Ramón, el artesano que soñaba con crear una moto de madera
Ramón Tejerina tiene planes para el futuro, ahora sueña con un auto. Sabe que no será un trabajo fácil, que le llevará tiempo, no le preocupa el dinero, pues solo quiere recuperar lo invertido
Ramón Tejerina es un carpintero de la provincia O’Connor que cumplió su sueño de construir su motocicleta de madera, la misma que expuso con orgullo en la plaza principal de la ciudad de Tarija.
“Más del 50 por ciento de la motocicleta está construida de madera, porque todo está cubierto de madera, me llevó mucho tiempo poder concluirla. En el 2023 tuve la novedad de las bicicletas, el 2024 con esta moto y el 2025 vendrá otra novedad”, indica emocionado Tejerina, sin entrar en detalles de sus planes a futuro.
El artesano de la madera explica que la motocicleta tiene una estructura, o chasis, de fierro construido por su persona, utilizando fierros de una motocicleta vieja que la adecuó a base de soldaduras, para posteriormente implementarle todo lo restante con madera.
“De mecánica poco entiendo, por eso todavía le falta unos detalles de mecánica y electricidad a la motocicleta. La estructura, la parte de fierro, yo le hice, me tardé unos tres meses trabajando todos los días para acabarla”, indicó.
Para que sea fina, dura y de calidad, utilizó madera de tajibo, cedro, algarrobo, quina.
Ramón vive en la comunidad de Gareca, zona productora de mucha madera, lo que le permite seleccionar los mejores árboles y tablones para poder cumplir sus sueños.
“La motocicleta está por sus dos mil dólares aproximadamente, que es para para cubrir todos mis costos de trabajo”, afirmó.
Nueve bicicletas de madera
Tejerina sorprendió a la población tarijeña, cuando el 2023 arribó a la plaza Luis de Fuentes para exponer tres bicicletas de maderas, que construyó en diferentes modelos.
Relata que logró construir nueve bicicletas, las mismas que vendió a dos mil bolivianos cada una. La última la comercializó en Santa Cruz. Comenta que se necesita mucha paciencia y destreza con la madera para poder construir cada pieza con las medidas exactas, para darle forma a cada nuevo proyecto.
“Todas las bicicletas las vendí a dos mil bolivianos cada una, nadie me dijo que estaban caras (...). No las vendo para ganar plata, las vendo para rescatar el dinero que invertí y mi tiempo de trabajo”, indica.
El artesano de la madera lamenta que ninguna autoridad de Entre Ríos ni de la capital le brindan apoyo en su iniciativa para seguir adelante, “si tuviera el apoyo tuviera ya un auto de madera, porque tengo la idea y el talento”, asegura.
“Este trabajo me gusta, no lo voy a dejar, yo desde muy chico fui aficionado a este trabajo y me gusta, por eso tengo la intención de seguir adelante, no por ganar plata, sino que me gusta”, enfatiza.