Su influencia en el mundo es cada vez mayor
El Presupuesto General del Estado en tiempos de pandemia
Si bien las finanzas públicas eran de por sí complicadas cuando el PGE 2020 fue aprobado por el anterior gobierno, la crisis sanitaria amplificará dramáticamente el desequilibrio entre el gasto y los ingresos fiscales



La Fundación Jubileo publicó recientemente un informe del Presupuesto General del Estado (PGE) para el 2020. Este presupuesto fue aprobado el año pasado por el gobierno del Movimiento Al Socialismo y tiene como rasgo preocupante el sostenido incremento del gasto público, pese al abultado déficit fiscal ya acumulado.
El problema es que, tanto el conflictivo escenario en que se suscitó el cambio de gobierno, pero principalmente las consecuencias económicas derivadas de la pandemia de la Covid-19, están conllevando una modificación profunda de las finanzas públicas.
“Se prevé que el resultado fiscal (ingresos-gastos) sea un déficit aún mayor al programado; y, la difícil situación de las finanzas públicas tienda a complicarse aún más con este efecto adicional que es la crisis del coronavirus”, señala la Fundación Jubileo.
Un presupuesto que repetía la tendencia
Un gasto fiscal creciente principalmente en sueldos y salarios y unos ingresos que no alcanzaban para financiarlo. Derivado de lo anterior, más deuda externa y, como contrapartida, una disminución de la inversión pública.
“Sin considerar la crisis del coronavirus, el Presupuesto 2020 presenta la difícil situación de los últimos años en que los ingresos no alcanzan para cubrir los altos gastos que el Estado ha ido comprometiendo, por lo que plantea, nuevamente, un déficit fiscal cercano a 7% y un mayor endeudamiento”, se puntualiza en el informe.
La principal fuente de financiamiento del Estado continuaban siendo los ingresos tributarios, que pese a una disminución en términos absolutos, se esperaba que llegasen a representar cerca de 48.000 millones de bolivianos.
Por el otro lado, se estimaba que los ingresos por la renta de hidrocarburos (IDH y regalías) alcanzarían un monto de 9.700 millones de bolivianos menor a los 12.100 millones de 2018. Monto estimado a partir de un precio esperado del barril de petróleo que superaba los 50 dólares americanos.
Debido a esta disminución en los ingresos, el PGE ya consideraba una reducción importante en los recursos asignados a los gobiernos subnacionales. En el caso de las gobernaciones, esta disminución era casi del 20%, mientras que en el de los gobiernos municipales llegaba a ser del 2%.
Desde el otro lado de la balanza, el presupuesto de 2020 planteaba un incremento de 4,7% en los gastos corrientes 7% en el caso sueldos y salarios. “Los niveles alcanzados por estos gastos y su persistente crecimiento representan un riesgo latente de insostenibilidad de las finanzas públicas, considerando la verdadera disponibilidad de ingresos públicos”, señala la Fundación Jubileo.
Otro rasgo característico de este PGE es la disminución de casi un 17% del monto destinado a la inversión pública.
Finalmente, “el déficit es financiado con endeudamiento; por tanto, se recurre a préstamos para financiar los gastos que son mayores”. Para 2020, se tenía presupuestado incrementar la deuda en 2.315 millones de dólares netos.
La situación será peor por el coronavirus
La pandemia empeorará la inquietante situación del PGE, acrecentando los problemas señalados.
La Fundación Jubileo prevé que, solo por concepto de exportación de gas, los ingresos del Estado disminuirán en casi 500 millones de dólares. A esto habrá que sumar la disminución por ingresos tributarios. En contrapartida, los gastos aumentarán para paliar la crisis sanitaria y con ellos lo hará la deuda externa.
Esta situación obliga a formular estrategias para enfrentar la delicada situación. Por ejemplo, no queda claro cómo se financiará la Renta Dignidad, ya que el IDH no alcanzará.