La responsabilidad de la mascota

La domesticación ha moldeado su comunicación y sus habilidades de aprendizaje, pero es la relación de apego la que conforma la base social de la colaboración entre humanos y canes

Con el permiso de que en Tarija es el Santo Patrono y preside la Fiesta Grande, el día de San Roque es mundialmente celebrado por su vinculación con el perro y por extensión, con los animales domésticos más comúnmente conocido como mascota.

Es verdad que el cuidado de las mascotas ha evolucionado mucho en los últimos años, incluso registrando excesos en la “humanización” del animal que los psicólogos ya han categorizado como trastorno, sin embargo, la convivencia entre animales y seres humanos es ciertamente histórica, pues desde hace milenios se registran documentos históricos que dan cuenta de esta relación y no en vano se utiliza habitualmente la expresión: El perro es el mejor amigo del hombre”, poniendo en auge la competencia social que tienen los canes que les ha ayudado a encajar en la vida humana. La domesticación ha moldeado su comunicación y sus habilidades de aprendizaje, pero es la relación de apego la que conforma la base social de la colaboración entre humanos y canes. Su fuerte vínculo también facilita la sincronización comportamental y emocional.

Es verdad que son necesarias más intervenciones, pero la mayor parte de las tensiones se resolvería con una conducta responsable de los propietarios de mascotas

En Tarija todavía se utilizan numerosos canes como vigilante del hogar o de otras dependencias, pero en general los aportes de un animal doméstico a la familia y en particular a los niños es grande. Los beneficios que aportan los perros y los gatos a los niños son innumerables. En general, la compañía de un animal mejora la calidad de vida de todo ser humano; aumenta la longevidad, preserva el equilibrio físico y mental, facilita la recreación, reduce el estrés y disminuye el índice de depresión en general. Pero en los niños juega un rol aún más importante porque contribuye en el desarrollo educativo y social; los obliga a asumir responsabilidades y a aprender valores como el respeto por los demás, aumenta su autoestima y mejora su integración en la familia. Además, los animales desarrollan la capacidad en los niños de cuidar de alguien y fomentan el sentimiento de competencia y seguridad: los dos indispensables a desarrollar en el primer ciclo de la vida del niño para conseguir su correcto equilibrio emocional.

En Tarija el manejo del tema de las mascotas tiene más que ver con los problemas de salud pública que generan las conductas irresponsables de los propietarios; con los miles de perros abandonados y que se acaban asentando en los barrios periurbanos y cerca del maltrecho botadero del que nadie parece querer ocuparse, y con algunos casos cada vez menos puntuales de rabia canina que cada año se registran, además de algunos ataques de perros a humanos y de humanos a perros que generan absoluta indignación.

Es verdad que para controlar ciertos comportamientos son necesarias más intervenciones por parte de las autoridades, pero la mayor parte de las tensiones se resolvería con una conducta responsable de los propietarios de mascotas. Ambos esfuerzos deben coordinarse no solo a través de una ley o un reglamento, sino a través del diálogo efectivo.

Disfrutemos de nuestras mascotas hoy y siempre, pero siempre con responsabilidad.


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