La ultraderecha y el nuevo relato para la “iberoesfera”

La nueva referente, Giorgia Meloni, es también firmante da la Carta de Madrid, que actualiza postulados de la colonia para Sudamérica en oposición al Foro de Sao Paolo

La ultraderecha vuelve a planear sobre Latinoamérica, de hecho, el domingo se impuso Giorgia Meloni en Italia, cuna de lo latino, personificando un hito que tiene muchas aristas pero que refleja una tendencia: los extremismos siguen ganando terreno, y sobre todo, en países hegemónicos.

Es verdad que el triunfo de Meloni no sorprendió a nadie, pues hacía días que las encuestas lo venían anticipando, y que Italia puede ser un campo de pruebas – lo fue con Salvini y su Lega Norte, tan derechista como Meloni, o con el populista Movimiento 5 Estrellas -, y que además dentro de la coalición está Silvio Berlusconi, maltrecho y superviviente pero sobre todo, protector del sistema y sus negocios, garantía de que nada cambie demasiado, pero, aun así, la sensación de que algo nuevo acaba de pasar en Europa recorre todas las redacciones.

Parte de esa sensación se atribuye al misterio que envuelve a Meloni, que a sus 19 años defendía a Mussolini y hoy, a sus 45, trata de presentarse como una líder de derecha conservadora más, aunque en su despliegue discursivo y en la raíz de su partido se identifiquen claramente los pilares de un proyecto totalitario y excluyente que azuza el populismo para proteger los privilegios de la élite.

En su campaña electoral y en la campaña de blanqueamiento que se le ha patrocinado, , lo que a todos los efectos convierte sus apelaciones al nacionalismo en meros planteamientos instrumentales para garantizar la perpetuación del sistema de dominación en el que los de arriba están arriba y los de abajo, abajo.

Así, Meloni tendrá que pasar pronto la prueba del algodón, por ejemplo, en lo relacionado a Rusia y Vladimir Putin, ultraderechista con vocación imperial, como Donald Trump, que no han dudado en utilizar el Estado para articular sus fines.

Meloni es parte del Foro de Madrid y firmante de su Carta fundacional, una especie de internacional de la ultraderecha en la órbita del partido español VOX que tiene por objetivo adentrarse en la “iberoesfera”, un concepto que evoca el colonialismo de antaño y al que se han sumado numerosos políticos de la región, como Javier Milei en Argentina, José Antonio Kast en Chile, la familia Bolsonaro en Brasil, Corina Machado en Venezuela o Luis Fernando Camacho y Arturo Murillo por Bolivia. Meloni ha tratado de dejar de dar miedo en Europa mostrándose como una líder que apoya las políticas de la OTAN y que es básicamente neoliberal en su planteamiento económico

El triunfo de Meloni, mitad política radical, mitad ícono pop, dará más referencias a este movimiento que se viene abriendo hueco en Sudamérica y que viene construyendo otro relato, contrapuesto al de la liberación indígena, que reivindica la colonia y se apropia del criollo como sujeto sufriente mientras atiza a un comunismo inexistente en la región.

El auge de la ultraderecha en el mundo exige estar alerta y no perder los referentes; por lo general son los pobres y sus países los que acaban pagando los desmanes de aquellos que algún día se vieron superiores, como bien hemos comprobado en Bolivia recientemente.


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