River muestra todo su arsenal y deja fuera a Independiente
Otra muestra de carácter del equipo River Plate, el equipo de Marcelo Gallardo, que superó a Independiente por 3-1 con goles de Scocco, Quintero y Borré y se metió en las semifinales de la Copa Libertadores. Primero pasó a Racing, ahora al Rojo, y espera rival: Gremio o Atlético Tucumán....



Otra muestra de carácter del equipo River Plate, el equipo de Marcelo Gallardo, que superó a Independiente por 3-1 con goles de Scocco, Quintero y Borré y se metió en las semifinales de la Copa Libertadores. Primero pasó a Racing, ahora al Rojo, y espera rival: Gremio o Atlético Tucumán. Fiesta en el Monumental. El VAR no le dio un claro penal a los de Holan.
Otra muestra de carácter. De un equipo maduro. De un equipo realmente copero. River, que se estaba quedando afuera por el empate de Independiente en el Monumental, no se volvió loco ni se llenó de nerviosismo, sino todo lo contrario: mostró temple, fútbol y golazos. Además del primero de Scocco, de gran jugada colectiva, Gallardo y todo el Millo deliraron con el zurdazo de Quintero y el remate de Santos Borré que se clavó en el ángulo. El 3-1 lo metió en las semifinales de la Copa Libertadores y dejó en claro que River es infernal.
La previa prometía show, y show hubo. Aunque la polémica se hizo presente en el primer tiempo, cuando Pinola dejó el botín arriba luego de un rechazo y le dio de lleno a Martín Benítez. El árbitro brasileño Anderson Daronco consultó con el VAR, pero no vieron un claro penal. Independiente quedó atado a esa jugada y River, por el contrario, jugó a lo suyo.
Así armó una contra letal de seis toques y perfecta definición de Nacho Scocco. No conforme con su bombazo a Boca, el 30 también hizo gritar a un Monumental repleto.
Holan mandó a la cancha a Gigliotti (había decidido jugar con un solo punta) y el Puma armó la jugada del empate: aceleró, remató, Armani dio rebote (sí, falló, es humano) y Romero la mandó a guardar. Golpazo, porque con el 1-1 el que pasaba era el Rojo. Ahí es donde apareció el valor agregado de Gallardo y los suyos. Lejos de quedarse, bajonearse y lamentarse, River se hizo cargo y fue por todo.
El Muñeco y su muñeca copera, una vez más: metió a Juanfer Quintero y el colombiano hizo de las suyas. Ligó con una rebote y engañó a Campaña a pura zurda. Segunda gran explosión del Monumental. Porque Colombia hace feliz al Millo. Santos Borré, de una gran partido, liquidó la historia con una exquisitez que se clavó en el ángulo de Campaña. Porque la mejor campaña, se hace a golazos.
Otro partido épico y bien copero de este River maduro y temible para cualquier rival. Porque ahora sí, que se venga el que sea. Ya conocen el infierno.
Otra muestra de carácter. De un equipo maduro. De un equipo realmente copero. River, que se estaba quedando afuera por el empate de Independiente en el Monumental, no se volvió loco ni se llenó de nerviosismo, sino todo lo contrario: mostró temple, fútbol y golazos. Además del primero de Scocco, de gran jugada colectiva, Gallardo y todo el Millo deliraron con el zurdazo de Quintero y el remate de Santos Borré que se clavó en el ángulo. El 3-1 lo metió en las semifinales de la Copa Libertadores y dejó en claro que River es infernal.
La previa prometía show, y show hubo. Aunque la polémica se hizo presente en el primer tiempo, cuando Pinola dejó el botín arriba luego de un rechazo y le dio de lleno a Martín Benítez. El árbitro brasileño Anderson Daronco consultó con el VAR, pero no vieron un claro penal. Independiente quedó atado a esa jugada y River, por el contrario, jugó a lo suyo.
Así armó una contra letal de seis toques y perfecta definición de Nacho Scocco. No conforme con su bombazo a Boca, el 30 también hizo gritar a un Monumental repleto.
Holan mandó a la cancha a Gigliotti (había decidido jugar con un solo punta) y el Puma armó la jugada del empate: aceleró, remató, Armani dio rebote (sí, falló, es humano) y Romero la mandó a guardar. Golpazo, porque con el 1-1 el que pasaba era el Rojo. Ahí es donde apareció el valor agregado de Gallardo y los suyos. Lejos de quedarse, bajonearse y lamentarse, River se hizo cargo y fue por todo.
El Muñeco y su muñeca copera, una vez más: metió a Juanfer Quintero y el colombiano hizo de las suyas. Ligó con una rebote y engañó a Campaña a pura zurda. Segunda gran explosión del Monumental. Porque Colombia hace feliz al Millo. Santos Borré, de una gran partido, liquidó la historia con una exquisitez que se clavó en el ángulo de Campaña. Porque la mejor campaña, se hace a golazos.
Otro partido épico y bien copero de este River maduro y temible para cualquier rival. Porque ahora sí, que se venga el que sea. Ya conocen el infierno.