Evo, Bolsonaro, Mercosur y la Patria Grande

En medio del torbellino electoral -que además recién comienza- y de las relaciones internacionales donde la diplomacia es cada vez más ambigua, se está volviendo difícil entender dónde está parada Bolivia y a qué exactamente apuntan sus gobernantes. La diferencia entre el pasado...

En medio del torbellino electoral -que además recién comienza- y de las relaciones internacionales donde la diplomacia es cada vez más ambigua, se está volviendo difícil entender dónde está parada Bolivia y a qué exactamente apuntan sus gobernantes.
La diferencia entre el pasado “neoliberal” y el presente “revolucionario” del Estado Plurinacional es cada vez más difusa, y ambos parecen más bien fusionarse en un prisma psicodélico, que sería entretenido si no fuese por la gravedad de sus implicaciones en la vida concreta de millones de personas.

El presidente Evo Morales aplaudió el insólito acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea, logrado hace casi un mes, mientras los movimientos de izquierda en el continente se manifestaban claramente preocupados, desconfiados e indignados.

Por ejemplo, la Coordinadora de Centrales Sindicales del Cono Sur (Ccscs), que aglutina distintas centrales sindicales de Argentina, Brasil, Chile, Bolivia, Paraguay, Uruguay y Venezuela, rechazó dicho acuerdo, calificándolo como “la sentencia de muerte de nuestras industrias y de gran parte de nuestro trabajo decente y empleo de calidad”, y lanzó una alerta “a nuestros pueblos sobre el funesto impacto que este acuerdo tendrá para el sistema productivo de la región”.

Dicho acuerdo, cuyo contenido aún no es público, fue motivo de celebración este miércoles durante la 54 Cumbre de Presidentes del Mercosur, realizada en la ciudad argentina de Santa Fe, en la que Mauricio Macri le traspasó la presidencia pro témpore a Jair Bolsonaro.

En la ocasión, Morales destacó el trabajo del presidente argentino, Mauricio Macri, y su equipo de trabajo en la presidencia pro tempore del bloque sudamericano, aplaudiendo nuevamente el acuerdo rubricado con la Unión Europea.
Por su parte, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, dijo que no quiere una “patria grande” en Sudamérica: “No queremos en un país más lo que lamentablemente está pasando en nuestra Venezuela (…) queremos que cada país sea autónomo, democrático y que cada uno sea grande. Como está diciendo Trump ‘queremos una América grande´”.
La patria grande, emblema de la ola progresista sudamericana liderada por Hugo Chávez, no fue defendida por Morales, sino apenas matizada, resaltando una frase de Bolsonaro sobre la necesidad de Estados autónomos.

“Esa es la lucha histórica de nuestros pueblos. Un Estado con soberanía, independencia, pueblos con dignidad e identidad porque somos tan diversos (…) Por eso, en Bolivia cambiamos la Constitución y hoy es un Estado Plurinacional. ¡Qué bueno sería que tengamos un Mercosur Plurinacional y una América Plurinacional! Dentro de esa diversidad la unidad justamente para garantizar y trabajar la igualdad entre los seres humanos”, manifestó nuestro presidente.

Confundida entre los aplausos a Macri y Bolsonaro y su turbio acuerdo con la Unión Europea, y el abandono de la Agenda de Octubre, la retórica revolucionaria y de cambios se vacía aceleradamente. Ante la ausencia de alguien de la talla de Chávez que salve el proceso de integración soberana, el proyecto bolivariano parece resignarse frente a la deriva neoliberal y la patria grande cede ante el recargado libre comercio.

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