Bogotá, primera ciudad latinoamericana en declarar la emergencia climática



Aunque la soledad en el Concejo de Bogotá era evidente, en la virtualidad se cocinaba un acuerdo que convocaba a todas las fuerzas políticas y las animaba a votar en bloque la aprobación del proyecto para declarar la emergencia climática en la capital.
El acuerdo lanza diez mandatos que deberán cumplir tres administraciones seguidas para mitigar los efectos del cambio climático que padece la ciudad, pues ya no hay tiempo para pensarlo. Hay que actuar ya, dice la concejal Susana Muhamad, autora de la iniciativa.
“Eso tiene que ver con la forma como nos transportamos, como producimos los alimentos, como construimos las ciudades, la forma como utilizamos la energía, estamos en la década crítica, por eso se habla de una emergencia climática”, señaló.
Con un acuerdo aprobado de manera unánime en el Concejo se sientan las bases para tomar decisiones que atenúen las consecuencias del calentamiento global.
Gustavo Carrión, ingeniero meteorólogo que trabajó activamente en la asesoría del proyecto, habla de la importancia del agua, uno de los mandatos del acuerdo.
“En el acuerdo se habla de que la ordenación del territorio de acuerdo a los espacios del agua sea lo principal y no la habilitación de suelos para proyectos inmobiliarios, que tanto han afectado a la Sabana y Bogotá; volver a la discusión de los valles aluviales del río Bogotá que hemos ocupado durante tantos años”, explicó Carrión.
El acuerdo plantea reducir el uso de combustibles derivados del petróleo y promover las energías renovables, un reclamo con voz propia.
“Son nuestros hijos, que ya nacieron y nos están reclamando, nos están diciendo y nos están reclamando: o toman las decisiones o las tomamos nosotros”, afirmó el ingeniero.
Las normas en los protocolos de la industria de la construcción también demandaran una nueva forma de concebir las edificaciones, contó la concejala Muhamad.
“Implica que la administración saque el código de construcción sostenible de Bogotá, eso es por regla que los constructores construyan de una forma que les ayude a los ciudadanos a tener una vida más resiliente al clima; por ejemplo que usted pueda almacenar agua lluvia, que usted pueda recircular el agua gris y así ahorremos el consumo de agua”, describió la funcionaria.
Durante varios meses, centenares de ciudadanos tejieron la propuesta, entre ellos Sofía Gutiérrez, una joven de 18 años que, como Greta Thumber en el mundo, alza la voz en Colombia para decirle a los jóvenes que deben tomar en serio el tema.
“Queremos un cambio, queremos que esto no siga pasando y no es un tema de solo luchar por nuestro futuro, sino que estamos luchando por nuestro presente y por realmente sobrevivir a cada calamidad que se presenta”, opinó Sofía.
Cuando habla de calamidades se refiere a inviernos incesantes, veranos intensos y desastres naturales causados por el cambio climático.
“Colombia es un país muy vulnerable a los efectos del cambio climático, nuestras estructuras, nuestras condiciones, nuestras construcciones no permiten que los colombianos se adapten a los efectos del cambio climático”, agregó.
Para ello solo hay que revisar imágenes recientes, el centro histórico de Cartagena, la autopista Medellín- Bogotá, los continuos deslizamientos en zonas de ladera.