El agujero del contrabando
Cualquier esfuerzo, sin embargo, es vano si no se trabaja y se logra una concientización de la población sobre los peligros y las consecuencias del contrabando
El contrabando en la frontera sur de Tarija es un problema que ha estado afectando a la región durante años pero que a nadie parece preocuparle demasiado. La falta de control en la frontera, así como la facilidad con la que se pueden transportar bienes ilegales, ha permitido que el contrabando se convierta en una práctica común en la zona que soporta numerosos “puestos” de trabajo y justifica intereses comerciales que dificultan su erradicación.
El contrabando es un problema grave para la economía local y nacional. Los productos ilegales ingresados a través de la frontera no solo generan pérdidas para las empresas legales que intentan salir adelante en la zona, sino que también reducen los ingresos fiscales que podrían utilizarse para financiar programas y proyectos importantes para el desarrollo nacional.
Además, el contrabando puede tener graves consecuencias para la salud pública y la seguridad. Los productos ilegales a menudo no cumplen con las regulaciones de seguridad y calidad, lo que puede poner en riesgo la salud de los consumidores. Además, aunque en términos de volumen económico no se queda atrás, existe la certeza de que el contrabando es el hermano menor de otras actividades delictivas más lucrativas con las que comparte itinerarios y riesgos, como el tráfico de armas o de drogas.
En esta coyuntura de incertidumbre económica, es importante que las representaciones locales y nacionales de la Aduana tomen medidas efectivas para combatir el contrabando en el departamento. Esto pasa por aumentar la presencia de agentes de seguridad en la zona, por fortalecer la cooperación entre las fuerzas de seguridad y las autoridades aduaneras y por mejorar la tecnología utilizada para detectar el contrabando, pero sobre todo, por atajar la corrupción que “aparentemente” impera en la cadena aduanera.
Cualquier esfuerzo, sin embargo, es vano si no se trabaja y se logra una concientización de la población sobre los peligros y las consecuencias del contrabando, pues son los consumidores quienes tienen un papel importante en la lucha contra el contrabando, por lo que deben ser informados de ello y también sobre cómo identificar y evitar productos ilegales.
En resumen, el contrabando en Bermejo y en Yacuiba es un problema que afecta negativamente a la economía, la salud pública y la seguridad, pero que genera lucrativos negocios y crea trabajos de subsistencia que, de no ser por la frontera, no existirían, lo que convierte el asunto en un problema de equilibrios de primer orden, lo que no justifica que no se tomen las medidas adecuadas y necesarias para acabar con esta práctica ilegal.
Tarija vive estos días la Fiesta de Vendimia, el hecho económico más importante del departamento para un sector que igualmente se desangra con el contrabando, con los agujeros de seguridad y con las pocas ganas que muestran algunos en acabar con esta lacra capaz de meter en el país cualquier producto, incluso uva o mosto, con tal de encontrar la maximización de los beneficios. Ojalá, pronto, alguien haga algo.