Empate en Mestalla con polémica histórica
Vinicius evita la derrota del Real Madrid en un polémico final
Empate a dos goles entre Valencia y Real Madrid en un partido que tuvo de todo lo que se puede imaginar y más. 'Guerra' entre Vinicius y la grada, emoción, tensión y una remontada blanca interrumpida por Gil Manzano que pitó el final segundos antes de que Bellingham hiciera el 2-3 de cabeza. La polémica será de las gordas.
En lo meramente futbolístico, dos goles de Vinicius neutralizaron los de Hugo Duro y Yaremchuk por parte del Valencia para que los dos equipos se repartieran los puntos. Por tanto, tropiezo evitado a medias por el líder que vuelve a dejarse puntos fuera de casa. Y a esto le sigue quedando mucho.
Un homenaje y tres goles
El partido, solo en 45 minutos, ofreció todo lo que durante la semana se había imaginado en la cabeza de los aficionados. Primeramente hubo un homenaje muy emotivo a los héroes y las víctimas del incendio del pasado 22 de febrero en el barrio de Campanar y a este le siguió un partido de fútbol emocionante. Porque más que fútbol, fue emoción lo que tuvo los primeros compases hasta que, con dos errores del Madrid, se abrió como un melón para hacer la fiesta completa.
Vinicius, que desde el primer minuto hasta el último fue abucheado cada vez que recibía el balón, precisamente fue quien se equivocó en defensa permitiendo que Foulquier, desde la derecha, pusiera un centro que remató Fran Pérez en semifallo y redirigió Hugo Duro hacia portería con unos reflejos envidiables. Era el 1-0 cuando precisamente parecía que el Real Madrid era el que más peligro estaba llevando.
Acto seguido, sin dejar casi tiempo para respirar, otro error blanco, en este caso de Carvajal, fue aprovechado por Yaremchuk, operado según parece de los nervios, que resolvió con total tranquilidad ante Lunin para hacer el 2-0. Se había cumplido justo la media hora de partido y entonces el Madrid decidió despedirse por un rato del mismo. En ese tiempo, el Valencia aprovechó para hacerse fuerte y mirar al marcador para coger más y más confianza.
Sin embargo, ya se sabe, el conjunto blanco es casi más peligroso cuando parece que no respira y de nuevo Vinicius le dio un poco de aire rematando un balón casi sobre la línea puesto desde la derecha por Carvajal. El brasileño lo celebró con rabia y con el símbolo de la lucha antirracial: el puño derecho en alto. Así se acabó la primera parte.
Vinicius y Gil Manzano, protagonistas
A la segunda, el Real Madrid salió con la inercia positiva que le dio el gol en el 45'. Pero el Valencia tampoco se quedó atrás, ni mucho menos. De hecho, las botas de Diego López tuvieron la posibilidad de hacer el 3-1 después de que las de Bellingham tuvieran el empate. Ninguno de los dos escenarios llegó gracias a los porteros que estuvieron impecables.
Entonces el partido entró en una fase más táctica donde el Real Madrid atacaba más o menos bien y el Valencia defendía todavía mejor, con las líneas muy juntas. Fue aquí también donde los dos entrenadores comenzaron el carrusel de cambios que dieron piernas al equipo y varios mensajes. El de Ancelotti fue atacar, el de Baraja resistir.
Así, debió calar más la idea blanca y esta se transformó en nuevo gol de Vinicius, el del empate, donde terminó de demostrar que, efectivamente, estaba jugando dos partidos: contra la grada y contra los jugadores rivales. Remató de cabeza en un gol muy similar al primero y se encaró con la afición de Mestalla en unos gestos con los que regateó la segunda amarilla.
El partido, ya en su tramo final, entró en una espiral de tensión que, sin duda, tuvo su culmen en la última jugada cuando, justo antes de que Bellingham hiciera el 2-3 de cabeza, Gil Manzano se llevó el silbato a la boca para pitar el final provocando así el cólera de todos los jugadores blancos. El extremeño se mantuvo en su decisión y el partido acabó en empate.