De nuevo a golpes

Suena increíble que nuestro departamento haya logrado tener el índice más alto de violencia familiar, más aún es una realidad.

Según información oficial, en el primer trimestre de 2019 la FELCV registró en todo el departamento 834 denuncias. Esto quiere decir que a nivel Bolivia se ha demostrado que en Tarija, por cada 100 mil habitantes se denuncian 437 hechos.

Pero ¿qué es lo que pasa en el departamento?, el machismo tiene índices muy elevados en Tarija, esto siempre se supo y en muchas ocasiones se lo tomó incluso como broma. Pero de ninguna manera es algo superficial, esta deformación se refleja en estos graves problemas.

Se cree que la lucha de las mujeres por la igualdad ha generado un nivel elevado de malas reacciones por parte de los hombres, incluso desesperación, lo que muchas veces ha llevado al hombre a los golpes con tal de esclavizarla y volverla sumisa.

Más aún, esto no es argumento para que las mujeres dejen de luchar por sus derechos y continúen avanzando. Se supone que la Ley 348 no sólo está para sancionar a quienes la contravengan sino que debería dar las garantías necesarias a las mujeres que viven esta situación y que están en la lucha por sus derechos.

Pero que mejor que estos hechos se prevengan y no sucedan. No nos vamos a mentir que esto también depende en parte de las mujeres de no permitirlos, de rechazar esto, de alejarse a tiempo y de denunciar ante el mínimo intento. Esto en rasgos generales porque hay muchas situaciones particulares y a menudo hacen mucho más difícil aplicar este principio.

Por otro lado está que en muchos hogares la violencia es normal, sobre todo cuando se aplica a los niños, pues se cree que una malacrianza debe ser corregida con golpes. También sabemos que la violencia familiar es una conducta que se aprende por imitación y no solo termina lesionando al que recibe los golpes o maltrato dentro del hogar sino también a aquel que contempla cómo alguien es maltratado.

Otra de las razones del aumento de la violencia, que de alguna manera hemos mencionado, es la lucha de poder entre un hombre y una mujer, sin llegar a acuerdos armoniosos.

Esto en la parte interna del hogar. Ahora ya hablando de lo que deberían hacer las autoridades y responsables de luchar contra este flagelo, podemos decir que entre los problemas que arrastramos destacan la burocracia, la falta de equipamiento y la corrupción.

Una muestra de lo que anotamos es que desde la Felcv se lamentó el aumento de la violencia familiar como también la falta de respuesta inmediata sobre todo en las provincias. Revelaron que para atender los casos deben prestarse vehículos para socorrer a las víctimas, pues en esa unidad se cuenta con un solo motorizado.

Asimismo revelaron que la infraestructura es otro de los temas que les preocupa, toda vez que las instalaciones donde funcionan actualmente no cumplen con las condiciones para atender a las personas, es decir, ni a las víctimas ni a los victimarios.

Mientras todo esto sucede, muchas mujeres golpeadas se convierten en cifras de feminicidio, porque para este mundo que ve todo desde el balcón parece que no tuvieran historias, familia ni entorno.

Por otro lado las mujeres que sobreviven lo hacen con un gran daño psicológico que se refleja en baja autoestima y traumas. Y aquí estamos de nuevo por un lado presenciando la gran lucha que hacen las mujeres por su igualdad y por el otro presenciando a ese gran monstruo  que busca reprimirlas y esclavizarlas.