El 90% del diésel y 56% de la gasolina son importados
Advierten colapso de la economía nacional por falta de carburantes
YPFB ha admitido que no tiene capacidad para abastecer combustibles. Economistas han señalado que queda en evidencia el fracaso de la política energética e hidrocarburífera del Gobierno



La escasez de combustibles en Bolivia se ha convertido en una realidad innegable. Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) ha reconocido públicamente que no puede garantizar el abastecimiento de diésel y gasolina al sector productivo del país, una situación que, según analistas económicos, agravará la crisis económica, ralentizará la producción y encarecerá los costos de los principales sectores productivos, llevando a un posible colapso.
YPFB reconoce la crisis
En conferencia de prensa a inicios de semana, el presidente de YPFB, Armin Dorgathen, admitió que la empresa estatal no está en condiciones de cumplir con la demanda total del sector productivo. “No vamos a poder cumplir en este tiempo, estamos despachando solo al 40%, 50%, no vamos a poder cumplir al 100% al sector productivo”, declaró.
Dorgathen explicó que la escasez de combustibles está directamente vinculada a la crisis de divisas que enfrenta el país. La falta de dólares ha impedido a la empresa estatal realizar los pagos a las compañías proveedoras de carburantes en el mercado internacional, lo que ha generado interrupciones en el suministro.
Preocupación El sector productivo ha expresado su preocupación por la falta de carburantes, lo que afecta la producción agrícola y ganadera
Ante esta crisis, el Gobierno ha autorizado una medida transitoria: permitir que los sectores privados importen combustibles a precios del mercado internacional. Esta decisión busca evitar mayores perjuicios en sectores como el agropecuario, que requiere diésel con urgencia para el inicio de la cosecha de granos.
Sin embargo, aunque el Decreto Supremo 5218 de septiembre del año pasado, ya contemplaba esta posibilidad, la mayoría de los empresarios no ha recurrido a esta alternativa debido a los altos costos que implica la importación directa. En este sentido, YPFB aseguró que trabaja en una “solución final” a la crisis del abastecimiento, sin brindar detalles específicos sobre cómo enfrentará el problema estructural de la dependencia energética del país.
Dependencia de la importación
El modelo energético boliviano ha incrementado su dependencia de los hidrocarburos importados en los últimos años. Según información del Gobierno, actualmente, el 90% del diésel consumido en el país proviene del mercado externo, lo que implica costos elevados para el Estado. La gasolina, entre tanto, también depende de la importación en un 56%.
Según el presidente del Colegio de Economistas de Tarija, Fernando Romero, esta situación pone en evidencia el fracaso de la política energética e hidrocarburífera del Gobierno, que ha priorizado el consumo de reservas sin garantizar su reposición ni incentivar la industrialización del sector.
Romero advierte que la crisis del combustible tendrá efectos negativos en el crecimiento económico del país, proyectando que Bolivia no superará el 2,5% de crecimiento este año. Asimismo, alerta sobre el incremento de la inflación debido al encarecimiento de la producción y el transporte de bienes.
Otro problema señalado por Romero es el contrabando de combustibles a países vecinos, el desvío de carburantes al mercado negro para actividades ilícitas y el uso de gasolina y diésel para vehículos ilegales. A todo esto, se suma la crisis de divisas, que limita la capacidad del Gobierno para importar combustibles y mantener el subsidio vigente.
“Existe una mala costumbre que no se quiere aceptar por parte de la población boliviana y empresarios, de comprar carburantes subvencionados. Y ese contexto parece que va a empeorar, la situación es muy difícil y no es culpa de la Asamblea, de los créditos, de la crisis energética a nivel internacional que no existe. Aquí es falta de dólares y una política gubernamental que lastimosamente ha fracasado”, señaló.
No existe un plan
Frente a este escenario, el asambleísta departamental, Luis Lema, criticó la postura adoptada por YPFB y el Gobierno, que lejos de mostrar un plan para solucionar esta crisis, la respuesta se limitó a decir que no hay diésel ni gasolina.
“Yo lo que les pido es que den un paso al costado, porque las autoridades están para solucionar los problemas y no para generar más problemas. (…) no puedes salir y decir a la población que no hay combustible sin un plan, es una barbaridad y vergüenza. Entonces, si no tienen la capacidad de resolver los problemas, den un paso al costado”, reclamó.
Castillo: El caos económico ha empezado
“Desde el sector de hidrocarburos están diciendo que el caos económico en Bolivia ya ha empezado”, fueron las palabas del economista, Roberto Castillo, a tiempo de referirse a la postura adoptada por YPFB sobre la escasez de carburantes.
Castillo argumentó que de aquí en adelante el encarecimiento de productos que vaya a darse, ya no solamente será por la falta de dólares, sino por la falta de carburantes, lo que va a interrumpir la cadena de distribución de alimentos, lo que, a la vez, desencadenará una escasez, mayor encarecimiento y el establecimiento de “mercados negros” para diferentes productos de primera necesidad.