8M: Del concepto global a la acción departamental

La “revolución” feminista parece ser ya la más importante de este siglo a nivel mundial, aunque no se trata de conquistas concretas como las del siglo XX sino de un aspecto de incorporación plena a la sociedad El 8 de marzo se hizo sentir en todos los rincones de occidente, desde Los...

La “revolución” feminista parece ser ya la más importante de este siglo a nivel mundial, aunque no se trata de conquistas concretas como las del siglo XX sino de un aspecto de incorporación plena a la sociedad

El 8 de marzo se hizo sentir en todos los rincones de occidente, desde Los Urales hasta Tierra de Fuego, pasando, claro está, por Tarija. Manifestaciones y concentraciones de todo tamaño y dirección tuvieron una causa común: la Mujer, así con mayúscula, como sujeto activo y vital de esta sociedad en la que nos desarrollamos.

La movilización sigue hoy con el paro internacional de mujeres, una acción con la que se busca visibilizar el peso económico de las mujeres en estos tiempos de modernidad y competencia, donde las batallas ya no son teóricas ni ideales, sino que la discriminación aguarda en cualquier esquina. Desde El País nos sumamos para visibilizar este aporte en la edición de hoy, por lo que esperamos su comprensión.

Naciones Unidas ha simplificado el 8M, que toda la vida estuvo consagrado a las luchas de las mujeres trabajadoras, abriendo así el abanico de reivindicación e incorporando temáticas tal vez menos políticas, como la lucha activa contra la violencia y los feminicidios, que ciertamente no es una cuestión ideológica en la que se encuentren matices. Por ese camino han transitado instituciones conflictuadas en el asunto de fondo, pero que han encontrado cobertura para no evidenciar otro tipo de problemas.

Es verdad que muchos colectivos feministas también han utilizado la bandera del 8M para incorporar otra serie de demandas, y fundamentalmente el aborto, tanto por la vigencia liberadora entre las más jóvenes como por la configuración de la maternidad como elemento subordinador

La lucha del 8 de marzo, por la igualdad e inclusión laboral, pone en el centro del debate la discriminación salarial y la dificultad de acceso a la fuente laboral. En ello, la interpelación al poder, al que controla los medios de producción y al Estado que regula las relaciones laborales es total.

Los debates se mueven. La ciencia económica ya ha evidenciado lo vital de la incorporación de la mujer al mercado de trabajo y de la profesionalización de los servicios de limpieza, cuidado, etc. Al mismo tiempo, es evidente que la planificación familiar es clave a la hora de alcanzar los desarrollos humanos más favorables. En este siglo XXI se sigue debatiendo sobre las políticas de cuotas y la discriminación positiva, al mismo tiempo que resurge el feminismo amazónico, que compatibiliza conquistas con indiferencia.

La “revolución” feminista parece ser ya la más importante de este siglo a nivel mundial, aunque no se trata de conquistas concretas como las del siglo XX: el voto, el divorcio, la despenalización del aborto en diferentes supuestos prácticamente en todo el mundo, etc., sino de un aspecto de incorporación plena a la sociedad; con todos los derechos y todas las obligaciones, en el que se exige un Estado dispuesto a poner fin a las inequidades estructurales.

La “revolución”, sin embargo, es necesariamente local, pues es en el entorno cercano donde se logran los cambios visibles sin esperar a que alguien venga a solucionarte los problemas. Tarija es hoy un poco distinto a como era hace diez años, pero sigue habiendo mucho camino por recorrer. Aún es tiempo de luchar y no de congratularse. Tiempo de salir a las calles y no de bajar los brazos. Nos vemos en las calles.

Más del autor
Los periodistas vecinos
Los periodistas vecinos
Tema del día
Tema del día