Los jóvenes en espiral
La tasa de desempleo juvenil es mayor a la tasa nacional. Según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), el segmento juvenil, entre los 16 y 28 años de edad, presenta la mayor tasa de desempleo en el país, en torno al 8,5%, en comparación con el promedio general del 4,7% para el...
La tasa de desempleo juvenil es mayor a la tasa nacional. Según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), el segmento juvenil, entre los 16 y 28 años de edad, presenta la mayor tasa de desempleo en el país, en torno al 8,5%, en comparación con el promedio general del 4,7% para el 2018.
De acuerdo al Gobierno la difícil situación económica interna, tiene su raíz en la crisis de los hidrocarburos. Más aún mientras se dan estas explicaciones el que jóvenes estén sin empleo resulta dramático no sólo respecto a lo cuantitativo sino también a lo cualitativo.
Pues el desempleo frustra planes y proyectos vitales de muchas personas, que supuestamente están mejor preparadas para los desafíos actuales. Lamentablemente estos jóvenes entran en un espiral desesperante en el que no pueden poner en práctica lo aprendido y tienen que dedicarse al comercio informal, a la venta de comidas o finalmente a ser taxistas u otras cosas.
Tarija y todo el país han tenido una época de bonanza económica, que ha brindado la oportunidad de trabajar planes integrales, sostenibles y que a estas alturas ya debían estar dando frutos, sin embargo, la tasa de desempleo continúa y volvemos a echar la culpa a la crisis de los hidrocarburos.
Si bien se han aplicado algunos programas de generación de empleo, éstos no han sabido responder a la demanda, por lo que las cifras del desempleo juvenil continúan en aumento.
Hasta ahora son muchos los tropiezos que han tenido que enfrentar los jóvenes en los últimos tiempos, tales como el recorte de puestos de trabajo en las empresas, las extremas exigencias de algunos contratantes, los salarios injustos al verlos sin experiencia laboral, entre otros.
Ya es tiempo que las autoridades se den cuenta que con su despreocupación por el desempleo juvenil están tirando a la borda el gasto en educación que se invierte en la formación de estas personas, se están frustrando proyectos de vida y se está frenando los impulsos renovadores que necesita la maquinaria económica.
Para el economista Alejandro Banegas un aspecto alarmante lo es también el subempleo y los jóvenes profesionales que se dedican a actividades distintas a su carrera.
Por lo tanto, es hora de concentrarse en un programa integral que genere, por ejemplo -según el economista Iñigo Sagardoy- bases como: Facilitar la ocupación, impulsando tres fuentes: el trabajo para un empleador, el trabajo autónomo y el emprendimiento.
Otra base será: Facilitar la orientación, esto en un trabajo conjunto con empresas e instituciones que brinden información sobre las ramas y el perfil de profesionales que necesitan. Y por último la tercera base es Facilitar la ambición, dicho aspecto se trata de motivar a los jóvenes a tener ambiciones de crecer y lograr un trabajo.
Todo esto que sin duda es perfectible deberá ser reunido y recogido por un plan integral de empleo.
De acuerdo al Gobierno la difícil situación económica interna, tiene su raíz en la crisis de los hidrocarburos. Más aún mientras se dan estas explicaciones el que jóvenes estén sin empleo resulta dramático no sólo respecto a lo cuantitativo sino también a lo cualitativo.
Pues el desempleo frustra planes y proyectos vitales de muchas personas, que supuestamente están mejor preparadas para los desafíos actuales. Lamentablemente estos jóvenes entran en un espiral desesperante en el que no pueden poner en práctica lo aprendido y tienen que dedicarse al comercio informal, a la venta de comidas o finalmente a ser taxistas u otras cosas.
Tarija y todo el país han tenido una época de bonanza económica, que ha brindado la oportunidad de trabajar planes integrales, sostenibles y que a estas alturas ya debían estar dando frutos, sin embargo, la tasa de desempleo continúa y volvemos a echar la culpa a la crisis de los hidrocarburos.
Si bien se han aplicado algunos programas de generación de empleo, éstos no han sabido responder a la demanda, por lo que las cifras del desempleo juvenil continúan en aumento.
Hasta ahora son muchos los tropiezos que han tenido que enfrentar los jóvenes en los últimos tiempos, tales como el recorte de puestos de trabajo en las empresas, las extremas exigencias de algunos contratantes, los salarios injustos al verlos sin experiencia laboral, entre otros.
Ya es tiempo que las autoridades se den cuenta que con su despreocupación por el desempleo juvenil están tirando a la borda el gasto en educación que se invierte en la formación de estas personas, se están frustrando proyectos de vida y se está frenando los impulsos renovadores que necesita la maquinaria económica.
Para el economista Alejandro Banegas un aspecto alarmante lo es también el subempleo y los jóvenes profesionales que se dedican a actividades distintas a su carrera.
Por lo tanto, es hora de concentrarse en un programa integral que genere, por ejemplo -según el economista Iñigo Sagardoy- bases como: Facilitar la ocupación, impulsando tres fuentes: el trabajo para un empleador, el trabajo autónomo y el emprendimiento.
Otra base será: Facilitar la orientación, esto en un trabajo conjunto con empresas e instituciones que brinden información sobre las ramas y el perfil de profesionales que necesitan. Y por último la tercera base es Facilitar la ambición, dicho aspecto se trata de motivar a los jóvenes a tener ambiciones de crecer y lograr un trabajo.
Todo esto que sin duda es perfectible deberá ser reunido y recogido por un plan integral de empleo.