Una y otra vez sobre Tariquía

YPFB vuelve a poner en agenda la exploración sobre Tariquía con el pozo Domo Osso X3 declarándolo además “pozo de fuerza mayor”

Vuelve a la carga Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) contra la Reserva Nacional de Flora y Fauna de Tariquía. Una vez más ha incluido uno de los pozos pintados sobre el área hidrocarburífera de San Telmo, la que superpone íntegramente sobre el área natural protegida, en uno de esos planes de relanzamiento que de cuando en cuando presentan reciclando casi todos los proyectos para decir que están haciendo algo nuevo. En este caso se llama Plan de Reactivación del Upstream (PRU) y ha sumado 36 proyectos en diferente grado de desarrollo que hay en todo el país.

De Tarija se incluyen nueve con diferente grado de avance. Curiosamente se incluyen en un plan de reactivación dos proyectos concluidos como el de Los Monos y Chaco Oeste, que con seguridad tendrán su reinauguración.

El proyecto se paralizó en el marco electoral, pero los contratos siempre estuvieron ahí, con Evo Morales, con Jeanine Áñez y con Luis Arce

Además, se contemplan cuatro en ejecución, en gran parte reciclando información antigua: Bermejo X46, Villa Montes X7, y los dos polémicos de Churumas y Astilleros, que quedaron fuera de la reserva por el este luego de que en 2014 se modificara el plan de manejo de Tariquía a la medida de las necesidades de las petroleras.

El plan contempla otros dos en Tarija aún en trámites y de los que se lleva hablando tiempo: Iñiguazú X5, debajo de Caipipendi (Margarita) estudiado entre otros por PDVSA antes de cederlo a Repsol, y Deshecho Chico, cuyo nombre no debe anticipar conclusiones.

De entre todos ha sorprendido la inclusión del pozo Domo Osso X3 en la mencionada área de San Telmo y con la catalogación especial de “proyecto de fuerza mayor” que hasta el cierre de esta edición ningún vocero acreditado de Yacimientos quiso explicar los alcances de tal señalamiento, nunca empleado bajo la nueva Constitución Política del Estado.

El proyecto de San Telmo, contratado ya a una alianza entre Petrobras y YPFB Chaco, donde la brasilera ejerce de operadora, quedó paralizado en la fase de exploración ya en 2019 por la contestación social que obtuvo el proyecto, sobre todo después de que el exministro Luis Alberto Sánchez movilizara una ingente cantidad de policías que cargaron contra un retén de mujeres y ancianos que exigían más explicaciones y consulta previa – que nunca se hizo conforme a ley – antes de dar vía libre a la exploración.

El proyecto se paralizó en el marco electoral, pero los contratos siempre estuvieron ahí, con Evo Morales, con Jeanine Áñez y con Luis Arce, y era cuestión de tiempo que se volvieran a reactivar, sobre todo aprovechando los temores que despiertan las crisis económicas, sin embargo, en algún momento YPFB y el gobierno deberán dar las explicaciones debidas que justifiquen por qué se vuelve a insistir en la perforación de un área natural frente a otras opciones tal vez más rentables, como la fractura hidráulica en otras llanuras al estilo Vaca Muerta en Argentina, aún con todos sus riesgos.

Una vez más, Yacimientos y el Gobierno no acaban de entender que en Tarija lo de prometer lluvia de millones no funciona, porque han prometido mucho y ha llovido bastante, pero todo ha acabado yéndose más o menos por el mismo sitio. Agredir el área natural debería tener una justificación en el por qué y en el para qué que hasta el momento no se ha dado. Ni siquiera se ha imaginado, pero hay algunas cuestiones de principios que deben respetarse: La riqueza de Tarija no está en venta.


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