Estacionados en el tiempo
Ayer se recordó el Día de la toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez, poca repercusión de esto hubo en Bolivia y menos en Tarija. Sin embargo, no es tan importante lo que se haga un día sino lo que se haga a lo largo del tiempo por este problema. Pues se trata de una situación...
Ayer se recordó el Día de la toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez, poca repercusión de esto hubo en Bolivia y menos en Tarija. Sin embargo, no es tan importante lo que se haga un día sino lo que se haga a lo largo del tiempo por este problema. Pues se trata de una situación muy delicada que atañe a una población vulnerable, que se siente observada, reducida y maltratada ante la baja de su autonomía.
“Siento que el tiempo para mí se ha detenido, las cosas diarias me cuestan más en todos los espacios, y no debería ser así para quienes desde ya es más difícil desenvolverse como antes”, dice Luis Zegada de 80 años.
Entre 2015 y 2030 se prevé que, en todos los países del mundo, habrá un aumento sustancial de población de personas mayores de 60 años. Este crecimiento será especialmente más rápido en las regiones en vías de desarrollo.
Si hay un aumento de este sector de la población, se puede predecir que aumentarán también los casos de abusos de las personas de edad. A pesar de que es un tema tabú, el maltrato de las personas mayores ha comenzado a ganar una mayor visibilidad como problema en todo el mundo.
Aun así, sigue siendo uno de los tipos de violencia menos tratados en los estudios que se llevan a cabo a nivel nacional, y menos abordados en los planes de acción contra la violencia.
En Bolivia el ritmo del envejecimiento de la población aumenta cada vez hasta constituirse en una de las grandes transformaciones ocurridas en el siglo XXI. Esto sin duda tiene repercusiones en el mercado laboral, financiero, como también en la familia.
En nuestro país de acuerdo a información del Instituto Nacional de Estadística (INE), hay alrededor de un millón de adultos mayores de 60 años, que representan el 8,9 por ciento del total de la población del país.
De esta cifra un poco más de 50 por ciento son mujeres y se estima que 5.300 tienen más de 95 años. El 67 por ciento de la población de este grupo vive en los departamentos de La Paz (31 por ciento), Santa Cruz (20 por ciento) y Cochabamba (16 por ciento).
En el país, entre los abusos más comunes están el despojo de bienes, los malos tratos familiares, la discriminación y maltrato institucional, además de la discriminación en el sector de salud.
Según datos de la Defensoría del Pueblo presentados en el documento "Estado de situación de los Centros de Orientación Socio-legal (COSLAM)" del 2015, se informa que los casos atendidos en 29 oficinas ubicadas en diversos municipios de Bolivia, referentes al maltrato familiar o institucional, despojo de bienes y abuso contra las personas adultas mayores asciende a un 52%, los mismos que se presentan en el área rural y el 48% restante corresponde al área urbana.
El artículo 3 de la Ley 369, promulgada el 1 de mayo de 2013 indica principios importantes como el de prevenir y erradicar toda forma de distinción, exclusión, restricción o preferencia que tenga por objeto menoscabar o anular el ejercicio de los derechos fundamentales y libertades de las personas adultas mayores.
También busca erradicar toda conducta que cause lesión interna o externa. Busca la interdependencia, colaboración y ayuda mutua intergeneracional que genere comportamientos y prácticas culturales favorables a la vejez y el envejecimiento.
Añadido a esto otro punto importante que siempre se olvida es la accesibilidad debido a que los servicios que goza la sociedad deben también acomodarse para ser accedidos por las personas adultas mayores.
Esto en rasgos generales, sin embargo ¿Cuánto de esto se pone en práctica? Tanto gobernantes como la misma sociedad se sumerge en la dinámica diaria de un tiempo sin dueño, nos dejamos llevar por nuestras actividades y olvidamos a quienes son el origen y la base de lo que somos ahora.
La reflexión está hecha, el problema está creciendo y es urgente hacer algo para reivindicarnos ante quienes siguen siendo parte fundamental de esta tierra, de este país y de este mundo.
“Siento que el tiempo para mí se ha detenido, las cosas diarias me cuestan más en todos los espacios, y no debería ser así para quienes desde ya es más difícil desenvolverse como antes”, dice Luis Zegada de 80 años.
Entre 2015 y 2030 se prevé que, en todos los países del mundo, habrá un aumento sustancial de población de personas mayores de 60 años. Este crecimiento será especialmente más rápido en las regiones en vías de desarrollo.
Si hay un aumento de este sector de la población, se puede predecir que aumentarán también los casos de abusos de las personas de edad. A pesar de que es un tema tabú, el maltrato de las personas mayores ha comenzado a ganar una mayor visibilidad como problema en todo el mundo.
Aun así, sigue siendo uno de los tipos de violencia menos tratados en los estudios que se llevan a cabo a nivel nacional, y menos abordados en los planes de acción contra la violencia.
En Bolivia el ritmo del envejecimiento de la población aumenta cada vez hasta constituirse en una de las grandes transformaciones ocurridas en el siglo XXI. Esto sin duda tiene repercusiones en el mercado laboral, financiero, como también en la familia.
En nuestro país de acuerdo a información del Instituto Nacional de Estadística (INE), hay alrededor de un millón de adultos mayores de 60 años, que representan el 8,9 por ciento del total de la población del país.
De esta cifra un poco más de 50 por ciento son mujeres y se estima que 5.300 tienen más de 95 años. El 67 por ciento de la población de este grupo vive en los departamentos de La Paz (31 por ciento), Santa Cruz (20 por ciento) y Cochabamba (16 por ciento).
En el país, entre los abusos más comunes están el despojo de bienes, los malos tratos familiares, la discriminación y maltrato institucional, además de la discriminación en el sector de salud.
Según datos de la Defensoría del Pueblo presentados en el documento "Estado de situación de los Centros de Orientación Socio-legal (COSLAM)" del 2015, se informa que los casos atendidos en 29 oficinas ubicadas en diversos municipios de Bolivia, referentes al maltrato familiar o institucional, despojo de bienes y abuso contra las personas adultas mayores asciende a un 52%, los mismos que se presentan en el área rural y el 48% restante corresponde al área urbana.
El artículo 3 de la Ley 369, promulgada el 1 de mayo de 2013 indica principios importantes como el de prevenir y erradicar toda forma de distinción, exclusión, restricción o preferencia que tenga por objeto menoscabar o anular el ejercicio de los derechos fundamentales y libertades de las personas adultas mayores.
También busca erradicar toda conducta que cause lesión interna o externa. Busca la interdependencia, colaboración y ayuda mutua intergeneracional que genere comportamientos y prácticas culturales favorables a la vejez y el envejecimiento.
Añadido a esto otro punto importante que siempre se olvida es la accesibilidad debido a que los servicios que goza la sociedad deben también acomodarse para ser accedidos por las personas adultas mayores.
Esto en rasgos generales, sin embargo ¿Cuánto de esto se pone en práctica? Tanto gobernantes como la misma sociedad se sumerge en la dinámica diaria de un tiempo sin dueño, nos dejamos llevar por nuestras actividades y olvidamos a quienes son el origen y la base de lo que somos ahora.
La reflexión está hecha, el problema está creciendo y es urgente hacer algo para reivindicarnos ante quienes siguen siendo parte fundamental de esta tierra, de este país y de este mundo.
