Hacer brillar San Roque
El santo San Roque será dejado esta noche en su capilla privilegiada del templo referencia de Tarija. Sobre sus hombros cargará de nuevo una multitud de pedidos y oraciones de los feligreses que cada año va a más. La asociación de promesantes chunchos prevé esta noche en el Encierro volver...
El santo San Roque será dejado esta noche en su capilla privilegiada del templo referencia de Tarija. Sobre sus hombros cargará de nuevo una multitud de pedidos y oraciones de los feligreses que cada año va a más. La asociación de promesantes chunchos prevé esta noche en el Encierro volver a batir un record de participantes, mientras que los operadores de turismo, y hasta los asesores políticos, empiezan a hacer cuentas del rendimiento que se ha sacado a la Fiesta Grande.
Nadie lleva un registro exacto de cuanta gente participa en las procesiones, pero se calcula que entre 6.000 y 8.000 promesantes participarán el martes del Encierro. También por millares se cuentan aquellos que saldrán a las calles a admirar al Santo y también el tremendo esfuerzo que los danzantes realizan.
Este 2018, después de unos años enrarecidos por esta costumbre de criticar y polemizar por todo que se viene enraizando peligrosamente en Tarija, las procesiones han recobrado un sentido esencialmente religioso y, no con poco esfuerzo de los hermanos mayores y los más antiguos chunchos, se ha logrado reflexionar sobre que lo importante es la promesa, no sí ir más delante o más detrás en la fila, o llevar un turbante más alto o más pintudo. Es evidente que se han vuelto a registrar algunos empujones, pulsetas y chunchos inobservando algunas de las reglas tradicionales; pero esto de la Fe y el dogma es también camino de compasión y aprendizaje, por lo que se ha relativizado con un objetivo: dar la mejor imagen de la Fiesta.
La Fe es el evento central. La Iglesia Católica sigue siendo mayoritaria en Bolivia y en la ciudad de Tarija y aunque sus ritos se ven cada vez más mediatizados por la era del espectáculo que atravesamos, los representantes locales de las diócesis y las parroquias están logrando llevar el acto de impacto puntual a un momento de reflexión profunda de la vivencia y la experiencia en comunidad. Un proceso relevante y titánico en estos tiempos líquidos que requieren de un apuntalamiento familiar y educativo.
Con los cimientos firmes, la Fiesta Grande de San Roque se ha empezado a popularizar en el exterior. Lo cierto es que cuenta con elementos particulares y únicos, como bien ha estudiado entre otros el antropólogo Daniel Vacaflores, que hacen del festejo un misterio de exportación.
La Fiesta Grande, San Roque, sus chunchos promesantes, las sacrificadas procesiones, etc., siguen siendo desconocidos para una gran parte de los bolivianos, que no suelen mirar mucho más allá de sus propias tradiciones. Su coincidencia con el final del invierno, que en Tarija suele alumbrar días de sol radiante y lapachos en flor, lo puede convertir en un referente turístico real, aunque los esfuerzos se sigan diluyendo en iniciativas personalísimas.
Hoy concluye la Fiesta Grande de Tarija con el Encierro, un momento de comunión que va captando la atención y la devoción de los tarijeños y no tarijeños y que vale la pena hacer crecer. Es necesario que todos, desde donde estén, desde donde puedan, pongan atención y esfuerzos en este objetivo. Disfruten de la jornada.
Nadie lleva un registro exacto de cuanta gente participa en las procesiones, pero se calcula que entre 6.000 y 8.000 promesantes participarán el martes del Encierro. También por millares se cuentan aquellos que saldrán a las calles a admirar al Santo y también el tremendo esfuerzo que los danzantes realizan.
Este 2018, después de unos años enrarecidos por esta costumbre de criticar y polemizar por todo que se viene enraizando peligrosamente en Tarija, las procesiones han recobrado un sentido esencialmente religioso y, no con poco esfuerzo de los hermanos mayores y los más antiguos chunchos, se ha logrado reflexionar sobre que lo importante es la promesa, no sí ir más delante o más detrás en la fila, o llevar un turbante más alto o más pintudo. Es evidente que se han vuelto a registrar algunos empujones, pulsetas y chunchos inobservando algunas de las reglas tradicionales; pero esto de la Fe y el dogma es también camino de compasión y aprendizaje, por lo que se ha relativizado con un objetivo: dar la mejor imagen de la Fiesta.
La Fe es el evento central. La Iglesia Católica sigue siendo mayoritaria en Bolivia y en la ciudad de Tarija y aunque sus ritos se ven cada vez más mediatizados por la era del espectáculo que atravesamos, los representantes locales de las diócesis y las parroquias están logrando llevar el acto de impacto puntual a un momento de reflexión profunda de la vivencia y la experiencia en comunidad. Un proceso relevante y titánico en estos tiempos líquidos que requieren de un apuntalamiento familiar y educativo.
Con los cimientos firmes, la Fiesta Grande de San Roque se ha empezado a popularizar en el exterior. Lo cierto es que cuenta con elementos particulares y únicos, como bien ha estudiado entre otros el antropólogo Daniel Vacaflores, que hacen del festejo un misterio de exportación.
La Fiesta Grande, San Roque, sus chunchos promesantes, las sacrificadas procesiones, etc., siguen siendo desconocidos para una gran parte de los bolivianos, que no suelen mirar mucho más allá de sus propias tradiciones. Su coincidencia con el final del invierno, que en Tarija suele alumbrar días de sol radiante y lapachos en flor, lo puede convertir en un referente turístico real, aunque los esfuerzos se sigan diluyendo en iniciativas personalísimas.
Hoy concluye la Fiesta Grande de Tarija con el Encierro, un momento de comunión que va captando la atención y la devoción de los tarijeños y no tarijeños y que vale la pena hacer crecer. Es necesario que todos, desde donde estén, desde donde puedan, pongan atención y esfuerzos en este objetivo. Disfruten de la jornada.
