Los caminos de Tarija

Decenas de nuestros vecinos, cada año, se dejan la vida o la salud en cualquier punto negro de cualquier carretera, y nunca pasa nada.

Pasó la temporada de lluvia y, con mucha fortuna, no ha habido grandes problemas en las carreteras, algo que lejos de ser una buena noticia es fruto de la coyuntura. Los transportistas, muchos de ellos con la voz embargada por sus compromisos políticos, reconocen que la situación es preocupante, pero nadie acaba de convertirlo en un reclamo formal.

A Tarija le ha costado mucho tener unos pocos kilómetros asfaltados en el departamento. No es comparable con todo lo que se ha invertido en otros departamentos

El presidente Luis Arce se ha comprometido con el asfalto, pues siempre es tentador en este país. Para ello ha echado mano de proyectos antiguos pero menos gastados. Uno de ellos es el puente alternativo en Tomatitas, sin duda una inversión necesaria ante la terquedad de los mismos transportistas que se quejan de las condiciones de la ruta y del paso en particular porque no son capaces de recorrer unos pocos kilómetros más – hay que retroceder a San Lorenzo desde el cruce de El Rancho – para ganar en seguridad y velocidad.

El misterio es por donde se trazará, pues se supone que no será parte de la otra promesa: una circunvalación entre El Portillo y El Rancho, más o menos, que en su momento se le ha llamado la Avenida Ecológica y ahora se presenta como radial o diagonal pero que no deja de ser el viejo proyecto que, por cierto, sirvió para estirar infinitamente algunos asentamientos hasta lo que se suponía era el trazado de esa Circunvalación.

Prometer asfalto en otras zonas no debe servir para desviar la atención de los problemas reales que atravesamos en rutas consolidadas y otras que empiezan a dar síntomas de agotamiento, como la ruta a Bermejo, que necesita algo más que un simple mantenimiento o un lavado de cara para asegurar sus condiciones de transitabilidad.

Lo mismo sucede en la Entre Ríos - Palos Blancos, una ruta nueva señal de vergüenza gracias a las ventajas otorgadas a un grupo español que ni tenía experiencia ni se dejó enseñar y huyo a toda velocidad dejando deudas y una carretera en estado lamentable.

Todavía se espera por ver mejoras significativas en la Canaletas – Entre Ríos una vez que se completó la entrega a la ABC después de una década de hacerse los locos; no se le puede perder la vista a la ruta al norte, que sigue teniendo puntos negros y tramos muy peligrosos deteriorándose a toda velocidad y la ruta 9 bien merecería un capítulo aparte con todo su tránsito y todas sus muertes.

A Tarija le ha costado mucho tener unos pocos kilómetros asfaltados en el departamento. No es comparable con todo lo que se ha invertido en otros departamentos como Santa Cruz o Potosí. La herencia es nefasta. En este sentido, no se puede hacer la vista gorda o dejarlo estar. Tarija sigue necesitando buenas carreteras para una integración más eficiente y sobre todo, segura. No se trata de caprichos o de complejos, se trata de que decenas de nuestros vecinos, cada año, se dejan la vida o la salud en cualquier punto negro de cualquier carretera, y nunca pasa nada.


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