El gran riesgo de depender de la extracción de un solo recurso natural.
Tarija en medio de la urgencia de diversificar su economía
El departamento tarijeño es uno de los que, en términos relativos, presenta menor diversificación de su economía. Es importante romper su dinámica dependiente y promover una economía diversa y sostenible.



La estructura económica de Tarija “dista mucho de economías más diversificadas, como probablemente sea Santa Cruz; pero se asemeja a la de Potosí, caracterizada por su dependencia a la explotación de minerales desde la fundación de la República, y que no ha dejado beneficios económicos a largo plazo en este departamento”, señala la Fundación Jubileo en un reciente informe publicado sobre la economía tarijeña.
La evocación a la minería potosina, que ‒pese al saqueo y al beneficio de capitales extranjeros‒ fue puntal de la economía boliviana durante tantos años, no es un hecho menor. Con el tiempo, la dependencia que ese departamento llego a tener de la explotación de minerales fue tan grande que gran parte de su economía giraba en torno a ella. Sin embargo, lo más preocupante tiene que ver con cómo esta actividad, una vez que entró en una fase de declive, no se tradujo en una economía próspera ni sostenible. Luego vendría el abandono estatal.
Tarija no debe perder de vista la experiencia del vecino departamento. Más allá de la caída de los precios internacionales de los hidrocarburos, las exportaciones de gas siguen siendo piedra angular del sector público boliviano. Y aunque las regalías y los impuestos que recibe el departamento tarijeño por la explotación de gas son de consideración, vale la pena preguntarse hasta qué punto las mismas están sirviendo para impulsar una base económica sostenible y diversa, o si simplemente se profundiza una economía dependiente y rentista.
Fisionomía de una economía dependiente
En los últimos 20 años, los sectores que mayor crecimiento han reportado dentro de la economía departamental han sido: hidrocarburos, construcción, servicios de la administración pública y electricidad, gas y agua. La complejidad de este crecimiento tiene que ver con el hecho de que el sector preponderante es el de hidrocarburos, y los otros sectores que crecieron en cantidades importantes no necesariamente son productivos y están poco vinculados a la industria.
“En el periodo 2000–2020, que podría ser denominado como del ‘boom del gas natural en Tarija’, los sectores con mayor peso en el PIB departamental fueron siete, siendo el principal el de petróleo crudo y gas natural (45%), seguido por el de agricultura, silvicultura, caza y pesca (9%); sin embargo, este último registró un crecimiento de apenas 2,5% en estos 20 años”, señala el informe de la fundación jubileo. Es decir, el sector productivo de mayor importancia, luego del de hidrocarburos, ha tenido un crecimiento incipiente en las últimas dos décadas.
El peso relativo que tiene el sector hidrocarburos en la economía departamental de Tarija es tan grande que prácticamente representa el 99% del total de las exportaciones. Entre los años 2013 y 2014, el valor anual exportado de gas tarijeño ascendió a casi 5.000 millones de dólares. Y aunque esta cifra disminuyó en los siguientes años a menos de la mitad, no perdió su importancia relativa.
Por otro lado, la dependencia se hace evidente por la importancia que tiene en el presupuesto público departamental. “Los ingresos por regalía e IDH tienen una importancia gravitante en el presupuesto de ingresos del Gobierno Autónomo Departamental de Tarija y de la Provincia Gran Chaco […], se aprecia claramente el riesgo que supone la dependencia a una fuente de ingreso que, a su vez, depende de los precios internacionales del petróleo, así como a los niveles de producción de los campos en actual explotación”, señala el informe de la Fundación Jubileo.
Diversificar la economía: tarea urgente
No se puede negar la importancia que tienen los hidrocarburos en la estructura económica de Tarija. En los últimos 20 años, en promedio, el 45% del PIB departamental provino de la explotación hidrocarburífera, algunos años incluso fue más de la mitad.
Si bien el gobierno de Luis Arce Catacora ha señalado que dará prioridad a nuevas exploraciones para aumentar las reservas de gas, este hecho, de por sí, no señala una solución al problema de fondo de la economía tarijeña. Lo importante debería ser que se impulsen procesos productivos sostenibles en el tiempo y que el excedente con el que ya cuenta el departamento se utilice en ese sentido. Además, debe existir una política clara de fortalecimiento de los sectores que generan mayor empleo.
El sector hidrocarburos solo genera el 1,10% de los empleos departamentales. “Considerando el detalle de las actividades económicas que se realizan en el departamento de Tarija, la mayor parte de la población ocupada está concentrada en la realización de actividades relacionadas con la agricultura (27,9%) y el comercio y transporte (17,8%); en este último caso, posiblemente por su condición fronteriza y la importante cantidad de comercio con la vecina República de Argentina. Si se adicionan las actividades de servicios, administración pública y construcción, se observa que 83% de la población ocupada se concentra en estos cinco sectores”.
Ahora que se avecinan las elecciones subnacionales, las propuestas políticas deben tomar en serio el destino del excedente hidrocarburífero del departamento. Si este servirá para reforzar una dinámica rentista o si, en su defecto, impulsará la diversificación de la producción departamental.