Detrás de la puerta
Aquél hombre, con hijos adolescentes no creía en la Navidad, ni en los milagros de la Noche Buena. Ese día José salió muy temprano para su trabajo en la radio, era 20 de diciembre, su rutina diaria estaba a punto de cambiar. Al doblar la esquina se encontró con una niña de carita dulce...
Aquél hombre, con hijos adolescentes no creía en la Navidad, ni en los milagros de la Noche Buena.
Ese día José salió muy temprano para su trabajo en la radio, era 20 de diciembre, su rutina diaria estaba a punto de cambiar.
Al doblar la esquina se encontró con una niña de carita dulce que pedía unas monedas.
_Señor, señor me da una moneda? Dijo la pequeña.
José rebuscó en sus bolsillos, pero nada, las monedas eran escasas, así que le dio un billete a cambio de las monedas.
La niña mirándolo a los ojos le dice:
_ Estás a punto de sufrir un cambio muy grande en tu vida, deberás creer y tener fe.
José le sonrió y siguió para su trabajo, no había trascurrido una hora cuando de la administración lo llaman para decirle.
Debemos reunir alimentos y obsequios para los hogares y las personas que están inundadas, cuatro días después llevó junto a sus compañeros los artículos que lograron reunir.
En la última de las casitas que visitan, lo esperaba una sorpresa. La niña de carita dulce que pocos días atrás le pidió monedas le abre la puerta, tan sólo había dos habitaciones en la humilde vivienda de chapa.
Mi madre está cansada y duerme…
Se abrió otra puerta de madera vieja y destartalada y la pequeña dijo “éste es el niño ha nacido hoy”.
Dentro de la habitación en una cuna de madera un bebé dormía un plácido sueño de sonrisas y hoyuelos. Entre la cuna y la pared había otra cama, una mujer ojerosa levantó la cabeza.
Horas más tarde del día 24 de diciembre, José llegó a su casa a la cena de noche buena, su familia estaba reunida…
Decidió decir unas palabras a sus hijos y a su esposa…pero un nudo en la garganta le impidió hablar, rompiendo en llanto ante el asombro de su familia.
Cuando logró serenarse relató los pormenores de la situación que le tocó vivir.
Ese día José salió muy temprano para su trabajo en la radio, era 20 de diciembre, su rutina diaria estaba a punto de cambiar.
Al doblar la esquina se encontró con una niña de carita dulce que pedía unas monedas.
_Señor, señor me da una moneda? Dijo la pequeña.
José rebuscó en sus bolsillos, pero nada, las monedas eran escasas, así que le dio un billete a cambio de las monedas.
La niña mirándolo a los ojos le dice:
_ Estás a punto de sufrir un cambio muy grande en tu vida, deberás creer y tener fe.
José le sonrió y siguió para su trabajo, no había trascurrido una hora cuando de la administración lo llaman para decirle.
Debemos reunir alimentos y obsequios para los hogares y las personas que están inundadas, cuatro días después llevó junto a sus compañeros los artículos que lograron reunir.
En la última de las casitas que visitan, lo esperaba una sorpresa. La niña de carita dulce que pocos días atrás le pidió monedas le abre la puerta, tan sólo había dos habitaciones en la humilde vivienda de chapa.
Mi madre está cansada y duerme…
Se abrió otra puerta de madera vieja y destartalada y la pequeña dijo “éste es el niño ha nacido hoy”.
Dentro de la habitación en una cuna de madera un bebé dormía un plácido sueño de sonrisas y hoyuelos. Entre la cuna y la pared había otra cama, una mujer ojerosa levantó la cabeza.
Horas más tarde del día 24 de diciembre, José llegó a su casa a la cena de noche buena, su familia estaba reunida…
Decidió decir unas palabras a sus hijos y a su esposa…pero un nudo en la garganta le impidió hablar, rompiendo en llanto ante el asombro de su familia.
Cuando logró serenarse relató los pormenores de la situación que le tocó vivir.
