Con el calor sube el riesgo de los alimentos mal conservados
Con 764 casos, Tarija enfrenta un aumento de enfermedades diarreicas. La escasez de agua, falta de higiene y mala conservación de alimentos, agravados por la ola de calor, se señalan como causas
En los últimos días, Tarija ha experimentado un incremento de casos de enfermedades diarreicas agudas, con un registro de 764 casos, según el informe proporcionado por el jefe de la Unidad de Epidemiología del Servicio Departamental de Salud (Sedes), Marcelo Magne.
Este incremento se atribuye a diversos factores, entre ellos, la escasez de agua, la falta de higiene y la contaminación de alimentos debido a la mala conservación y la ruptura de la cadena de frío. Esta problemática se agrava por la intensa ola de calor que actualmente afecta a la región.
Y es que pese a las altas temperaturas, por las calles se pueden ver refrescos, jugos, galletas, sándwiches y otros alimentos expuestos al sol, así como ciertos acompañamientos, como ají preparado y salsas, que fácilmente se fermentan si no están debidamente refrigeradas.
La adecuada manipulación de los alimentos, desde su producción hasta su consumo, juega un papel crucial en la salud de la población. Por lo que es fundamental respetar la cadena de conservación que comprende todas las etapas que atraviesa un alimento, desde su origen hasta su consumo final: la producción, pasando por el procesamiento, almacenamiento, transporte y comercialización.
Sandra Peñaloza, responsable de Inocuidad Alimentaria del Sedes, subrayó que las altas temperaturas afectan especialmente a los alimentos perecederos, y si no se les proporciona las condiciones adecuadas de conservación, pueden provocar enfermedades de transmisión alimentaria al ser consumidos.
En este sentido, hizo un llamado a la conciencia ciudadana, enfatizando en la importancia de verificar las condiciones higiénico-sanitarias y de conservación de los alimentos, especialmente aquellos de naturaleza perecedera como los lácteos y cárnicos. La exposición a condiciones ambientales inapropiadas, como la luz solar, el polvo o condiciones climáticas adversas, puede comprometer la seguridad de estos productos.
"Los usuarios deben prestar especial atención a la procedencia y condiciones de los alimentos, ya que cualquier rotura en la cadena de frío puede comprometer su seguridad", advirtió Peñaloza. Los alimentos perecederos, debido a su alto contenido de agua y nutrientes, tienen una durabilidad limitada y necesitan ser manejados con extremo cuidado.
Es crucial reconocer la diferencia entre los alimentos de corta duración, como lácteos, carnes, frutas y verduras, y aquellos con mayor durabilidad, como arroz o azúcar. Todos los alimentos deben ser conservados meticulosamente para evitar la contaminación por sustancias tóxicas o la proliferación de microorganismos.
Se recomienda a la población adoptar medidas preventivas, como asegurarse de adquirir alimentos en establecimientos que cumplan con estándares de higiene y conservación adecuados, así como respetar la temperatura del frío desde la compra hasta el almacenamiento en casa.
Los riesgos de consumir alimentos mal conservados
El consumo de alimentos mal conservados se ha convertido en un problema preocupante en Tarija, donde productos como lácteos, empanadas, embutidos y quesos son exhibidos al sol durante largos períodos, sin considerar el riesgo de deterioro y las consecuencias para la salud pública.
Esta situación ha generado un aumento en enfermedades gastrointestinales en la población, con síntomas que van desde náuseas, vómitos, diarreas, hasta dolores abdominales, musculares, fiebre y dolor de cabeza.
Frente a estos síntomas, el Servicio Departamental de Salud (Sedes) insta a la población a buscar atención médica en centros de salud cercanos. La automedicación ante estas enfermedades dificulta el seguimiento médico adecuado, impidiendo identificar el tipo de bacteria que las causa.
Sandra Peñaloza, responsable de Inocuidad Alimentaria del Sedes, recomendó a la población que, al detectar alimentos en mal estado, realice las denuncias correspondientes a instituciones como Defensa al Usuario y Consumidor, Intendencia o al propio Sedes Tarija.
Es importante verificar las condiciones en que se expenden los alimentos y realizar un seguimiento adecuado a los vendedores que no cumplen con los estándares de seguridad e higiene, mencionó.
"Los lácteos y la carne tienen características organolépticas que pueden ser percibidas por el olor, sabor y textura. Si se detecta algún olor extraño o desagradable, es recomendable evitar su consumo", destacó.
Peñaloza hizo hincapié en la importancia de la correcta manipulación y conservación de la cadena de frío de los alimentos, especialmente aquellos con aderezos o salsas que podrían fermentarse o acidificarse si no se mantienen en condiciones adecuadas de temperatura.