Inauguran nuevo Centro de Salud en Morros Blancos
Después de casi ocho años, la gestión del capellán Miguel Sotelo dio frutos y este domingo 28 de enero se inaugura y bendice la nueva infraestructura de salud del penal tarijeño.
A través de la colaboración de amigos, familiares, colegas de la Diócesis, y del bolsillo propio, el capellán Miguel Sotelo Dapia logró cubrir el 93,06% del presupuesto total de construcción e implementación del nuevo Centro de Salud “El Buen Samaritano” para el penal de Morros Blancos.
De acuerdo a convenio, el Ministerio de Gobierno a través del Régimen Penitenciario debía aportar el 10%, pero alcanzó a cubrir sólo 6,94% que sirvió para arrancar con la obra gruesa, iniciada en agosto de 2023 y finalizada en enero de 2024. El nuevo centro de salud incluye consultorios para atención de odontología, medicina general, atención comunitaria intercultural (SAPCI), telesalud, baños, cocina, enfermería, y salas de internación para mujeres y hombres con tres camillas por ambiente.
A principios de año se hizo una inauguración provisional con la presencia del Ministro de Gobierno, Eduardo Del Castillo, pero esta vez el acto legítimo contará con las palabras de Sotelo y los demás artífices del proyecto. “El objetivo es ayudar al menos a la sanación física de las personas, porque falta gente para lograr la sanación psíquica”, dijo el capellán a El País. “La gastritis es muy alta, porque comen dos comidas: la física y la emocional. Todas las peleas y sustos que tienen afectan al estómago y viene la gastritis”.
Datos extraoficiales revelan que los privados de libertad en Morros Blancos enfrentan enfermedades como tuberculosis, artrosis, reumatismo, y enfermedades venéreas. Desde la perspectiva psiquiátrica, hay casos de esquizofrenia, paranoia, neurosis y depresión. En el departamento de Tarija sólo hay un profesional de psicología para los cinco centros penitenciarios, y ningún profesional del área de trabajo social. “La situación es dura”, comenta el capellán.
En la construcción de la nueva infraestructura, el 90% de la mano de obra la aportaron los internos del penal a manera de darles un apoyo económico. Aunque el presupuesto aprobado superó los 44 mil dólares, el monto final de implementación se acerca a 60 mil dólares. “Hay camas, biombos, aparatos para los enfermos, como el glucómetro y otros más, que tienen su costo”, dijo Sotelo.
De acuerdo al capellán, “la infraestructura servirá de poco si no hay quien sostenga el servicio”, por lo que el éxito del proyecto radica en la capacidad del gobierno para cubrir ítems médicos, dar autonomía de acción y dotar de medicamentos. Explicó que la obra es un servicio de la Pastoral Carcelaria hacia el penal. “Podemos administrar mientras estemos ahí, pero no es nuestro”.