¿Por qué no habrá reactivación económica si no se controla la Covid-19?
América Latina: el falso dilema entre salud y economía
Muchas autoridades gubernamentales de la región han planteado un falso dilema: o se cuida la economía o se cuida la salud. Esta disyuntiva resulta ser engañosa y perjudicial para enfrentar la pandemia



“Sin lograr controlar la pandemia es imposible pensar en la reactivación económica”. Esta es la contundente aseveración de un reciente informe presentado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS). En este documento se presentan varios argumentos sobre la necesidad de una convergencia de las políticas de salud y economía para hacer frente a la Covid-19.
“Para enfrentar la pandemia en todas sus fases, las políticas de salud, sociales y económicas deben ser integradas, coordinadas, participativas y adaptadas a cada contexto nacional y subnacional y deben estar guiadas por principios o bases fundamentales”, señala el informe.
Estas recomendaciones contrastan seriamente con las políticas que vienen siendo aplicadas en Bolivia, las cuales se concentran fundamentalmente en la reactivación de las grandes empresas y el sector financiero, mientras que las políticas de salud y protección social han sido de poca envergadura y han tenido poco impacto en el bienestar de la sociedad.
¿Apertura económica con Covid-19 fuera de control?
Hace casi dos meses (el 24 de junio), cuando el ministro de la Presidencia, Yerko Nuñez, anunciaba el Plan de Reactivación Económica y Empleo, señaló con una frase que ahora parece un mal chiste que Bolivia entraba a “nueva etapa, de renacer, de reivindicarse y de reactivarse”. Sin embargo, ese plan no contemplaba ni un centavo para invertir en salud.
En las recomendaciones que tanto la CEPAL como la OPS hacen a los países latinoamericanos, se puntualiza de manera enfática que: “no hay apertura económica posible sin que la curva de contagios haya sido controlada a través de medidas de salud pública como la suspensión de actividades no esenciales y otras medidas de distanciamiento social, la trazabilidad de los casos y su aislamiento, el monitoreo de los contactos y la intensificación de las pruebas de diagnóstico”.
Pero además, estas “medidas de salud pública dirigidas a aplanar la curva de contagios deben ir de la mano de medidas de protección social”. Es decir, los países tienen que implementar políticas fiscales de gran calado para apoyar a las millones de familias que han perdido sus fuentes de ingreso. Esto es fundamental en un país como Bolivia, que tiene más del 70% de sus trabajadores en el sector informal.
Efectos preocupantes
La CEPAL estima que por efectos de la Covid-19, América Latina y el Caribe verán caer su producto interno bruto en 9,1%, mientras que el desempleo aumentará en 5,4%. Estas son cifras recientemente ajustadas, ya que las estimaciones que se hicieron cuando comenzó la pandemia eran mucho menores.
Por el otro lado, “se estima que la tasa de pobreza en América Latina aumentará 7,1 puntos porcentuales en 2020, hasta alcanzar el 37,3%, mientras que la de pobreza extrema aumentará 4,5 puntos porcentuales, pasando del 11,0% al 15,5%. Esto podría suponer un aumento de 45 millones en el número de personas en situación de pobreza (hasta llegar a un total de 231 millones de personas) y de 28 millones de personas en el caso de la pobreza extrema (hasta un total de 96 millones de personas)”, señala el informe.
Por otro lado, y considerando que América Latina ya es la región más desigual del mundo, también aumentará la desigualdad de ingresos en todos los países de la región. La CEPAL proyecta un incremento del coeficiente de Gini entre el 1,1% y el 7,8%.
Controlar, reactivar y reconstruir
Estas son las tres fases que tanto la CEPAL como la OPS consideran fundamentales para abordar la pandemia. Estas no deben considerarse de manera lineal, sino más bien interrelacionadas.Primero, se debe controlar la curva de contagios a través de contundentes medidas de salud pública. Segundo, se debe reactivar la economía evitando nuevos contagios e incrementando abundantemente el gasto social. Tercero, se debe reconstruir la sociedad poniendo la salud y el bienestar social como ejes.