Una reactivación económica que apuntala al sector financiero
¿Qué es la financiarización de la economía?
El paquete económico que el gobierno boliviano implementará para reactivar la economía está centrado en el fortalecimiento del sistema financiero y en un mayor endeudamiento para la población



La “financiarización” de una economía que no es lo mismo que la financiación es un proceso por medio del cual los intereses financieros, los agentes financieros y las instituciones financieras comienzan a tener un papel cada vez más protagónico en las economías. En este proceso, otros sectores económicos y la vida de las personas quedan paulatinamente subordinadas y dependientes de la lógica financiera.
Este debate debe ser puesto sobre la mesa de discusión en Bolivia. El paquete económico que está implementando el gobierno para reactivar la economía pone al sistema financiero en el centro, apuntalando su estabilidad con fondos públicos y promoviendo un modelo de endeudamiento generalizado en un momento de profunda crisis económica.
De la financiación a la financiarización
Según los investigadores Sahil Jai Dutta y Frances Thomson, en una publicación para el Transnational Institute, “la financiarización debe entenderse como una transformación radical del sector financiero que ha alterado economías enteras, desde los hogares y las empresas hasta el funcionamiento de los sistemas monetarios y los mercados de productos básicos”.
Este es un proceso por medio del cual se genera un incremento agresivo de los intermediarios financieros junto a las tecnologías que utilizan en nuestra vida cotidiana. Cada vez más ámbitos de la economía general y de nuestra economía individual quedan atrapadas por el control financiero.
“Las investigaciones han demostrado que la financiarización ha aumentado la desigualdad, ha ralentizado la inversión en la producción ‘real’, ha incrementado la presión sobre las personas y los hogares endeudados y ha dado lugar a una merma de la responsabilidad democrática”, señalan los investigadores.
Los procesos de financiarización se caracterizan por una modificación drástica de la actividad bancaria. Los bancos ya no se ajustan a la idea tradicional en la que su función es proporcionar servicios de préstamo y ahorro para particulares. “La actividad bancaria moderna entraña la reestructuración y la compraventa de préstamos, así como la especulación en los mercados globales”.
La gran crisis financiera de 2008 puede entenderse como una consecuencia de la financiarización de la economía global, en la que el irresponsable flujo de activos financieros en búsqueda de rentabilidad rápida y elevada sin tener sustento real, derivó en un descalabro económico de los principales mercados, con un impacto profundo en la economía mundial.
Pese a ello, y luego de una fugaz recuperación, la financiarización mundial siguió su curso. Este proceso ha significado una expansión de la deuda sin precedentes, lo que define a la economía mundial. “En 2014, la consultora McKinsey calculó que la deuda mundial alcanzaba los 199 billones de dólares, equivalente al 287% del PIB mundial”.
Los procesos de la financiarización
Desde el neoliberalismo se han presentado dos fenómenos que han permitido acentuar la financiarización: 1) de manera previa, conceder el préstamo y, después, acudir a los mercados para financiarlo; 2) vender ahora, pagar después.
La primera de estas dinámicas tiene que ver con que “desde finales de la década de 1960, los bancos han recurrido cada vez más a los préstamos en el mercado abierto. Este sistema se suele calificar en el mundo anglosajón como ‘banca basada en el mercado’ y ha supuesto un vuelco para el mundo de las finanzas: los bancos ahora prestan primero (expandiendo los activos de sus balances) y, después, van a los mercados monetarios para financiar sus restricciones de liquidez (los pasivos).
”La segunda dinámica tiene que ver con el aumento de los procesos de titularización. La titularización supone transformar flujos de ingresos futuros en un valor financiero que se puede vender de inmediato.
“Las titularizaciones de flujos futuros permiten a las entidades públicas y privadas acceder a créditos de bajo coste en los mercados globales de capital, al margen de las calificaciones crediticias oficiales y del desempeño económico del Gobierno (por ejemplo, los niveles de reserva de divisas). Quienes defienden estos procesos arguyen que se basan en modelos informáticos sofisticados y que ayudan a distribuir y equilibrar el riesgo”.
Los efectos de la financiarización
A partir de la década de 1980, muchos gobiernos empezaron a “liberalizar” sus cuentas de capital, eliminando las barreras a la libre circulación de los capitales dentro y fuera de los países.
Sin embargo, “las pruebas sugieren que la libre circulación de capitales ha dado lugar a una volatilidad sin precedentes de los tipos de cambio, los valores en bolsa y los tipos de interés y, por lo tanto, una mayor inestabilidad, lo cual entraña una mayor probabilidad de que se produzcan crisis financieras. [Además], en la década de 2000, el capital se trasladó desde las economías ‘en desarrollo’ a las economías ‘desarrolladas’, y no al revés”, sugieren los autores del informe.
Bolivia y la financiarización
Si bien Bolivia se ha caracterizado por ser una economía pequeña con un sistema financiero bastante limitado, llama la atención cómo el plan de reactivación económica que el gobierno ha propuesto para enfrentar la pandemia, se sostiene en un sistemático proceso de endeudamiento y financiarización de la economía nacional. Todo el apoyo económico está siendo gestionado a través fondos de garantías para apuntalar créditos y, por el otro lado, se está promoviendo un proceso de titularización de cartera, que favorecerá a la concentración de capitales en el país.