Entrevista a Alan Barca, presidente de la Asamblea Legislativa Departamental de Tarija
Barca: “Tarija no puede vivir de espaldas al Gobierno nacional”
Seis asambleístas de las provincias echaron por el suelo el discurso de que había una alianza sellada por cinco años, que garantizaba el liderazgo de Unidos en la Asamblea Departamental. Alan Barca defiende y argumenta esa decisión
Tiene 34 años, es ingeniero comercial y oriundo de uno de los principales municipios productores de gas, Caraparí. Alan Barca (AB), presidente de la Asamblea Legislativa Departamental de Tarija (ALDT), se ha propuesto cambiar la imagen interna del órgano legislativo, sin que eso implique, espera, un alejamiento del gobernador, Oscar Montes Barzón. A quien considera un amigo.
Barca asumió el mando de la ALDT gracias al apoyo de 11 asambleísta del MAS, 5 de Unidos y dos de la Bancada Indígena. Y aunque ha sido calificado como disidente y “expulsado”, asegura que sigue siendo parte de la bancada oficialista.
Se identifica como militante de Unir, y recuerda que gracias a un trabajo coordinado y minucioso que realizó junto a un grupo de jóvenes, es que esta agrupación se conoció y posicionó políticamente en el Chaco en poco tiempo.
Asegura que su único interés es hacer gestión legislativa, coadyuvar al Gobernador cuando sea necesario y, por qué no, ser una especie de nexo con el Gobierno nacional.
Y aunque ahora tiene críticas en su contra, dice que el tiempo le dará la razón. El tiempo, será su aliado.
El País (EP): ¿Cómo resume estos primeros días en la ALDT? En lo personal, en lo político
AB: Nos hemos estado empapando de lo que es la presidencia de la Asamblea, ya nos estamos poniendo al tanto de la institución. Empezamos asignando al nuevo Oficial Mayor, y hemos pedido que nos haga una evaluación de la parte administrativa y financiera, para, a partir de ello, tener un diagnóstico más preciso de esta institución. La próxima semana tendremos un informe de este análisis interno, para ver en qué situación nos encontramos y a partir de ahí tomar algunas decisiones.
EP: Hubo un cambio, en lo político, en la Asamblea. Durante los dos últimos años de gestión se dio por hecho que había una alianza sellada por cinco años, que garantizaba cierto liderazgo a Unidos en la ALDT. Hubo un cambio y se dio en asambleístas específicamente de provincias, cinco disidentes.
AB: La composición de la Directiva, en cuanto a fuerzas políticas, es exactamente la misma que la anterior gestión, obviamente cambiaron los nombres. Pero la composición, de acuerdo a fuerzas políticas, es igual. Ahora, está claro que hubo una decisión en un grupo de asambleístas de las provincias, que por ahí nos tildan de disidentes, un término del que no estoy de acuerdo, porque no pensamos de la misma forma, por ejemplo, que el presidente de la bancada de la cual soy miembro.
Hay un maltrato permanente al que piensa distinto, se lo tilda de traidor cuando no se asume ciertos lineamientos. Si a ese asambleísta en particular no le gusta, busca el insulto, lo básico, la vieja maña de hacer política, que está sustentada en dañar al que no acata sus órdenes. Y eso nosotros ya no estábamos dispuestos a seguir aguantando. Es por eso que decidimos armar ese bloqueo político de las provincias, amparados en nuestro reglamento. El artículo 55 establece que podemos conformar un bloque político mayoritario entre bancadas y también entre asambleístas. En este caso, nosotros integramos este bloque político junto a dos asambleístas de los pueblos indígenas, cinco de Unidos y 11 del MAS. Es decir, 18 autoridades electas decidieron optar por este bloque mayoritario de las provincias.
Ahora, desde la presidencia queremos tener las puertas abiertas, para que venga el Gobierno nacional, queremos ser ese nexo para que se canalicen recursos para la Gobernación, para los alcaldes, queremos ser ese punto de equilibrio entre la Gobernación y las alcaldías, entre la Gobernación y el Gobierno Regional. Que no exista esa pelea absurda que no nos conduce a nada. Queremos generar mejores días para el departamento, que es la línea que tiene el Gobernador del departamento.
Más allá de los criterios que nosotros tengamos, a través del consenso, debemos tratar de captar recursos para tener mejores días. Ahora, si el Gobierno nacional es el MAS, será pues porque ganó democráticamente, y el departamento de Tarija no puede vivir de espaldas del Gobierno nacional.
Esa fue nuestra principal bandera para presentar este bloque político mayoritario de las provincias.
EP: ¿Sabe si hubo presión de la bancada del MAS hacia otros asambleístas? Porque el asambleísta Nicolás Montero dijo que esperaba que el MAS cumpla su promesa y anule los procesos que tiene en su contra, como dando a entender que esa fue la condición
AB: Yo no escuché nunca que haya habido ese compromiso entre parte de la bancada del MAS y Nicolás Montero, al menos yo no participé de esa charla. Pero más allá de eso, los 18 que conformamos este bloqueo tenemos la sana intención de, si el Gobernador sigue teniendo la intención, al menos de nuestra parte están las puertas abiertas, de garantizar la gobernabilidad y trabajar de manera coordinada con él. Y eso fue lo que nos llevó a tomar esa decisión.
EP: ¿Cuándo fue la última vez que se reunió con Oscar Montes?
AB: Unos 15 días antes de la elección. Luego tuve algunas conversaciones telefónicas con él.
EP: ¿Hubo siempre un contacto fluido? ¿O se mantiene al margen de lo que hace la bancada?
AB: De manera permanente. De hecho, yo tengo una muy buena relación con él. Para poner en contexto, cinco años antes de que fuera Gobernador, me visitó en Caraparí para que de manera conjunta ingresamos a la Región del Chaco junto a la agrupación política que preside, que es Unir.
Entonces, desde hace cinco años atrás que tengo una relación política y de amistad con él.
EP: ¿Usted es militantes de Unir?, registrado
AB: Soy militante de Unir. Unidos es una conjugación de varias fuerzas políticas.
EP: ¿Esta alianza, para presidir la Asamblea, le ha traído algún tipo de repercusión en lo personal? ¿Hubo algún reclamo desde Caraparí?
AB: Al contrario, he recibido muchos llamados de felicitaciones. El Comité Político de Unir en Caraparí respalda absolutamente la decisión que tomamos, así como las autoridades en su conjunto de la Región Autónoma del Chaco.
No tuve alejamiento de amigos, que yo considere. He debido recibir unas 200 llamadas y 199 debieron ser para felicitarme. No tuvo reproches o reclamos de algo de lo que me pueda sentir culpable.
Hay algo que yo he dicho desde el inicio, el tiempo nos dará la razón, el tiempo va a ser el encargado de mostrar la verdad de lo que pasó esos días de la elección. No hay que desesperarse, no estoy desesperado en explicar lo que otros asambleístas argumentan, porque nosotros vamos a demostrar con resultados concretos que este era el camino correcto.
Ahora, a mí me extraña que un representante de Camino al Cambio expulse a otro representante de Unir, en todo caso, el Comité Político de Unir de Caraparí tendría que expulsarme, no un representante de Camino Democrático al Cambio, al cual ese asambleísta representa. Yo no me inmiscuyo en sus decisiones, entonces, que dejen que el Comité Político de Unir en Caraparí tome una decisión.
Y este Comité Político ha respaldado la decisión que tomamos, porque por primera vez en mucho tiempo, un representante del Chaco asume la presidencia de la Asamblea. Después de mucho tiempo, en términos más vulgares, le cortamos la mamadera a un viejo político que por más de 20 años pretende hacer creer que lo que él dice es una absoluta verdad.
Yo tengo otra manera de ver las cosas, y lo puedo debatir, no siento que lo que diga sea absolutamente cierto y único. Y creo que eso es lo que deberíamos hacer los políticos, entendernos y de manera conjunta sacar conclusiones.
EP: En lo que respecta a la gestión de la Asamblea, hay varios temas pendientes. Está la ley electoral, la ley del 45%, que en la última sesión ya advertían que ahí quieren ver a los asambleístas de las provincias, y también está la ley para reducir el número de asambleístas en el órgano legislativo.
AB: Por partes. Son 29 asambleístas que toman las decisiones, en mi calidad de presidente, mi única posibilidad de dirimir es en caso de que se llegue a un empate.
De un tiempo a esta parte, el tema del 45% para esas regiones, más que un reclamo, algunos personajes políticos han embanderado ese discurso para atraer electores.
Desde mi modesto punto de vista, eso no es favorable para las intenciones reales de estas hermanas provincias, no va a triunfar el que grite más fuerte o el que tenga el mejor discurso sobre el 45%. Va a triunfar el que genere un proyecto de ley creíble, y el que, sobre todo, tenga la mayoría en el hemiciclo.
Ahora, como representante de la Región del Chaco, estoy convencido de que el Chaco tiene derechos adquiridos sobre el 45%, y como asambleísta voy a refrendar esa posición, defenderé los intereses de la Región del Chaco.
Ahora, seguramente los asambleístas de otras provincias también tendrán su posición y, reitero, ese debate no lo va a ganar el que grite más. Habrá que buscar el escenario donde se pueda generar un debate, que nos permita llegar a una conclusión.
El Chaco le aportó demasiado a nuestro departamento, al país, y ahora que hay una declinación de los recursos no renovables ya se habla de proyectos de ley para quitar un derecho adquirido a una región que aportó tanto. De hecho, el municipio de Caraparí, un municipio tan chiquitito, fue la billetera del país.
Los que vivimos en ese municipio en algún momento pensamos en elaborar un proyecto de ley de compensación por la sobreexplotación de recursos no renovables. A la vuelta de San Alberto, los productores de Loma Alta, qué van a producir de aquí a un tiempo, si todo por debajo está cercenada la tierra, ¿de qué vamos a vivir?, ¿qué cambios radicales surgieron a partir de generar tantos recursos? Yo no veo un cambio radical de vida en la Región del Chaco.
Claro, es cierto que eso está sujeto a que las autoridades no priorizaron los recursos para cambiar la vida de esa gente, pero la población no tiene la culpa de las malas decisiones que tomaron esas autoridades.
Entonces, yo respeto las intenciones de las hermanas provincias, pero ellas deben conocer qué pasó en nuestra región, cuáles fueron las consecuencias de la explotación, cuáles fueron los pasivos ambientales que nos dejó la explotación de nuestros recursos que los carapareños compartimos con el pueblo tarijeño, con todo el pueblo boliviano.
No es solo embanderar una lucha política, va más allá de eso. Hemos utilizado a una región para generar recursos ¿y ahora que no los tiene la dejamos sola? No creo que pase la solución por ahí.
Espero que las autoridades que quieran debatir ese tema estén a la altura de lo que amerita ese tipo de debate.
EP: ¿Y qué opina sobre la reducción de asambleístas?
AB: Yo le hago una pregunta, ¿alguien estará dispuesto a tener un representante menos de su provincia?
Ahora, puede ser que sea muy beneficioso que se reduzca el número de asambleístas. Pero no pasa no por tener más o menor número de asambleístas. Podemos tener sólo dos o cinco asambleístas, pero si no hacen un verdadero trabajo no va haber un cambio tan radical. Podemos tener 40 asambleístas, pero si no cumplen su función tampoco habrá un cambio.
Creo yo, que de manera progresiva se inmiscuirá en la Asamblea gente que tenga cierto grado de conocimiento. Porque ha cambiado el concepto de la sociedad, la gente de campo está haciendo estudiar a sus hijos porque se han dado cuenta que el único camino para que tengamos una sociedad con mayores posibilidades, es a través de la educación.
Entonces, la nueva generación, que tendrá una nueva generación de políticos, va a tener otro grado de conocimiento y otra formación, y estarán dentro de las instituciones, lo que permitirá también tomar mejores decisiones.
No se soluciona nada con reducir o aumentar el número de asambleístas, pasa por el asambleísta o el concejal que se tiene dentro de la institución. Podemos tener un profesional con muchos títulos, pero si todo ese conocimiento lo usa para causar daño y no aprovecha para contribuir al desarrollo del departamento, no sirve tampoco. Pasa por un cambio de la mentalidad de los políticos.