondo más allá de la rebelión social que era cuestión de tiempo que estallara. Es el eterno debate sobre la caña y el pescado, sobre la necesidad de hacer cambios estructurales y sobre la verdadera utilidad de una escuela sin maestros o un hospital sin médicos.

El reportaje pone el foco en un procedimiento obsceno: la adjudicación directa blindada por decreto que ha entregado una cantidad desproporcionada de obras a una veintena de empresas “amigas” de la Unidad de Proyectos Especiales (UPRE) que es quien adjudica en los contratos observados. Probablemente en las alcaldías sucede lo mismo, pues han adjudicado con el mismo procedimiento mucho más, pero no es el objeto del demonizado reportaje.

La cuestión es que de entre las 20 empresas favoritas muchas solo se dedicaban a ese rubro, es decir, a adjudicarse obras de la UPRE, sin otra experiencia ni otro aval ni otra función. El periodismo prende la luz, pero son los jueces y fiscales quienes tienen que tomar la batuta, más en este país donde la información pública es más que inaccesible.

Ojala a los compañeros y compañeras del gobierno y al propio Evo Morales, cuyo nombre funcionó como paraguas en ese programa que llevaba su nombre, una vez que se les pase el enojo, establezcan los mecanismos necesarios para que al menos lo que se hace cumpla con el mínimo de calidad y transparencia y para que nadie se aproveche.

Mirar atrás puede resultar desagradable para todos. La política es una cosa y gobernar es otra. Hacer lo posible suele ser el secreto del éxito mientras nadie rebusque demasiado. Bolivia sigue teniendo muchísimas necesidades y es tiempo de mirar al futuro, que se viene severo.


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